Anika entre libros

vicente rojo, el general que humilló a franco

Ficha realizada por: Txema

Título: vicente rojo, el general que humilló a franco
Título Original: (vicente rojo, el general que humilló a franco)
Autor: Carlos Blanco Escolá
Editorial: Planeta DeAgostini


Copyright: Colección Guerra Civil ISBN: 84-674-2204-1
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Argumento:

El historiador y coronel de caballería Carlos Blanco Escolá, se ocupa en este libro de la figura del general Vicente Rojo Lluch, uno de los militares que permanecieron leales al gobierno de la Segunda República y que además tuvo una brillante trayectoria durante la guerra provocada por el golpe de Estado julio de 1936.

Opinión:

Este libro ayuda sin duda a desterrar las colosales mentiras que durante decenas de años, y aún hoy, hemos tenido que soportar los españoles en relación con el golpe de estado del 18 de julio de 1936 y la guerra que desencadenó.

Blanco Escolá ha efectuado una investigación seria y exhaustiva que pone al alcance del lector interesado algunas ideas y datos sobre lo que sucedió en julio de 1936 con respecto, sobre todo, al ejército español.

En primer lugar, y no se trata de un dato nada desdeñable, aclara una cuestión que, como ya he comentado, ha supuesto una inmensa mentira a lo largo de la dictadura de Franco: la presunta implicación de la mayor parte del Ejército en el golpe de estado del 18 de julio. Nada más alejado de la realidad.

Es posible que Blanco exagere cuando señala que el golpe sólo fue apoyado por el grupo de jefes y oficiales africanistas. Parece más acertado decir que fueron más los militares que, por un motivo u otro, se sumaron al pronunciamiento. Pero, en todo caso, los datos que yo mismo he consultado, parecen indicar con un alto grado de fiabilidad que menos del 60 por ciento de los altos mandos y oficiales apoyaron a Mola y Franco.

De hecho, de los capitanes generales sólo uno se sublevó y, como ponen de relieve diversas fuentes, los golpistas tuvieron que recurrir al terror para vencer la resistencia de muchos militares leales al gobierno constitucional. Sólo así se explica que fueran fusilados nada menos que 16 generales.

Y, en relación con este hecho, es significativo lo que afirma Blanco Escolá: las deficiencias de Mola y sus secuaces en la planificación del golpe, sólo pudieron ser superadas por unas dosis de terror verdaderamente increíbles. Los datos que aporta sobre la crueldad de los sublevados no deja lugar a dudas.

En tercer lugar demuestra el libro que Franco tenía muy poco de ese genio militar que se le ha atribuido y que, en el plano táctico, demostró ser un auténtico zoquete, por mucho que sus aduladores y panegiristas le hayan intentado llevar a la cúspide y compararle poco menos que con Napoleón.

En cuarto lugar también queda palmariamente demostrado que la ayuda de los gobiernos nazi y fascista de Alemania e Italia respectivamente, fue absolutamente decisiva en el desarrollo de las operaciones militares y que, sin esa generosa ayuda en material y efectivos humanos, Franco habría perdido la guerra irremisiblemente, incluso aún contando con los graves errores políticos del gobierno republicano.

Por el contrario, también se confirma que ni la ayuda de la URSS fue tan abundante como se ha pretendido y, asimismo, que las democracias occidentales prestaron un flaco servicio al gobierno español con su absurdo Comité de No Intervención, que obstaculizó cualquier intento republicano por equilibrar la ayuda que recibió Franco.

Quizá en el aspecto negativo hay que señalar que el libro nos dice muy poco de la figura humana del propio Vicente Rojo, salvo que se trató de un militar íntegro, estudioso y culto. Poco nos dice sobre su vida y su personalidad. No es una biografía en el sentido que se da a ese tipo de obra.

En cambio hay que darle una buena nota en la primera parte de la obra en la que describe perfectamente los motivos que llevaron al ejército español a convertirse más que en toda su historia en una especie de casta de intrigantes arribistas de la que muy pocos se salvaron y señala a Alfonso XIII como el máximo culpable de
esa situación. Una especie de ejército gendarme más preocupado de sus intereses particularistas que de la defensa nacional.

En todo caso, es muy probable lo que cuenta Blanco Escolá sea conocido por muchos que pensarán que poco o nada nuevo aporta. Es posible, pero a las generaciones ahora jóvenes, les servirá para saber cuál fue la verdad de una historia que todavía hoy se pretende ignominiosamente tergiversar.

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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