Viajeros de un mar de nubes

Opinión:

"Viajeros de un mar de nubes" es un soplo de aire fresco por la originalidad de su mundo, donde mezcla magos, eruditos, barcos voladores y potencias tecnológicas. Es todo un despliegue de imaginación en lo que se refiere a escenarios y estéticas, aunque con tanto viaje no da tiempo a profundizar en ninguno de los pueblos por los que se desarrolla su aventura ni en su estilo de vida más allá de algunos rasgos generales.

Por otro lado, algunas cosas me rechinan. Por ejemplo, me choca que se dé peso a lo femenino en el grupo protagonista y se acepte su liderazgo en un mundo tan patriarcal: "oficialmente" solo es patriarcal el Imperio, pero según vas leyendo te encuentras con que son varones todos los antagonistas y las principales autoridades de todos los lugares que visitan, donde las mujeres, cuando aparecen como secundarias, generalmente es en papeles tradicionales femeninos. Lo que se dice y lo que se muestra no me cuadra, en este y en algún otro asunto similar.

El grupito de personajes principales, encabezados por Lyra, no es una combinación especialmente novedosa (muy típica de juegos de rol, con perfiles muy definidos; por suerte no son planos), pero funciona y se complementan bien. Además, resulta fácil encariñarse con ellos, ya que tienen diversos orígenes, orientaciones y puntos de vista. No obstante, su capacidad de decisión está bastante limitada y todos acaban por ser arrastrados por las circunstancias y el destino constantemente.

Cambiando de tema, la trama tiene bastante encanto, al menos mientras se mantiene el punto de misterio, de investigación y de viajar de un lado para otro con el objetivo de averiguar todo lo que está pasando. Una vez que se tiene una composición más o menos completa, sin embargo, me dio la sensación de que se desinflaba y cada vez se me hizo más cuesta arriba seguir leyendo. No ayuda que se meta tanta crítica socioeconómica y ecológica en ese último tramo.

En definitiva, es un libro muy visual, con un mundo complejo y una trama interesante, aunque con ritmo decreciente y cosas mejorables.

Déborah F. Muñoz