Un mundo sin hombres

Opinión:

"Un mundo sin hombres" es una utopía feminista en la que, de la noche a la mañana, todos los nacidos con el cromosoma Y (incluyendo trans, niños y hasta fetos no natos) desaparecen por arte de magia del planeta Tierra. Las mujeres, entonces, mucho más seguras y empoderadas, se organizan para reestablecer el orden, aunque algunas no pierden la esperanza de reencontrarse con sus hombres.

Puedo aceptar que sea una utopía y no una distopía a pesar de que de un plumazo desaparece la mitad de la población mundial, que generalmente, además, suele ocupar posiciones estratégicas en la cadena de suministros y servicios esenciales. Lo que me ha costado aceptar es la casi ausencia de caos en esos primeros días y lo rápido que se reorganiza todo, así como lo poco que parece afectar, en general, la ausencia de hombres más allá de unas pocas mujeres: es casi anecdótico.

Lo único que se sabe de los hombres es que aparecen en una web misteriosa en vídeos muy extraños con comportamientos aún más raros, pero a la que muchas mujeres están enganchadas por si localizan a alguno de sus seres queridos. También hay algunas referencias a algunas mujeres que se quemaron vivas esa misma noche, pero poco más sale a relucir, no desvelándose parte del misterio hasta casi al final (un final, en mi opinión, bastante decepcionante y pobremente explicado que, de haberse escrito de otra forma, habría sido grandioso).

El libro pretende hablar de demasiados temas, aparte del claro mensaje feminista con toque ecológico y algunas cuestiones de ingeniería genética. Tiene también una gran carga de homosexualidad y de cuestión racial. Los dos personajes centrales, Jane y Evangeline, son lesbianas, aunque la primera, que fue víctima de un abusador sexual pero se convirtió en el foco del escándalo, se refugia en su familia blanca heterosexual y normativa como caparazón contra el mundo.

Evangeline, además de ser lesbiana, es de raza negra y tiene un pasado de violencia policial que se saldó con muchos años de cárcel, pero gracias a su increíble inteligencia y carisma no solo ha escrito varios libros, sino que también ve una oportunidad de acaparar un poder inimaginable en ese nuevo mundo sin hombres. Es un personaje que a mi parecer resulta poco creíble por lo perfecta que es a pesar de tenerlo todo en su contra, y además reproduce los patrones nocivos que se asocian como bloque monolítico a los hombres desaparecidos (deseo de poder sin vínculo emocional, depredación sexual, denigrar a las mujeres que asumen un papel típicamente femenino...), lo cual me parece bastante homófobo en el fondo (viene a decir que las lesbianas serían los "nuevos hombres" en una sociedad así, o algo parecido). Pero está claro que será clave en la resolución del misterio, porque todo parece girar a su alrededor.

El libro desarrolla en su mayor parte los traumas del pasado de las dos protagonistas a través de la voz de Jane, que se enrolla bastante, aunque también tenemos fragmentos de los vídeos de la web misteriosa y partes en tercera persona hablando de otros personajes secundarios más planos, como una chica que ha pasado por varias operaciones con el único apoyo de su padre y que ahora se ve viviendo con una tía a la que apenas conoce, una joven con problemas de adicciones que se apoyaba mucho en su hermano, una madre con un hijo problemático o una chica con problemas de comunicación que se aferraba a su amigo.

Todas las mujeres tenían una gran dependencia de un hombre o una relación tóxica con ellos (salvo Evangeline, que tenía problemas más amplios por el racismo pero apenas se relaciona con hombres), y la novela se centra más en sus historias pasadas que en una trama concreta, de la que el libro carece. Tampoco se aprecia una evolución por parte de ellas o de la misma sociedad después de la desaparición de los hombres, salvo las pinceladas utópicas aquí y allá. Aun así, son pasados duros que plantean algunas cuestiones interesantes.

Déborah F. Muñoz