Antonio Gómez Rufo

Eroticalia

Regalos de Navidad

REGALOS DE NAVIDAD

 

En Navidad nos hacemos regalos. Algunos son materiales; la mayoría son afectivos, emocionales. Y todos son bienvenidos.

Este año que acaba no ha sido el mejor de los posibles, en general para todos, y en particular para mí. Cierto que he publicado la que, para mí, es mi mejor novela: "La camarera de Bach"; y que he estrenado con éxito y gratitud del público mi primera obra de teatro, "Intimísimas", el pasado verano en Valencia y en diciembre en Madrid. Y, sobre todo, por los éxitos personales y laborales de mi hija.

Sí, es así; y por ello debería decir que ha sido un gran año. Pero no lo ha sido: el dolor de muchos amigos por quedarse en el paro, la corrupción pública que ha llegado hasta los lugares donde menos pensaba y esperaba, la perversión ideológica de los políticos en los que confiaba y, mucho más importante, algunas muertes prematuras e imprevistas de amigos y algunos trastornos de salud han empañado el que podía haber sido un año sosegado.

De todos modos, he recibido un regalazo que no deseo conservar en el ámbito de lo privado porque me ha producido una emoción muy especial.

Se trata de una carta. De una carta que me ha enviado una de las personas que más admiro y respeto. En España, lo he dicho muchas veces, quedan muy pocas cabezas privilegiadas, pensadores de hondura, gente en las que confiar, intelectuales de peso, personas honradas, inteligentes, sabias, confiables, cultas y que merecerían estar a la vanguardia de nuestras vidas para que nos señalaran el camino y que España fuera un país a respetar y a valorar.

Hay muy pocos así, lo repito. Uno de ellos es Raúl Morodo; otro, José Antonio Marina. Y otro, para mí el más grande, es el profesor Elías Díaz. Quizá no se le conozca mucho, tal vez porque la inteligencia es cualidad que anida en los modestos. Pero Elías Díaz es, para quien no lo sepa, catedrático emérito de Filosofía del Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid, doctor Honoris Causa por la Universidades Carlos III, por la de Milán, y por las de Granada y Alicante. Fue director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, fundador de la Revista Cuadernos para el Diálogo, director de la revista Sistema y Premio Internacional de Ensayo Caballero Bonald, además de autor de docenas de libros y artículos en los mejores periódicos europeos. Su obra, "Estado de Derecho y Sociedad Democrática" es un ensayo trascendental.

 

Regalo -lacamarera

 

Pues bien, acabo de recibir una carta suya que transcribo íntegramente porque la considero mi gran regalo de Navidad y quiero compartirlo con mis lectores. Sé que al gran Elías Díaz, al que tantísimo cariño tengo, no le parecerá mal. Dice así:

21-XII-2014

¡Querido Antonio!

¡La camarera de Bach declarado libro de texto para la historia del siglo XVIII europeo y para la filosofía de la Ilustración! ¡Con la ventaja de que se lee como una novela! Y, además, trata del punto débil de aquella: la diferenciación/negación de la mujer. Hasta el propio Kant (1726) y su "sapere aude" -atrévete a leer-, en la versión básica de Madlene Findelkind. Por cierto, que poco se "mojaron" los enciclopedistas presentes en el juicio o fuera de él, excepto el bueno de George Leclerc, Conde de Buffon, con su sabia utilización de la famosa marquesa de Pompadour cerca del ridículo Luis XV. Nos permitiste llegar felices al final (privilegio tuyo, ¡creador!) con la manifestación de las trabajadoras en la misma boda y con la Passacaglia del gran (aún más para Madlene F) Johann Sebastian Bach. Me ha sorprendido que nadie en el siglo XVIII parezca conocerle y, sin embargo, todos a Carl Phillipp Bach.

¡Qué vorágine de vida -terrible y seductora- la de nuestra Madlene! ¡Lo impondré como de obligada lectura para las amigas feministas y demás! Te felicito, por la forma/fondo, con los mejores deseos -fechas- para el final del 14 y del, muy difícil, 2015 que se nos echa encima. Un fuerte abrazo, Elías.

Así es mi gran regalo. ¡Gracias, profesor!

 

Texto y foto: Antonio Gómez Rufo

 

 

Otoño de lectura

 

OTOÑO DE LECTURA

 

"En las parejas de larga duración y con cierta curiosidad erótica, la perspectiva de un trío aparece antes o después, debido al hecho de que el número dos, que generalmente se aburre solo, tiende siempre a expandirse". Lo dice Rita Abundancia y yo estoy totalmente de acuerdo con ella.

 

Aunque hay tríos de muchas clases. Y uno de ellos, el que más me apetece este otoño desmedido es compartir la pareja con un libro, y así seríamos tres los cómplices de una historia que alguien ha inventado para nosotros.

 

Leer es menos cansado que agitarse en un ejercicio gimnástico a tres, con sus idas y venidas, sus vueltas y revueltas. Qué pereza, por favor. Otra cosa es que dos amigas, tan estupendas ellas, me invitaran a pasar un rato de expansión con ellas, por ver qué sale. Entonces ni libro ni nada. Un chapuzón entre sábanas es un regalo para las siestas indolentes y las noches frías de octubre.

 

Un estupendo regalo.

 

BLOG 21-2

 

Gracias por tomar nota.

 

Texto y foto: Antonio Gómez Rufo

 

 

Ya viene, ya viene

 

YA VIENE, YA VIENE

 

La naturaleza es una tediosa rueda, una pesadez. No acaba de terminar el verano cuando se presenta el otoño y, tras él, el invierno. Así un año tras otro, una y otra vez. Ya podía tener un poco más de imaginación, por todos los diablos. ¡Qué falta de imaginación!

Ya viene, ya viene. Y se nos acabó la fiesta. Pronto desaparecerán los torsos desnudos, las extremidades bien formadas y bronceadas, el festín de los sentidos, el coito ocular, tan cómodo y excitante. Y todo lo cubrirá el frío, la nieve o la falta de predisposición para que remonte la libido. Cuando llega el frío, se congela hasta el deseo. Y toda reivindicación amatoria se convierte en una víspera de lo que nunca llega.

 

Pinguino

 

Quizá vayamos más al cine, o leamos algún libro, o publiquemos uno, que es lo que más nos gusta a los escritores. Pero, en mi caso, mantendré intacta mi filosofía sexual, aquella que tan bien resumió Sade en sus momentos de lucidez:

"Nadie ni nada hay más importante que uno mismo. Es ilógico, pues, negarse ningún placer, ninguna experiencia, ninguna satisfacción. Mientras nos sintamos complacidos ya sea en nuestros sentidos como en nuestras ideas, todo es válido. Nada de buscar excusas en la moral, la religión o las costumbres. Sólo disponemos de esta vida para complacer nuestros deseos y no es cuestión de desaprovecharla en aras de los deseos o necesidades ajenas. Seguir los dictados de la moral establecida, si esta no coincide con nuestros deseos, no es sino actuar de manera hipócrita hacia nosotros mismos."

Pues eso.

 

Texto y foto: Antonio Gómez Rufo

 

 

La desnudez total

 

LA DESNUDEZ TOTAL

 

La literatura se alimenta de la imaginación; los escritores, de lo imaginado. Para describir un asesinato no es preciso matar, ni para narrar los instantes finales de un moribundo es necesario morir. Pero, al contrario de esas escenas literarias, para transmitir las emociones de un orgasmo es imprescindible haberlo sentido. La literatura es, casi siempre, imaginación, pero el orgasmo es un paraíso que se tiene haber visitado.

En estos días de estío, cuando el calor invita a deshacerse de ropas y mostrar cuanto se ha ocultado durante tantos
Gomezrufo -foto6meses invernales, es común desprenderse de velos y cubiertas, de modo que las calles se abarrotan de piernas, brazos, vientres, escotes y miradas, todos visibles, todas desnudas, y a la imaginación de los escritores le queda muy poco por descubrir. Y aun así los ojos siguen cumpliendo su función escrutadora para desentrañar los misterios que quedan ocultos en los cuerpos humanos en cuanto se despierta el verano.

Y, por si quedara algo por desvestir, la moda ha impuesto retirar las cortinas del único secreto que la mujer guarda celosamente en nuestra civilización: ese cortinaje que impidió durante siglos que ella, incluso sin ropa, estuviera desnuda por completo, y que hoy es retirado o moldeado según el gusto de cada cual. Tienen denominación: ingle brasileña, pubis acorazonado, hormiguero, perilla, mosca… Un trabajo de orfebrería que sólo se muestra en el zenit de la ofrenda amorosa como se obsequia una flor tras las rejas del cortejo, como se rinde una puerta retirando la cancela y el visillo de la intimidad.

La imaginación de los escritores puede fabular con las formas del monte de Venus y sus frondas silvestres o mimadas por los jardineros de la depilación. Pero ahora es mejor suponer en él desiertos, porque tendrá muchas posibilidades de acertar.

Lo único que cabe preguntarse es si esa desnudez total es capricho femenino o generosidad de mujer para satisfacer caprichos masculinos. Yo creo que hay de todo, pero, como en todo lo demás, tampoco estoy muy seguro.  

Antonio Gómez Rufo (texto y foto)

 

 

 

Sado-Masoquismo

 

SADO-MASOQUISMO

 

En estos tiempos de violencia física o psicológica sobre las mujeres, con su dramática secuela de asesinatos causados por bestias machistas que harían bien en suicidarse antes y dejar para luego sus intenciones criminales, una buena parte de la literatura sadomasoquista estaría condenada por la sociedad y pocas editoriales se atreverían a publicar novelas de Sadomasotales características.

Estoy pensando, por ejemplo, en "La Venus de las pieles", que este año cuenta con estrenos de película y de obra de teatro; una novela de Sacher-Masoch que fue un aldabonazo en su tiempo por plantear una relación de sumisión masoquista y que hoy, escrita por un autor contemporáneo, sería objeto de grandes censuras morales, aunque su moraleja fue la defensa de la igualdad entre mujeres y hombres.

Incluso cuando la relación víctima-verdugo sexual en aquella novela es similar a la de Pierre Loüys en "La mujer y el pelele", esto es, que ellas ejercen de verdugo y los hombres de víctima.

El masoquismo, concepto nacido de la novela de Sacher-Masoch y el sadismo, en referencia a las obras del marqués de Sade, son transgresiones sexuales tan lícitas como cualquier otra práctica sexual, siguiendo la opinión del célebre profesor Castilla del Pino que aseguraba que en el sexo no hay perversiones, sino transgresiones.

Con todo ello quiero decir que nada está prohibido en el sexo si se practica de común acuerdo. Y que hoy somos infinitamente menos libres a la hora de escribir y publicar según qué temas. Así pues, ¿va el mundo hacia adelante o hacia atrás? ¿Nos estamos dejando en el camino jirones de libertad en nombre de una moral cambiante que hoy impera y que mañana puede ser tan despreciada como lo han sido otras muchas pautas morales a lo largo de la historia?

Pienso en ello a ratos. Aunque tampoco mucho, no vaya usted a creer...

 

Texto y foto: Antonio Gómez Rufo

 

 

   

 

Estilos

ESTILOS

 

Cada cual tiene sus gustos, y todos son muy legítimos.

 

Ahora, por ejemplo, en los últimos desfiles de moda con propuestas para la próxima temporada, los diseñadores están desterrando la prenda íntima del sujetador. Es una tendencia que, en meses, aseguran, se expandirá.

 

Lo que habrá que saber es cuál va a ser la reacción de las empresas fabricantes de lencería, que a buen seguro se defenderán con eslóganes y razones para no perder el jugoso beneficio que obtienen en la venta de sostenes, sujetadores, tops o como los quieran llamar.

 

Estoy bastante de acuerdo con la nuevas propuestas de la moda porque, por lo que a mí respecta, tengo una idea muy particular de cómo me resultan realmente fascinantes las mujeres. Para mí, están seductoras, bellísimas, atractivas e irresistibles sencillamente vestidas con un pantalón vaquero y una camisa de seda blanca, sin sujetador, para que sientan cómo el suave tejido acaricia con sus roces, al moverse, el terciopelo de los pezones.

 

Estilo -gomezrufo

 

La moda es cambiante; el canon de belleza, también. Pero, desde siempre, yo he permanecido impasible a los cambios. Vaquero, camisa de seda y nada más.

 

Es el estilo que me gusta. Hay otros, cada cual tendrá el suyo, pero al igual que cada persona prefiere un género literario a la hora de entregarse a la lectura, yo soy partidario de ese sencillo modo de vestir en el momento de entregarme a la fantasía.

 

Y no me importa ser el único.

 

Texto y fotos: Antonio Gómez Rufo

 

   

De tríos y más

DE TRÍOS Y MÁS

 

De las fantasías sexuales más comunes, la principal es, sin duda, hacer un trío, lo que los franceses bautizaron como ménage à trois porque ellos siempre saben cómo denominar a las cosas para que suenen mejor. Hasta el mismo Woody Allen llegó a decir que "podíamos haber tenido más sexo, pero no había gente suficiente". Y es que practicar sexo entre dos termina siendo gimnasia y es necesario invitar a alguien más para innovar y gozar practicando un deporte de equipo.

 

El "trío" es una denominación genérica y puede tener componentes muy diferentes. Sus participantes pueden ser tres o más personas, a veces tomadas de tres en tres; también pueden ser diversos desde el punto de vista intergenérico, dependiendo del sexo de los actores; y, por supuesto, puede ser emocionalmente distinto, al incluir amor o sexo, o ambas cosas a la vez.

 

La literatura, tan cauta a veces, ha reflejado hasta la saciedad los triángulos amorosos, pero casi nunca ha metido a los Fotointima -gomezrufotres amantes en la misma cama. Es lo que tiene la perversión del romanticismo, que hace del sexo, vicio y del amor, embeleso. Cuando lo cierto es que lo que quiere la fantasía general es ruido, morbo, sudor y revoltijo.

 

Como Marta. Mi amiga Marta ha quedado mañana para hacer un trío con una amiga y un chico que conocieron el sábado pasado en un local de copas. Hoy me ha preguntado si podía orientarle en cómo comportarse, porque es nueva en esos juegos, y mi vocación pedagógica no ha podido resistirse: he quedado con ella y su amiga esta noche en mi casa para explicarles los detalles. Y al detalle.

 

Hoy estoy comiendo bien, que esta noche tendré trabajo…   

 

Texto y fotos: Antonio Gómez Rufo    

      

 

De niña a mujer

DE NIÑA A MUJER

 

Me dice Susana que una niña se convierte en mujer cuando descubre lo que se guarda debajo de su escote; y que una mujer se convierte en mala cuando es consciente del poder del arma que esconde entre sus piernas. Susana es una chica mala, pero también muy lista. A veces me pregunto si debo fiarme de todo lo que me dice.

Y además de lista y mala, también es muy natural cuando cuenta sus cosas. Porque hoy me ha dicho que este año, por primera vez, ha follado. Que necesitaba hacerlo, y vivirlo, y comprobar si era verdad lo que escribió su adorado Rilke al decir que "la voluptuosidad corporal es una experiencia grande, infinita, que nos es dada, un saber del mundo, la plenitud y el fulgor de todo saber". Porque al leer esas cosas se le llenaba el pecho de ideas raras y placeres desconocidos.

Susana es de la estirpe de Nabokov, o por mejor decir, de Lolita. Es lo que tienen las niñas cuando descubren sus cuerpos en la mirada del otro, en la maliciosa intención de un hombre que las desea, como si las miradas fueran dardos y su corazón, un cesto lleno de interrogantes. La niña se convierte en mujer por una mirada, un beso o un sueño. Son bellas durmientes mientras no aparece el príncipe, o una princesa.

Susana acaba de cumplir veinte años y ya ha comprendido todo lo que se debe saber en relación con la ametralladora de su cuerpo. Ahora, dice, va a disparar ráfagas para recuperar el tiempo, como las disparó Beatriz ante Dante, cuando el escritor hizo de Bice su musa en La Divina Comedia. O Violante de Hungría ante el rey don Jaime I de Aragón.

Lo único que no sabe es que a Cenicienta nunca le cupo el zapato de cristal. Y es que el príncipe, como ciertos hombres ante una mujer joven, hizo trampas…

 

Pie -gomezrufo

 

Texto y foto: Antonio Gómez-Rufo

     

 

anikaentrelibros no se hace responsable del uso de imágenes de los blogueros a partir del momento en que informa que sólo deben utilizarse aquellas libres de copyright, con permiso o propias del autor

Semana de pasión

 

SEMANA DE PASIÓN

 

Me dijeron que empezaba la semana de pasión y me fui a la playa para huir de los excesos: si todo el mundo iba a estar por ahí pidiendo guerra, con la libido echando chispas y las hormonas revolucionadas, lo más recomendable era echarse a un lado y regresar a las lides de la seducción cuando la cosa estuviera más calmada, que uno no está dispuesto a Gomezrufo -foto5dejarse arrastrar a los piélagos de la lujuria durante una semana tan santa.

 

Unos días de playa, hamaca, sombrilla, refresco y libro, a orillas del Mediterráneo, era lo menos que uno se merecía tras este invierno largo y lluvioso como si los benedictinos hubieran salido de rogativa. Y allá que me fui, por airear el cuerpo y protegerlo de la fiebre de pasiones que se anunciaban.

 

Me llevé dos novelas y una hipoteca de sueño atrasado que intentaba liquidar. Los libros eran la novela de Raúl Guerra Garrido, "Dulce objeto de amor", y la antología de novelas de Alfons Cervera que ha publicado Montesinos. Y las horas de sueño y descanso que me debía las iba a pagar durmiendo diez horas diarias.

 

Con lo que no contaba era con que se murió mi escritor más amado y que un poco antes me tentó una criatura de la noche y me puso a trabajar en arrumacos y a despilfarrar energías. Traté de ser precavido, huir de tentaciones pasionales y tener prudencia, pero se me murió Gabo y se me presentó la pasión en toda su intensidad.

 

Hay semanas que uno no debería salir de Madrid.

 

 

 Foto y texto: Antonio Gómez Rufo

 

 

Novelas eróticas

NOVELAS ERÓTICAS

 

Estaba repasando mi biblioteca erótica porque los primeros soles de la primavera me han puesto con las hormonas mirando a Burgos y me he dado cuenta de que ya no se escriben novelas como antes. O ya no se publican, claro. Porque, pensándolo bien, en estos tiempos los editores le hubieran dicho a Cervantes que abreviara, por favor, que se estaba sobrando con don Quijote, y a Dostoievsky que hiciera el favor de un poco más de crimen y menos castigo, que a los lectores les gusta el género desde que leyeron la trilogía de Stieg Larsson.

 

Echando una ojeada por las páginas de Apollinaire, Henry Miller, Lawrence y el divino marqués de Sade, he vuelto a creer que debería dejarme de historias y volver a mis tiempos de "El último goliardo" (Tusquets, 1984), que, además de Gomezrufo -foto4divertirme, servía para abrir espacios de diálogo desinhibido. Y lo que no eran diálogos. Pero está visto que los aficionados hoy satisfacen sus necesidades en Internet y la lectura no acaba de permitirles visualizar nítidamente Burgos.

 

Mi madre me regaña (de mentirijilla) cuando escribo novelas eróticas, aunque se las lee y no se escandaliza. Es la modernidad de las madres, más libres cuanto más mayores. Porque las madres de cuarenta y cinco leen a escondidas a Grey, pero les prohíben a sus hijas de veinte pasear por Burgos, mientras la mía, de noventa y dos, lo comprende todo tan bien que, no sé si será por el hambre que pasaron en la guerra o porque ya le sale todo por una friolera, pero el caso es que le divierte también el erotismo, aunque no lo diga porque esas cosas no están bien (sic).

 

Hoy he releído "Las tres hijas de su madre", de Pierre Louÿs, y me ha parecido más hermoso que nunca el paseo del Espolón y la catedral burgalesa. Será la primavera, o las hormonas, o vaya usted a saber, pero el caso es que me gustaría que volvieran a escribirse novelas como antes.

 

Porque, de lo contrario, tendré que hacerlo yo.           

 

Texto y foto: Antonio Gómez Rufo