Chick Bill Integral 16 (1968-1969)

Opinión:

Con este ya llevamos reseñados un cierto número de los recopilatorios de (los) personaje(s) creado(s) por Tibet, siendo este el cuarto que reseñamos.

En anteriores críticas ya hablamos de las características de la creación de la obra, de su inclusión en las revistas de la época, de su adscripción a la "línea clara del cómic franco belga", etc. También comentamos que las historias publicadas en la revista Tintín eran de corte más "realista", mientras que las que lo hacían en la revista Junior eran de corte más fantástico.

Bien, aquí las tres historias incluidas, obra de Duchâteau y de Tibet, fueron publicadas originalmente en Junior, serializadas desde Enero del 68, a Abril del 69. Como su nombre indica, las historias El rey de Esclocia y El prisionero de Esclocia (14 Mayo 68- 10 de Abril 1969) forman una historia que se extendió durante prácticamente un año entero. Respecto a la revista en la que fueron publicadas, si bien la primera parece no cumplir con lo dicho que en Junior se publicaban las más fantasiosas, sí podemos decir que las otras dos (las de "Esclocia") podemos situarlas en ese estilo.

La primera, "Jaque a Dog Bull" (recordemos, el sheriff de Wood City) es una entretenida historia en la que una serie de enigmáticos robos y atracos mantiene en vilo a toda la población y, en especial, a Dog Bull, que ve como su esfuerzo por mantener una ciudad libre de crimen cae en saco roto; pero lo que es más, cuando intenta copiar el modelo de una ciudad verdaderamente libre de actividades ilegales, la situación empeora. Finalmente, con la ayuda de Chick Bill, Pequeño Caniche, y de Kid Ordinn, consiguen solucionar la situación; en especial, gracias a Chick Bill, con lo que vemos que, como dijimos en otras reseñas, vuelve a ejercer de protagonista, dado que en anteriores ocasiones el protagonismo recaía más en Kid Ordinn (el inepto ayudante del sheriff), y en Dog Bull.

En las otras dos historias, tanto los autores, como los personajes, salen (de nuevo) de su zona de confort y, tras una travesía marítima, arriban a las costas de la isla de Esclocia, situada, supuestamente al oeste de la Isla de Pascua, pero ignorada por los cartógrafos y los viajeros. Aquí la acción recae primeramente en Kid Ordinn de nuevo (en especial en la primera historia), pero desplazándose en la segunda a Chick y a Bull, sin olvidar, por supuesto, a Pequeño Caniche.

Tampoco es que se vayan a explayar los autores en ilustrar decorados fantasiosos, ni personajes fuera de lo común; pero al menos, tal como ya sucediese en las historias ambientadas en el Tíbet (al menos que yo recuerde), vale para descansar un poco del ambiente western y de los personajes a él vinculados. Siempre viene bien una cierta variedad en las historias, sin desmerecer las situadas en sus escenarios habituales, para "airear" y tomar un pequeño respiro y volver con más fuerza, si cabe a los orígenes.

Se complementa el volumen con los habituales extras, entre los que destacan una selección de las caricaturas que realizaba Tibet.

J. Javier Arnau