Un legado de sangre

Opinión:

Un retelling maravillosamente oscuro de la historia de Drácula.

Como una adaptación maravillosa y oscura de Drácula, "Un legado de sangre" es una saga sobre la obsesión, el deseo y los límites que estamos dispuestos a cruzar para proteger a quienes queremos.

Los vampiros tienen siempre ese sex appeal, esa atracción morbosa que hace que queramos volver siempre a ellos, ya sea revisándolos en clave esotérica e histórica o bien en forma de literatura mainstream o películas de cine en los que buscamos siempre esa semilla gótica que en el fondo sabemos que sigue allí, bien enterrada y dispuesta a darnos más de un susto placentero. Y creo que esa ha sido la intención, finalmente, de S. T. Gibson con esta novela. "Un legado de sangre", vuelve a las bases, vuelve al vampiro más famoso de la historia: Drácula.

La realidad es que no hay un solo Drácula. Conocemos innumerables versiones y adaptaciones, y aquí lo que la autora se propone es dejarnos su propia versión. Lo hará desde el punto de vista de una joven campesina que pasa a ser una de las amantes del vampiro, por lo que leeremos lo que sería su diario, una semi autobiografía donde Constanta irá desgranando los terribles secretos que conlleva ese pacto de sangre con el príncipe oscuro.

En su camino de esta nueva vida eterna que ahora Constanta se ve obligada a compartir con Drácula, conocerán a otra chica, Magdalena, a la que también vampirizarán, y cuando se cansen de ella aparecerá un joven y sensual pintor, Alexi, que llegará a un extraño acuerdo con Drácula a cambio de la vida eterna... y de lujuria. Gibson nos contará también una historia repleta de celos, pasión y engaños, a medida que este trío de vampiros comienza a percibir que nada es lo que parece con su nuevo amo... de a poco el amor irá dando paso a un ciclo de violencia y odio que parece no tener fin, mientras nuestros protagonistas pasan de victimarios a víctimas, y deben tomar una terrible decisión.

Vamos a la prosa y las descripciones: como apasionada de la literatura gótica y siendo desde ya una autora superventas, os aseguro que vais a quedar deleitados con sus artificios narrativos. Gibson puede transformar una escena sangrienta en un exquisito poema superponiendo colores, rojo sobre blanco, matizando la intensidad del color de la sangre, por ejemplo, para imprimir mayor o menor gravedad a ciertas escenas según la trama la requiera. Con esto quiere decir que domina un estilo cinematógrafo donde casi que obliga al lector a imaginar por momentos esta novela como si se tratara de filme antiguo de tonos sepia, alternando con grises y negros tenebrosos. A veces he sentido estar en el cine visionado una película clásica de vampiros, y me ha hecho ilusión sentir que de alguna forma vuelvo a aquellas viejas buenas épocas.

Por otro lado, tenemos escenas subidas de tono, hay escenas de alto voltaje entre los personajes. ¿Es Drácula un amo benévolo que permite el amor sin barreras entre sus "hijos", o el monstruo está también condicionado por los celos y tiene un favorito? ¿Un diablo semejante puede sentir humildad y condescendencia, o solo puede existir en un mundo de odio y dolor?

Sólo puedo deciros que Gibson teje una trama absorbente, sí, porque no permite que dejemos de lado el libro hasta entregarnos el cierre de una historia de terror muy buena, perfectamente tejida y hábilmente concluida. Habrá que esperar al siguiente libro, ahora que ya sabemos que no hay lugar para la decepción con esta autora, y que sí, los vampiros están de vuelta, y mejor que nunca.

Violeta Lila