Lincoln 3 (comic)

Opinión:

"En bolas por la pradera" diría el subtítulo si en vez de ponerlo en la primera página lo hubieran puesto en portada, y habría dado una imagen muy acertada de lo que veremos: por un lado una nueva aventura y, por otro, a varios personajes que acabarán en pelotas. El por qué es cosa de una dama revolucionaria con más dedos de frente que cualquiera de los tipos que salen en el comic.

Puede que la imagen de portada de una idea de quién acabará en bolas pero no… Lincoln no será el único. Hay sorpresas.

Esta tercera parte se hace más larga y es porque en vez de tener dos aventuras, contiene sólo una pero con la misma cantidad de páginas. Se tiene la impresión de leer muchos más diálogos  y en ocasiones bastante densos. No obstante tiene sentido, los autores han tratado de retratar lo mejor posible el fanatismo de la anti revolución por parte de los ricachos, y la necesidad de dar sentido a la lucha por parte de los revolucionarios a los que se les machaca continuamente desde el poder de los ricos y hacendados. En cierta forma es política y poder y ¿qué son la política y la lucha por el poder si no hablar y hablar para lavar bien los cerebros y mantener las luchas siempre al rojo vivo?

Por el contrario dios y el diablo hablan poco aunque vuelven a hacernos sonreír, y en cuanto a Lincoln… Lincoln es Lincoln, no hará una como se espera. Va a su rollo, hace lo contrario de lo que se espera, y es inevitable reírse con él.

La parte atractiva la pone el personaje de Paloma, la mexicana revolucionaria que mueve el cotarro, y sus malentendidos con Lincoln (esos son de lo más graciosos), pero que nadie se pierda el personaje de la madre de Paloma, una mujer de armas tomar que cada vez que abre la boca parece que tiembla el suelo.

El carácter de Lincoln no cambia: es antipático, huraño, egoísta, vago, chaquetero y antihéroe, pero nos dará una sorpresa bien merecida antes de que termine la historia.

Yo me he reído especialmente con la relación entre Lincoln y Paloma.

El volumen finaliza con las aportaciones ilustradas de Pau, Kokor, Gabriel Hernández, José Luis Ágreda y Bouzard.

Anika Lillo