Un zoo en el fin del mundo

Opinión:

Con "Un zoo en el fin del mundo" encontramos un texto lleno de encanto, componiendo una especie de novela-cuento de gran dulzura y pensamiento mágico.

La sinopsis general es tan sencilla como curiosa: un sacerdote norteamericano llamado Calloway es enviado como misionero a las praderas de Mongolia. Consciente de que se trata de un destino difícil, intenta encontrar algo llamativo que pueda captar la atención de los habitantes de la región para poder hacerles llegar la palabra de Dios. Acabará imaginando una gran extravagancia para ser escuchado y hacerse un nombre en el entorno: comprar la liquidación de un zoológico que se cierra en Pekín y llevar a los animales en caravana hasta la remota Chifeng. El viaje, como puede imaginarse, será de lo más accidentado, y esa peripecia es la novela imaginada por este Ma Boyong (1980), joven novelista que está creándose un nombre en China y poco a poco va dando pasos en la esfera internacional.

Mantiene un tono de cuento de hadas, lleno de ternura y con gran capacidad para ilusionar al lector. Es una muestra de que las historias más sencillas, si están contadas de la forma adecuada, pueden hacer un buen texto. Puede parecer casi infantil en ciertos giros y situaciones, forzando lo inverosímil cuando el lector no lo espera y sacando conejos de la chistera de manera continua para que el proyecto del padre Calloway siga avanzando en su camino febril a la evangelización de esa zona de Mongolia. En esa candidez del escritor, que a algún lector puede incluso sacar de la historia en ocasiones, se incluye una personificación evidente de los animales salvajes al estilo Disney, ofreciendo pensamientos y reacciones de los mismos que encontrarían más hueco en un guion de animación que una novela. Necesitan de un "acto de fe" del lector, pero si se hace la recompensa en la historia es segura.

El componente religioso es grande y está bien tratado: hay muchos y buenos pasajes que indagan sobre la importancia de la fe en una vida, y cómo se puede sacrificar la propia biografía para un fin mayor y trascendente. Los lectores que valoren la fe en su vida contarán con un texto valioso en este sentido. Es una obra de mensaje cristiano, sobre el poder de la evangelización y la necesidad de llenar tu corazón con lo trascendente. Aunque no de manera muy explícita o suficientemente patente, también se halla un mensaje ecologista en torno al valor que concedemos al medio ambiente y a los animales que me ha interesado mucho. Siente una admiración especial por los animales libres, aquellos que no han sido aún sometidos por el humano.

Puede disfrutarse en todas las capas que he recogido, pero también como una historia de aventuras de corte clásico, con un estilo depurado, presencia de buenas metáforas y una factura técnica interesante.

Rafael Ruiz Pleguezuelos