tiempo de cambios
Título: tiempo de cambios
Título Original: (time of changes, 1971)
Autor: Robert Silverberg
Editorial:
La Factoría de Ideas
Copyright: 1ª edición, febrero de 2008
© 1971 by Robert Silverberg
© 2008, La Factoría de Ideas
ISBN: 9788498003680
Etiquetas:
Argumento:
En
Borthan, planeta situado en un universo futuro de civilizaciones colonizadas por
una Tierra enferma, se considera una obscenidad el que sus habitantes expresen libremente
sus sentimientos los unos a los otros. Nadie se atreve a referirse a sí mismo en
primera persona ya que semejante acción no sólo está prohibida sino que sería tachada
de burdo exhibicionismo e inmediatamente sancionada por la autoridad competente.
Así, los ciudadanos de Borthan son sometidos a un férreo control de carácter religioso
a través de la figura del drenador, una mezcla de sacerdote-confesor y psiquiatra,
al que los ciudadanos acuden cuando lo consideran necesario para limpiar sus mentes
de impurezas.
"Tiempo
de cambios" es la historia de Kinnall Daviral, el primer
hombre que se atrevió a contravenir tan severas y absurdas reglas sociales. Estas
aparecen reflejadas en una especie de ley natural, consensuada por toda la población
del planeta, conocida como El Pacto y Kinnall fue el primero en atreverse a romperlo.
Kinnal narra su peripecia en un diario íntimo -que funciona también como una suerte
de autoconfesión personal- en el que describe cómo consiguió comunicarse con su
yo interior e intercambiarlo, en justa correspondencia espiritual y mental, en comunidad.
En su camino de autoconocimiento personal resulta fortuita la aparición de Schweiz,
un comerciante terrestre, que le introduce en el consumo compartido de una droga.
Gracias a esta sustancia, Kinnall consigue romper las barreras que le impedían ahondar,
hasta ese momento, en el progresivo descubrimiento de su propio yo interior y simultáneamente
le permite penetrar en los pensamientos, sensaciones o recuerdos del resto de los
participantes que comparten con él la experiencia alucinógena.
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Opinión:
En la mayor parte de las opiniones positivas que he leído sobre "Tiempo de cambios" se suelen
destacar sobre todo los elementos más o menos sociológicos que aparecen en la novela
como uno de los valores más destacables de la historia.
Escrita por
Silverberg en los años 70, su publicación coincide con el auge del
movimiento hippie, una época en la cual el consumo en grupo de drogas como el LSD
para alcanzar superiores estados de conciencia era algo más que una moda. Conceptos
como paz, el amor y comunidad formaban parte de esencial de lo que algunos consideraban
como nueva filosofía de vida que aparece bastante bien reflejada a lo largo de la
novela como fundamento esencial de la mayor parte del entramado narrativo.
Por lo tanto, es cierto que el elemento sociológico resulta bastante importante
dentro de la novela pero, desde mi punto de vista, no considero que esto sea ni
una cualidad ni un defecto. Toda obra de arte es hija de su tiempo en mayor o menor
medida. Por lo tanto, afirmar que "Tiempo de cambios" es una novela
excelente por que refleja la filosofía de vida de una época concreta me parece una
razón tan equivocada como insuficiente. En todo caso, debería serlo además por otras
causas, no sólo por esa.
Kinnal intenta encontrar su yo interior y compartirlo con los demás porque cree
que eso le convertirá en una persona mucho más sensible y con un mayor grado de
empatía con los que le rodean. El consumo compartido de la sustancia suministrada
por Schweiz le facilitara las cosas pero a la larga termina perjudicando tanto a
él como a sus seres queridos. Pero en su actitud hay también un fondo de rebeldía,
de no aceptación de la norma rígida y absurda que le impide expresar sus sentimientos
o utilizar el pronombre "yo" cuando se refiere a sí mismo. Es el primero que se
atreve a romper El Pacto y esto lo consigue básicamente cuando consigue reconciliarse
con su propia sensibilidad.
Con semejante planteamiento resulta extraño y bastante curioso el hecho de que la
novela no me haya impactado demasiado, sobre todo porque trata un tema que siempre
me ha tocado mucho: lo mal que le sienta a la gente el que uno exprese lo que siente
con naturalidad y cuando y con quién le apetece hacerlo. Los sentimientos no están
de moda y el que los expresa con generosidad suele ser tachado de hortera o de cursi,
algo que a veces puede ser un calificativo muy justo pero en otros en simplemente
reflejo de la incomodidad que siente la mayoría de la gente ante una persona que
no sigue las leyes del rebaño y se expresa con libertad sus emociones más íntimas.
Cómo no lo entiendo o cómo su actitud me incomoda – o directamente me anima a vomitar
- lo insulto y así me quedo tranquilo. Sin embargo, la actitud de estos tipos tan
emotivos (con los cuales me solidarizo profundamente), resulta finalmente una especie
de reacción contra el "establishment" vigente: en un mundo frío, impersonal, falso
y mentiroso, las emociones resultan indudablemente un eficaz revulsivo, una forma
de protesta como otra cualquiera.
Sin embargo, a pesar de que todo esto aparece perfectamente reflejado en la novela
lo cierto es que "Tiempo de cambios" me ha trasmitido
escasa emoción, aunque si bastante interés. Pienso que quizá la razón de mi insatisfacción
venga motivada por el modo como Kinnall consigue sus propósitos: a través del consumo
de una sustancia alucinógena, algo que no pongo en duda ni me parece para nada inverosímil.
Tengo que aclarar además que no mantengo para nada una postura demasiado severa
con respecto a estos temas sino bastante tolerante y respetuosa. Pero no me gusta
que la narración derive por esos derroteros.
Creo que para conseguir la reconciliación de uno mismo con su propia sensibilidad
o perder el miedo a expresar los sentimientos no es necesario consumir drogas, que
hay otros modos mucho más sanos y naturales de lograrlo... pero no me extenderé
más en este tema porque no quiero convertir esta reseña en una especie de libro
de autoayuda o similar. Además se dice que un mago nunca desvela sus trucos al público,
algo con lo que estoy de acuerdo y que pienso poner en práctica a partir del próximo
punto y aparte.
No entiendo tampoco demasiado bien cuál es la moraleja final de "Tiempo de cambios". Al principio,
la sustancia de Schweiz resulta ser la panacea, la solución perfecta a las inquietudes
de Kinnall. Sin embargo, su peripecia personal va adquiriendo tonos cada vez más
sombríos o trágicos, por lo que no termino de ver claro si realmente el autor está
de acuerdo conmigo en que la droga no es el mejor método o si, por el contrario,
la culpa de todo la tiene una vez más la sociedad; es decir, un mundo tan cuadriculado,
rígido y severo en el que el intercambio de sentimientos no tienen cabida.
Además me da la impresión de que
Silverberg se hace un poco de lío en
los capítulos finales. Me refiero a ese diario personal que termina antes de que
los conflictos se resuelvan y que después el protagonista se ve obligado a retomar
para poder concluir adecuadamente la historia. Pienso que el autor resuelve esto
de manera algo chapuchera y poco convincente.
Lo que si parece evidente es que Kinnall es un idealista, alguien que cree firmemente
en que algún día conseguirá un mundo distinto y por ese motivo me cayo simpático
enseguida y consiguió mantener mi interés por su suerte desde prácticamente el principio
de su peripecia hasta que el "The End".
Pese a sus defectos, o precisamente por estos, "Tiempo de cambios" me ha parecido
una novela entrañable, como lo eran esos films o series de televisión de ciencia-ficción
de los finales de los 60 y mediados de los 70 que alimentaron mi imaginación en
mis años escolares ("Cuando el destino nos alcance", "El planeta de los simios", "El último hombre…vivo",
"La
fuga de Logan", "El viaje fantástico" o el primer "Star
Trek") y con las que esta novela tiene bastantes puntos de contacto.
Joseph B Macgregor
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Comentario de los lectores:
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