ventanas. veredas

Opinión:

Al contemplar un cuadro, o cualquier obra de arte, se establece una especie de diálogo entre la obra y el espectador. El cuadro nos ofrece el mensaje, el sentimiento que desea comunicar su autor; por su parte, el espectador recibe ese mensaje mediatizado por multitud de factores: su personalidad, cultura, vivencias, estado de ánimo, etc. Además el lienzo funciona como soporte donde el espectador se proyecta de forma inconsciente, lo que provoca que encuentre en el cuadro partes de él mismo de las que no es consciente y ésto lo atribuye también al mensaje que transmite la obra. De todo esto se deduce que el mismo cuadro tiene tantos significados diferentes como espectadores que lo contemplan; lo mismo puede decirse sobre los sentimientos que despierta en ellos.

Estos sentimientos, estas diferentes maneras de entender la obra, son el origen de los textos que acompañan los cuadros de la pintora granadina. Los textos que reflejan más directamente estos sentimientos son, como no podría ser de otra manera, las poesías; pero también hay textos en prosa que elaboran esos sentimientos, en cierto modo, los racionalizan, reflexionan sobre ellos.

"Ventanas. Veredas" no es un libro como lo entendemos habitualmente. Por eso les propongo que lo aborden de una forma diferente, abran sus páginas al azar y contemplen la obra que allí encuentren, ábranse a ella, dejenla que les hable, que les transmita su mensaje y después lean el texto que la acompaña; encontrarán algunos que coinciden plenamente con sus sentimientos; con otros, estarán en total desacuerdo, pero es lo normal, la obra nos envía un mensaje diferente a cada uno.

"Ventanas. Veredas" de Pilar Ortiz Torres es un libro de una gran belleza que debemos agradecer no sólo a su autora, también a la Editorial Dauro que ha realizado un bello trabajo de edición.

Jaci Alía Arreche