Versalles. El sueño de un rey

Opinión:

Me llamó la atención la presentación de esta novela por la belleza del palacio de Versalles y sus jardines, y me interesaba conocer las características de su construcción como ya he podido hacerlo con otras obras arquitectónicas de distintos puntos de la península gracias a la narrativa de nuestros autores. Y aunque me hubiese gustado satisfacer mi curiosidad en mayor profundidad he de decir que no son pocos los detalles, si bien estos se exponen de forma indirecta sin llegar a ser el centro de la novela.

La obra que Luis XIV realizó fue algo más que un capricho, fue su manera de dar grandeza a Francia dotándola de una obra arquitectónica y paisajística sin igual en toda Europa, su belleza además debería ir unida al comportamiento y refinamiento de su Corte, y extender las normas de sociedad y etiqueta a cada rincón de la nación.

La trama principal no es la obra, como ya he expuesto anteriormente, es, o mejor dicho lo son, las diferentes conspiraciones e intrigas palaciegas que se suceden en torno al rey Luis XIV; desde su hermano a miembros destacados de su gabinete, pasando por quienes se venden al mejor postor y las ambiciones políticas de Holanda e Inglaterra siempre dispuestas y en pie de guerra para arrebatar a Francia parte de su territorio.

Son varios los personajes femeninos que acuden al rey, bien para conspirar o para dejarse seducir, por lo que la lectura se mueve entre la intriga y la pasión dejándonos una novela de enredos familiares, hijos bastardos consentidos y la imagen de un rey amado hasta la enfermedad por varias mujeres a la vez. Destaca entre todas ellas Enriqueta, la mujer de su hermano Felipe, quien jugará un papel decisivo en más de un conflicto a lo largo de la novela.

La parte histórica se funde con la ficción y aunque sabemos de antemano que la novela es fruto de una serie de televisión pronto nos olvidamos de ese hecho y nos dejamos seducir por el ambiente creado por la autora literaria. Quienes han visto la serie dicen de ella que la atmósfera y la producción atrapan, pues tiene los ingredientes adecuados para no sentirse agobiado por los datos históricos y sí una buena base para entretenerse con la historia mientras recreamos la vista con la delicadeza y el buen gusto que se empezaba a instaurar en Versalles; algo parecido sucede con la lectura. La autora ha sabido transmitir al papel la arquitectura, la flora y las prendas de vestir, transportándonos a una época en la que a primera vista parecía que las guerras y la política eran menos importantes.

Pero eso es sólo la apariencia, porque al placer de ver como se realiza un proyecto hay que añadir todas las intrigas que uno pueda imaginar; el acecho constante de Europa, los quebraderos de cabeza por querer satisfacer a todas sus amantes, o el descontento de sus antiguos soldados. Estos, reconvertidos ahora en albañiles, se muestran descontentos por sus condiciones laborales y se ven obligados a paralizar las obras, fruto de estas reivindicaciones se construyó en París el Palacio de los Inválidos; un complejo entre residencia y hospital para los veteranos de guerra.

Las torturas, desmembramientos o el uso de veneno se cuelan en estas páginas dando emoción, convirtiéndose en un contraste frente al orden perfecto que Luis XIV quería conseguir y añadiendo un poco de ritmo a la trama en la que participan muchos personajes secundarios que, de manera coral, se mueven alrededor del rey y del palacio en construcción. Son variados los focos de atención y las subtramas que se suceden por lo que es imposible no sentirse atraído por cada nueva situación así como en su conjunto.

Luis XIV, atormentado por los recuerdos de su madre, Ana de Austria, ansió tanto el poder y el control de la nobleza francesa que se convirtió en un rey absolutista, modelo de gobierno que perduró con sus sucesores. La trama nos descubre a un personaje obsesionado con el palacio de Versalles hasta el último detalle, pero de igual manera nos muestra a un gobernante decidido y con múltiples frentes abiertos a los que sabía dar respuesta. El palacio en sí era una excusa, un medio para alcanzar otros objetivos de mayor envergadura.

El final cierra un episodio que seguro que dará paso a nuevas entregas con las que poder seguir disfrutando de la conclusión de este sueño y a nuevas e inquietantes tramas de intriga y pasiones; las cuales ya estoy esperando.

Porlomenix