Tiempo de tinta y ceniza

Opinión:

Lidia Herbada es una escritora de ficción nacida en Madrid. Ha escrito varias novelas, entre ellas "39 cafés y un desayuno", "Ácido fólico", "Dame un mes soltera" o "La columna del cielo", entre otras.

"Tiempo de tinta y ceniza" es su última novela, una historia triste y romántica entre dos hermanas, Helena y Carmen Galiana con Ricardo Herrera del Saz, capitán de infantería.

La historia comprende treinta y dos años, desde 1925 hasta 1957, y está dividida en tres partes con treinta y dos capítulos en total. Antes de cada uno de ellos hay un pequeño fragmento de libros escritos por famosos autores, muchos de ellos de la Generación del 27, como Rafael Alberti, María Teresa de León, Federico García Lorca o Josefina de la Torre. También hay de Gloria Fuertes o Carmen Laforet, entre muchos otros.

La primera parte del libro comienza en 1925, Helena y Carmen, dos hermanas que viven en Madrid, pertenecen a una clase social alta, huérfanas de madre y padre, son acogidas por sus tíos, Víctor, que es militar, y Piedad. En una fiesta militar benéfica, Helena conoce a Ricardo Herrera del Saz, capitán de infantería y algunos años mayor que ella, y esta se enamora de él sin remedio. Él ve en ella a la mujer perfecta para formar una familia, pues el sueño de Helena es ser madre y dedicarse a tareas del hogar y a su marido. Poco tiempo después, Ricardo conoce a su hermana, Carmen, una joven muy bella, rebelde, que se codea con los miembros de la Generación del 27. Es feminista, le gusta la fotografía, en resumen, una mujer atípica en los años 20. Ese carácter insumiso y un fuerte poder de atracción son los que abocan a Ricardo, a enamorarse perdidamente de ella.

Durante unos años Helena vive feliz con él, tienen dos hijas y no les falta de nada. Ricardo la quiere, pero su corazón late más fuerte por Carmen. Pero todo cambia por completo cuando, en 1936, estalla la Guerra Civil Española y muchas personas solicitaron asilo en la Embajada de Chile, entre ellos la familia Herrera del Saz Galiana.

La segunda parte de la novela se centra en su estancia en el Decanato, la vida allí no era fácil, escaseaban los alimentos y los bombardeos en la ciudad de Madrid eran constantes. Convivir con otras familias no era tarea fácil, además, la condición de militar de Ricardo y Víctor hacía la situación mucho más complicada.

El tiempo de la posguerra se presenta en la tercera y última parte del libro. Es 1956, las hijas de Helena y Ricardo, Violeta y Amelia, ya son mayores, son unos capítulos muy interesantes, habrá secretos que saldrán a la luz después de muchos años, una lectura expectante que nos dejará con ganas de leer más y nos mantendrá en vilo hasta la última de sus páginas.

En esta novela, dentro del contexto de la Guerra Civil, encontramos mucho romanticismo, con un uso exquisito del lenguaje, Lidia Herbada nos regala una historia para aprender y emocionarnos al mismo tiempo. Su técnica narrativa es cuidada y meticulosa, está bien trabajada y estructurada. Además de una historia de amor muy difícil y complicada por la que pasan sus protagonistas, engloba también otros temas, como son los hechos que acontecieron bajo el estado de guerra en España, concretamente en Madrid, o la proximidad de Carmen con los miembros de la Generación del 27. También hace un homenaje al gran poeta y escritor Federico García Lorca, aprenderemos muchas cosas de su vida y de momentos antes y durante su muerte. Este libro no es tan sólo una novela, es la historia de España, de cómo se vivía en Madrid en los años 20, en la guerra y en la posguerra, introduciendo a sus personajes en todo ese contexto y haciendo de una parte de la historia real otra que perfectamente se podría haber fraguado en ese marco.

Un libro perfecto que, además de hacernos estudiar, nos sumergirá en una historia de amor a dos bandas que nos hará contener el aliento en más de una ocasión.

Judith L.