Todo final es un comienzo

Opinión:

Dolly Alderton es autora de varios ya bestsellers internacionales entre los cuales se encuentra el fenómeno en el 2019 de "Todo lo que sé sobre el amor" que, si algo se caracterizan sus historias, es que reflejan muy bien lo cotidiano. Si bien hay infinidad de tramas/relatos de chico deja a chica y viceversa, puedo decir que no he sentido en casi ninguna otra como en esta sentimientos y situaciones universales, comunes a todos los tiempos y a todas las personas.

"Todo final es un comienzo" es el vaivén más común del estado en que se encuentra una persona tras una ruptura sentimental, en este caso, Andy, 35 años, de profesión cómico monologuista, aunque el humor que conlleva su profesión no parece ayudarle en esos momentos, es quien nos cuenta en primera persona su fracaso personal. Con él vamos a pasar por esas etapas universales post ruptura, como si todos atravesáramos el mismo patrón en tal situación y, como no podría ser de otra forma, la primera fase es la de tratar de sobreponerse rápidamente en los primeros días de la ruptura para pasar a otra cosa. Y así, en el primer capítulo tenemos una enumeración de hasta 32 razones por las que está muy bien que haya acabado su relación de más de tres años con su novia Jen, como si así le fuera más fácil llevarlo…

Como era de esperar, poco le durará esa fase y pasará a la siguiente, a la de estar atrapado en la prisión de su propia nostalgia rumiando su miseria, lo que no ayudará que encima se esté quedando calvo ¡!, y vaya de cabeza a esa etapa de autodestrucción y hacer cosas nada aconsejables para el cuerpo y la mente solo con la finalidad de abstraerse. Menos mal que le da por apuntarse a un gimnasio e ir todos los días porque hay que meterse de nuevo en "el mercado". Pero sin saltarse esa de revolcarse en el fango y obsesionarse por ella y revisar las conversaciones antiguas en las que la relación estaba en su punto álgido, analizar cualquier mensaje de WhatsApp intercambiado, o meterse en sus redes sociales para conocer hasta el último detalle de ella, de lo que hace, de si se ve con alguien, o sonsacar a los amigos comunes sobre ella.

Por supuesto, también tendremos la fase de exaltación de la amistad, en la que sus amigos estarán ahí para ayudarle con los tópicos de las ventajas de estar soltero, pero que en realidad solo es fachada pues todos tienen un estilo de vida que él añora y lo único que le provoca a él es sentirse fuera de lugar; y por consiguiente, la de acoplarse a cualquier plan con tal de no quedarse un sábado en casa y conocer a gente poco afín a su forma de ser; las primeras quedadas con otras chicas, pero estando desentrenado…; o la primera cita con la leyenda esa de sacarse a la anterior de la cabeza y darte cuenta de que no funciona. Y a pesar de todo esto que parece que no hay tiempo para más, sí, seguirá teniendo tiempo para pensar qué hacer para recuperarla, si enviarla un mensaje y cuál por alguna ocasión especial (cumpleaños, Navidad, etc.) con tal de abrir una puerta a una conversación; y sí, también la recaída con la ex.

Por no hablar de la logística y tener que volver a buscarse piso, y como el salario no le dará puesto que su profesión parece ir también en picado como si fuera una metáfora de su vida, tener que compartir piso, en este caso con un curioso anciano de 78 años.

Será una enmaraña de pensamientos que darán lugar a todas estas situaciones universales. Las rupturas pueden enseñarnos cosas sobre quiénes somos en realidad. "Cuando alguien te dice que no quiere estar contigo, sientes el dolor de todas y cada una de esas veces en la vida en las que has sentido que no eres suficiente. Lo revives todo otra vez". Además, una ruptura grande esconde muchas más rupturas en miniatura.

Si a estas alturas poco más hay que decir de la historia de Andy, ¡sorpresa! En la última parte del libro se cambia de narrador y conoceremos a Jen, y conoceremos la misma situación de ruptura, pero desde su punto de vista. Hasta entonces Jen aparecía como la mala de la película, y la cosa dará un vuelco. Sabremos cómo se sentirá ella. Hasta el momento solo sabíamos de Andy tras la ruptura. En este caso conoceremos lo que sentía Jen "durante" esa relación. Va a ser que Jen también tendría su propia lista de motivos: "Nadie tiene que seguir en una relación en la que no quiere estar solo para que el otro no sienta autocompasión".

No todo será "llanto". El tiempo ayudará a encontrar una salida a ambos, y todo se volverá más fácil. Una historia muy auténtica con un final inesperado donde conoceremos las dos partes y con un deseo innato de desear lo mejor a los dos.

Un relato muy de verdad con el que Dolly Alderton cada vez afianza más su posición de dar voz a toda una generación.

Belén Flores