¡Ya viene, ya viene! La fiebre despertada por "Las 50 sombras de
Grey" ha despertado algo que parecía muerto, o se reprimía, o se
ocultaba: el ansiado territorio erótico de los seres humanos.
El éxito de la trilogía se verá aumentado con el estreno de la
película, para la que los productores han escogido actores y
actrices de gran tirón popular entre los jóvenes de EEUU. Toda una
declaración de principios.
Las editoriales dicen que ahora llegan miles de manuscritos de
temática erótica, incluso pornográfica. Salvando el detalle de que
no está muy clara la diferencia entre ambos conceptos ("El erotismo
es la pornografía vestida por Christian Dior", dixit Berlanga), la
realidad es que, como en toda época de crisis, sólo dos cosas
sobreviven: la gastronomía y el sexo. Preparémonos, pues.
Tampoco es que sea un gran descubrimiento: miles de páginas de
Internet venían demostrando que, disimulando, seguíamos mirando
sexo o relacionándonos a través de las webs de contactos.
Ahora, lo único novedoso es que estos libros y películas dan
visibilidad a lo que permanecía enmascarado: la afición por el
erotismo, la sexualidad, el goce, el deseo (o como quiera
llamársele) de todos los seres humanos. Lo que cambia es que a los
que declarábamos nuestra afición se nos llamaba "rijosos" hasta
ahora y en adelante se dirá que estamos a la moda. Da igual. A mí
me sigue pareciendo que a quien no le guste el sexo se está
perdiendo lo mejor de la vida. Aunque, a falta de mejor avío, uno
tenga que conformarse con leerlo o verlo en una pantalla.
¡Ya viene, ya viene! Que nadie se
escandalice.
Fotografía del
autor