La estrategia del pequinés

Opinión:

Hace poco leí la última novela de Alexis Ravelo, "Los días de mercurio", publicada también por la editorial Alrevés. Ahora ha sido el turno de "La estrategia del pequinés", en una edición conmemorativa del décimo aniversario de la primera edición. Ambas ediciones constituyen una especie de obituario del escritor, fallecido en enero de este año.

Aunque en esos días ya tenía esta novela en mis manos, preferí esperar, darme un tiempo para no sentirme influenciado por aspectos emocionales y dedicarme de lleno a la lectura de esa historia, negra como pocas, y disfrutarla como se merece, por sí misma, porque es tan retorcida como sorprendente, con unos personajes que lo dan todo y, algunos, bastantes, también lo pierden todo.

El autor se mete en la piel de sus personajes, mostrando la cruda realidad de sus deseos, de sus anhelos, de sus neuras, que de todo van bien sobrados. También cómo han llegado a ese momento de sus vidas, bien o mejor para algunos, mal o peor para unos cuantos.

Así es que se notan más o menos cercanos, según como nos vayan cayendo, ya que, como es normal, es fácil decantarse por algunos, incluso encariñarse con ellos, aunque se sospeche que no lo tendrán fácil, que puede que más de uno no llegue más allá del desenlace.

La estructura de la novela está dividida en una serie de partes, con un título más o menos descriptivo, donde se van numerando luego los capítulos internos de cada una. Esta edición conmemorativa incluye además una nota editorial, un prólogo de Alexis Ravelo, donde cuenta lo que significó para él esta novela, sobre todo en lo referente al contacto con la editorial y a cómo fueron los primeros momentos desde su publicación. También se ha incluido un relato corto, inédito, sobre el pasado de uno de los protagonistas de la novela.

A mí, personalmente, me ha encantado "La estrategia del pequinés", una novela contundente, que condensa la esencia del género negro en una historia que no deja indiferente y que se disfruta desde un principio rompedor hasta un final agridulce, tal cual son y han sido siempre las cosas.

Selin