Un encuentro tardío con el enemigo y otros relatos

Título: Un encuentro tardío con el enemigo y otros relatos
Título Original: (A Good Man is Hard to Find y Everything That Rises Must Converge, 1953 y 1965)
Autor: Flannery OConnor
Editorial:
Ediciones Encuentro
Colección: Encuentro Literaria
Copyright:
© The Mary Flannery O'Connor Charitable Trust
© 2006, 2025, Ediciones Encuentro, S.A.
© 2025, Gretchen Dobrott (traducción y notas)
© 2025, José Jiménez Lozano, Guadalupe Arbona y Ediciones
Encuentro (por el epílogo)
Edición: 1ª Edición: Marzo 2025
ISBN: 9788413392257
Tapa: Blanda
Etiquetas: relatos narrativa literatura estadounidense Estados Unidos religión fe y creencias familia moral madres artistas cuentos enfermedades degenerativas locura redención contemporánea racismo
Nº de páginas: 384
Argumento:
"Un encuentro con el enemigo y otros relatos" reúne trece cuentos magistrales de Flannery O'Connor, una de las principales voces de la narrativa breve norteamericana. Se trata de relatos mordaces, de cierta inspiración autobiográfica en muchos casos, y concebidos con el afán de retratar la oscuridad y las contradicciones del alma humana. Por estos relatos se pasean personajes marcados por la enfermedad, el racismo, la hipocresía religiosa o la desesperación, y todos ellos se enfrentan a situaciones límite que revelan lo grotesco de su condición. Desde la muchacha engañada por un vendedor de biblias en "La buena gente del campo" hasta el anciano desorientado que se apuñala con una espada en "Un encuentro tardío con el enemigo", O'Connor combina en estos textos ironía, violencia y trascendencia con una prosa sobria y punzante. Estos relatos, ambientados en el sur de Estados Unidos, ofrecen una visión provocadora y perturbadora de la gracia, la culpa y el castigo.
Con motivo del centenario del nacimiento de Flannery O'Connor, Ediciones Encuentro reedita esta magnífica antología de relatos, que se cierra con un diálogo entre José Jiménez Lozano y Guadalupe Arbona.
Opinión:
En el centenario del nacimiento de Flannery O'Connor, releer su narrativa breve es una forma de asomarse a una autora que hizo de la escritura un medio para canalizar la incomodidad: su literatura, profundamente sureña, católica y despiadadamente sarcástica, no ha perdido filo, con personajes que buscan desesperadamente un sentido para sus vidas y cuyas vicisitudes oscilan entre la locura y la redención espiritual. Como es sabido, la propia biografía de la autora condicionó su visión del mundo: con dieciséis años perdió a su padre de lupus erithematosus, la misma enfermedad degenerativa que ella padeció de adulta y que la obligó a retirarse a una recóndita finca, donde dedicó sus últimos años a la literatura. "Un encuentro tardío con el enemigo y otros relatos" reúne una selección de trece cuentos que dejan ver la coherencia de su visión literaria, forjada entre la enfermedad crónica, el aislamiento rural y una fe lúcida y sin consuelos fáciles. En el primero de estos textos, "La buena gente del campo", O'Connor despliega con precisión quirúrgica su sátira del orgullo intelectual y la religiosidad impostada: Hulga, una mujer coja y atea militante, cae en la trampa de un vendedor de biblias que termina robándole no solo su pierna ortopédica, sino también su vanidad y su ilusión de superioridad.
También el desamparo se convierte en eje de "La vida que salves podría ser la tuya", donde un vagabundo manco, convertido en improvisado mecánico y yerno por conveniencia, abandona a su joven esposa en una gasolinera y continúa su huida con un autoestopista que acaba arrojándose del coche. El relato, sórdido y desencantado, retrata a un hombre incapaz de salvarse ni de salvar a nadie, mientras repite frases de redención vacías de sentido. En "El día del juicio", por el contrario, O'Connor mezcla humor y patetismo para contar la historia de Tanner, viejo sureño desterrado en Nueva York, que solo desea morir y ser enterrado en su tierra natal. La narración se va trenzando entre recuerdos del sur y escenas domésticas con su hija, quien ha dejado atrás las tradiciones familiares. Igualmente centrado en el paso del tiempo, "Un encuentro tardío con el enemigo" presenta a una mujer que desea exhibir a su abuelo centenario, veterano de guerra, durante su graduación; pero lo que parece un acto de orgullo familiar acaba en un grotesco espectáculo, donde el anciano, confundido y decadente, se clava su propia espada en pleno escenario.
La tensión entre madres e hijos recorre muchos relatos de O'Connor, y alcanza una de sus cumbres en "Todo lo que sube converge", donde Julian acompaña a su madre, una mujer racista y nostálgica, en un viaje en autobús que acaba de forma violenta. De forma similar, "Las comodidades del hogar" dramatiza la cobardía de Thomas, un hijo dominado por su madre que intenta deshacerse de una joven conflictiva a quien su madre ha acogido. El relato avanza como una tragicomedia macabra que culmina en un disparo accidental (o no tanto), cuando el intento del protagonista de manipular la escena acaba volviéndose contra él. En "Greenleaf", por otro lado, se nos presenta la historia de la familia Greenleaf, cuyo toro invade la propiedad de Mrs. May y amenaza la aparente tranquilidad que la mujer en cuestión había instaurado desde una falsa bondad. En otros textos, como en "Un escalofrío interminable", se nos ofrece una visión desidealizada de la experiencia artística, por medio de un joven que regresa a casa desencantado a la casa familiar tras no haber conseguido triunfar como artista en la gran ciudad.
Todos estos cuentos comparten un fondo moral implacable, aunque jamás moralizante. Lejos de cualquier sentimentalismo, estos textos devuelven al lector a una zona incierta, donde la fe no protege del dolor y el progreso no salva del ridículo. En sus personajes, y sobre todo bajo sus deformidades (físicas, sociales o espirituales), late una inquietud metafísica que convierte incluso las escenas más grotescas en momentos de revelación, aunque esa revelación sea, a menudo, insoportable. Releer a O'Connor hoy, cuando la literatura tiende a suavizar los extremos, es recordar que hay otra forma de escribir: una que no teme el exceso, que no busca el consuelo, y que encuentra en la oscuridad una forma extraña de revelación.
*Publicado por Ediciones Encuentro.
Darío Luque
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