El jardín herido

Opinión:

"Puedo ser la primera florista del mundo preocupada por la libertad de sus plantas. […] Soy la florista que siente en su cuerpo ese cansancio de la naturaleza con la que comerciamos, que percibe como suyo el dolor de esas supuestas maravillas que hacemos crecer bajo plástico al calor de los soles fingidos por lámparas de dos mil vatios". Con estas palabras se inicia "El jardín herido" de Rafael Ruiz Pleguezuelos, una cautivadora novela que explora las complejidades de la lucha ecologista a través de un personaje que debe enfrentarse a sus propias contradicciones. Mónica Reyes, la protagonista de la novela, regenta una floristería de barrio con ayuda de Javi, con quien mantuvo una breve relación amorosa que terminaría ante las expectativas de un compromiso más serio. Originarios ambos de un pueblo de Granada, llegaron a Madrid sin otra intención que establecer este negocio, que prospera gracias a su participación en certámenes florales. Sin embargo, como bien apuntan esas primeras líneas, Mónica es consciente de que su floristería está lejos de ser un negocio ecológico, asunto que trata de remediar mediante su compromiso individual en el movimiento ecologista. Así, desde las primeras páginas conocemos su implicación en Militancia Verde, un grupo ecologista de escasa actividad real, más allá de debates teóricos y reuniones que terminan sin ninguna conclusión. De ahí que, frustrada por la falta de acción y por la inutilidad de su militancia, Mónica se rebele contra el autoproclamado líder del grupo ecologista; un acto de rebeldía que traerá consigo el despertar de su propia conciencia y un gran cambio para su vida.

Mayte, una mujer enigmática que se siente interpelada por la rebeldía de Mónica, será la personificación de ese compromiso activo por la lucha climática. Ella misma irá en busca de la protagonista para invitarla a participar en un grupo radical junto a Daniel, supuesto primo suyo y habilidoso informático. Ambos han planeado una serie de iniciativas que contarán con las flores de Mónica como símbolo de su propia revolución. Sin embargo, su participación en estas actividades radicales pondrá en tensión no solo la pervivencia de su negocio, sino también los cimientos de su propia identidad y, por si fuera poco, también la confianza que en ella había depositado Javi. De esta forma, los conflictos emocionales a los que se enfrenta la protagonista coinciden en la novela con una reflexión profunda sobre la conciencia ambiental, sobre la ética personal y, en última instancia, sobre la búsqueda de identidad en un mundo cada vez más consciente de los problemas ecológicos. No en vano, la propia narradora afirma que "esta no es una historia sobre flores libres y presas", sino que es "el libro sobre cómo se puede ocultar un fracaso con un desastre", pues plantea el tránsito de una militancia pasiva, anclada en la queja y en la contemplación, hacia un compromiso activo que, pese a sus acciones, asume la imposibilidad del cambio.

Dejando ahora de lado el argumento de "El jardín herido", que apela como pocas obras a los conflictos de mayor urgencia en la actualidad, es asimismo significativa la estructura de la novela. Escrita en primera persona, a modo de confesión o testimonio de la protagonista, la obra intercala estos pasajes narrativos con otros, más bien digresivos, extraídos de un supuesto ensayo, "La invención de lo vegetal", que habría sido crucial en la toma de conciencia de Mónica. No es el único libro que Ruiz Pleguezuelos inventa dentro de la ficción: entre los distintos referentes que mencionan los personajes, algunos de los cuales son tan reales como Herta Müller o Edward Abbey, se cuelan otros inventados, como un tal Marcel Straatman, cuyo supuesto libro daría nombre a la floristería de la protagonista. No en vano, el autor ha mostrado tanto en "La piel del lagarto" como en sus obras teatrales, recogidas bajo el título de "Camino de carnaval", su interés por los cruces menos sospechados entre realidad y ficción, allí donde la literatura se encuentra a sí misma.

Con un enfoque contemporáneo, pero al mismo tiempo con la mirada puesta en la tradición literaria, "El jardín herido" examina la tendencia actual de la lucha ecologista, donde la notoriedad se busca a través de acciones espectaculares. La historia de Mónica se convierte así en un espejo de las contradicciones presentes en la sociedad moderna, hasta el punto de obligar a los lectores a cuestionar sus propias elecciones y responsabilidades ambientales. Con ello, pues, la prosa elegante y dinámica de Rafael Ruiz Pleguezuelos nos invita a reflexionar sobre la ecología y el compromiso, dos de los temas que más discusiones van a protagonizar en los próximos años.

Darío Luque