Buz Sawyer. Guerra en el Pacífico. Daily Strips 1943-1945

Opinión:

Al margen de los guiones, cosa de la que enseguida hablaremos, hay un par de cosas que me llamaron la atención nada más comenzar a leer este tomo, siendo una de ellas el cierto tono caricaturesco del dibujo (en especial de los personajes, claro está), y la otra el sombreado, la trama, los volúmenes: voy a comenzar por esta última.

Si en otras reseñas de tiras de prensa como por ejemplo las de "X-9 Agente Secreto Corrigan", o las de "Johnny Hazzard" (muy cercano tanto en fechas como en temática a este que estamos comentando), o en el cómic europeo los recopilatorios de "Black Max", o la "Decimotercera Planta", por poner unos pocos ejemplos, hemos hablado del uso de las manchas de tinta y/o las rayas/tramas para dar la sensación de volúmenes, de profundidad; aquí encontramos el uso del Craftint y Doubletone (lo mismo, pero con tramas dobles cuadriculadas y rayadas), una técnica de la que Crane fue precursor y maestro. Se trata de aplicar un papel especial y dos líquidos reveladores, con los que se consiguen uno contrastes especiales, espectaculares en ciertos momentos, con los que se puede jugar con los efectos de luces y sombras, con los diferentes volúmenes, etc. En el caso que nos ocupa, viene muy bien para los contrastes entre el día y la noche, los efectos de la iluminación sobre las nubes, el brillo y resplandor de la nieve y el hielo… es decir, una técnica que se puede usar de manera profusa, a la vez que magistralmente para dar un toque diferenciador a la obra.

Caricaturesco; es curioso el contraste que se llega a dar entre el aspecto de los personajes, así como de muchas de sus expresiones, con el del fondo general de la obra; es decir, unas personas dibujadas tirando hacia la caricatura, el cartoon, con líneas simples, muy cercano a la denominada línea clara del cómic europeo (es más, algunos de los personajes me han recordado fuertemente a algunos de los aparecidos en las Bandes dessinées de Tintín) contrastando con los duros, por sólidos, artefactos presentes (portaaviones, tanques, camiones, bombarderos...) así como con la dureza intrínseca de la guerra, ya sea a nivel de grandes batallas como a corta distancia entre un puñado de integrantes de cada bando.

Guion (ya hemos llegado); Buz un excelente piloto, buen compañero, noble y algo ingenuo, con su compañero Sweeny, contrapunto cómico, a bordo del portaaviones Tippecanoe. Buz es el típico héroe de acción tipo Flash Gordon que no duda en exponerse a todo tipo de situaciones arriesgadas si cree que el fin lo vale y, asimismo, es el clásico héroe ante el que todas las féminas caen rendidas, llegando incluso al sacrificio por amor. Sin embargo, en el terreno sentimental Buz no lo tiene tan claro, su experiencia con las mujeres en dicho terreno, al contrario de lo que pueda parecer en sus aventuras con las féminas en el Pacífico, no le sirve para sus relaciones en la vida civil; en ella, llega a sentirse manejado, dudando entre varios "frentes". Aprovecha el autor esta situación para meter cierta crítica social, en concreto a las familias que intentan medrar en la sociedad a cualquier precio, sin importarle la opinión ni los sentimientos de los demás. En esa situación se encontrará Buz entre dos "fuegos", al estilo Peter Parker/Gwen Stacy/Mary Jane Watson, Archie/Verónica/Betty... Thor/Jane Foster/Sif... Es decir, Roy Crane sitúa el foco en varias acciones simultáneas, el conflicto en el Pacífico y la vida en la localidad natal de Buz, a la que regresará de permiso, y en la que, en un anticipo de lo que podrá ser su vida tras su licencia, lo vemos mucho menos "resolutivo" que en su faceta de héroe de guerra.

Un imprescindible que merecía ser rescatado en una buena edición como la presente.

J. Javier Arnau