Ucrania, encrucijada de culturas

Opinión:

Karl Schlögel, profesor de Historia de Europa del Este en la Universidad Europea de Viadrina (Fráncfort del Óder) desde 1994 y autor de diversas obras sobre la historia de Rusia, es en la actualidad una de las autoridades ineludibles en el ámbito de la historiografía contemporánea del este europeo. Estos últimos años, ensayos como "Terror y utopía: Moscú en 1937" (Acantilado), "El siglo soviético: arqueología de un mundo perdido" (Galaxia Gutenberg) y "En el espacio leemos el tiempo. Sobre Historia de la civilización y Geopolítica" (Siruela) han acercado el pensamiento y el riguroso trabajo de investigación y documentación de Schlögel a los lectores del ámbito hispánico, que poco a poco vamos recibiendo -a menudo con retraso- las novedades historiográficas que han logrado renovar el discurso crítico en torno a ciertos países y acontecimientos de la historia de Europa. En este caso, "Ucrania, encrucijada de culturas" se publicó inicialmente en 2015, como un intento de explorar el país tras el ataque de Rusia en Crimea y en el Dombás. Sin embargo, los acontecimientos de este último año han hecho necesaria una revisión del libro, que ha sido actualizado con un apéndice escrito después del 24 de febrero de 2022, a lo largo de estos meses en los que el mundo entero ha estado pendiente de lo que ocurría en Ucrania.

En la introducción del libro, el propio autor afirma que, más que historiografía, lo que lleva a cabo en este ensayo puede verse más bien como un intento de explorar la geografía cultural del país. Él mismo reconoce que muchas ciudades ucranianas encarnan un carácter polifacético y heterogéneo desconocido para el resto del continente; de ahí que su objetivo en estas páginas sea tratar de reconstruir esa "Europa en miniatura" que es Ucrania. En cualquier caso, para llevar a cabo esta conceptualización del país primero debe ofrecer una introducción a su historia y a su cultura, de modo que los primeros capítulos del ensayo tratan de situar al lector en el presente ucraniano, a partir de la Revolución de la Dignidad, del Maidán (las revueltas populares, de signo europeísta y nacionalista, que sucedieron en 2014) y de los intentos de Rusia por desestabilizar el país. Crimea y el imaginario sociocultural que evoca su geografía, el "soviet way of life" y las relaciones entre Alemania y el mundo rusófono son algunos de los puntos que el autor trata de aclarar antes de presentar con sumo detalle los antecedentes históricos del conflicto, como el discurso de Puton ante el Bundestag en septiembre de 2001, donde calificó el fin de la Unión Soviética como la "mayor catástrofe política del siglo XX", o su comparecencia en la Conferencia de Seguridad de Múnich en 2007, interpretada como el retorno de una Rusia pletórica.

Una vez asentadas las claves históricas y culturales de Ucrania, Karl Schlögel nos ofrece un minucioso paseo por ciudades repletas de historia y de cultura, como Kiev, cuna del "barroco cosaco" y epicentro oriental del Art Nouveau. A lo largo de las páginas que el autor dedica a la ciudad, asistimos a una rica y compleja conceptualización de la capital ucraniana a partir de los escritos de Mijaíl Bulgákov y de Iliá Ehrenburg, pero también se nos ofrece una detallada crónica de su historia, desde el dominio alemán hasta la huella de los judíos, pasando por la etapa soviética. La descripción de Odesa, en cambio, se inicia con la evocación de la famosa película "El acorazado Potemkin" de Serguéi Eisenstein y continúa con un excelente retrato de la ciudad entre 1870 y 1930, con gran presencia de la cultura judía. El caso de Yalta es distinto, pues esta ciudad balneario permite reflexionar sobre la península de Crimea, sobre esa "Riviera roja" que concibió Lenin para el ocio de los trabajadores y que terminaría transformándose de espacio intelectual en eslogan publicitario.

Járkov, ciudad algo más desconocida, sirve como puerta de entrada a la cultura del 'fin de siècle' en Ucrania, con especial atención a la arquitectura soviética y a los trágicos recuerdos de la violencia en la región: la imposición violenta de la colectivización en aldeas, las muertes en masa de campesinos durante el Holodomor y la época del Gran Terror. No es muy distinto el caso de Dnipropetrovsk, una ciudad a orillas del Dniéper que fue concebida como el centro financiero de Ucrania; y también Czernowitz, ciudad inmortalizada gracias a Paul Celan y a Rose Ausländer, cuya geografía hoy forma parte del imaginario literario. Finalmente, el autor nos acerca a Lvov, una ciudad construida a semejanza de Viena, capital del Distrito de Galitzia. Así pues, sin recurrir a la pesada retórica que podría encontrarse en un manual de historia, Karl Schlögel reconstruye en "Ucrania, encrucijada de culturas" una imagen precisa y actualizada del país, con especial atención a las distintas tradiciones culturales que coinciden dentro de sus fronteras.

Darío Luque