Casacas Azules 2002 - 2005

Opinión:

En "Réquiem por un azul", el sargento Chesterfield se encuentra hospitalizado después de una de las famosas cargas del capitán Stark, al preguntar cómo ha llegado hasta allí y que ha sido del cabo Blutch le van dando diferentes relatos en los que su compañero, creyendo que ha muerto, pone su vida en peligro portándose como un héroe al intentar vengarle. No cuento el final pero más o menos os lo podéis imaginar; solamente puedo decir que me he reído como nunca al comprobar lo que ya sospechaba. Algunos cambios en el formato y diseño de las viñetas no han hecho sino dar un mayor impacto visual al episodio.

Después del desastre de los últimos combates, a Blutch y Chesterfield se les asigna un nuevo regimiento al ser los únicos que han sobrevivido. Ellos serán los voluntarios elegidos para hacer frente a una ciudad defendida solamente por mujeres, "Lagrange". Allí seremos testigos de los hechos históricos que se viven en el episodio de "Las Nancy Hart", donde las mujeres de los soldados confederados luchan usando todas las tretas imaginables contra el ejército de la Union, quienes tendrán que salir huyendo cada vez que intentan acercarse o introducirse en la zona fortificada. En las notas finales se deja constancia del valor de la mujer en la historia estadounidense y las milicias que encabezaron.

La tercera entrada de este integral le corresponde a "Arabesco". Varias historias que tienen como tema central la yegua del cabo Blutch, desde que se hizo con ella hasta otras aventuras en las que ha sido protagonista. Una extensión de los dos episodios anteriores en los que también participa activamente. Su característica principal es la de tirarse al suelo y fingir que está muerta nada más escuchar un disparo; todo un clásico de Casacas Azules, presenciar una de estas escenas cada vez que el capitán Stark dice su frase favorita: "¡Caaargueen!". Un homenaje a los caballos y su papel fundamental en el ejército, sin ellos la guerra de Secesión se hubiese contado de otra manera.

Como siempre, no faltan los detalles ni el color en las viñetas y los diálogos están cargados de humor, a veces de ironía; pero es, en el dibujo de los caballos, en diferentes posiciones y movimientos, donde mejor se puede apreciar el arte del dibujante Willy Lambil.

Porlomenix