Tal vez soñar (y otras historias de la dimensión desconocida)

Opinión:

Hay veces en la vida de un escritor en que, cuando la fama finalmente le llega, todo se tuerce de una manera imposible de prever. Es el caso de Charles Beaumont, un joven autor de literatura fantástica cuyo destino trágico a su temprana edad dejó a muchos aficionados preguntándose qué cosas hubiera logrado este hombre de permanecer más tiempo en el medio. Y por primera vez en España tenemos, y esto hay que anunciarlo por todo lo alto, una antología de relatos puramente suya, veintitrés relatos casi inclasificables que por suerte fueron rescatados en español y que en Estados Unidos ya habían entrado hace unos años en la categoría de clásicos, al ser editados bajo el sello de "Penguin classics".

"Tal vez soñar (y otras historias de la dimensión desconocida)" nos mete de lleno en el fabuloso mundo de Beaumont. No es este un mundo amable en el que todo sale de maravillas; no, por el contrario, es un mundo difícil y peligroso, casi como el de la vida real. Porque la virtud y la gracia (también humorística) de nuestro autor es metemos en el límite de la realidad, es llevarnos, sí, a esa familiar y misteriosa "Dimensión desconocida" que seguramente muchos de los que leen esta reseña disfrutaron en algún momento, capitaneada por el gran Rod Serling y que tanta nostalgia transmite en cada capítulo...

Entonces: una extraña señal de tránsito que aparece de repente entre la grieta de la bruma gris y la oscuridad, la música clásica que nos pone los pelos de punta, y sabemos que hemos entrado en la dimensión desconocida de la mano de uno de sus mejores guionistas.

Beaumont era un entusiasta de los cómics y las revistas pulp que forjó una gran amistad con otro grande como fue Ray Bradbury, y en estos textos se nota que lo aprendió todo de él. Una vez que encontró un estilo propio, sus relatos se empezaron a vender bien y logró firmar contratos con productoras de Hollywood para guionar series y películas. Así fue como este muchacho se jactaba de escribir durante horas y asombrar a sus compañeros escritores con la ingente cantidad de material que lograba producir y su precocidad admirable a la hora de transformar ideas muy básicas en verdaderos relatos y guiones de calidad. Siempre inconforme, nunca quiso encasillarse en algún género específico y produjo obras en el campo del terror, la fantasía y ciencia ficción, siempre con un toque de humor negro que le daba su impronta especial.

Así es como llegó a escribir guiones de capítulos para "La dimensión desconocida" de Rod Serling, algunos ya de culto para la serie. Así que algo de eso vamos a ver en este libro, también, los relatos que luego se convirtieron en guiones pero que, obviamente, son mucho mejores que lo que se mostraba en el capítulo de TV.

Arrancaremos con un prólogo muy sentido del propio Ray Bradbury, que nos cuenta todo sobre la vida de Beaumont y lo mucho que lo extraña... Recordemos que Beaumont murió a una corta edad debido a una demencia degenerativa que se lo llevó en poco tiempo. Y es imposible no emocionarse con las palabras que el viejo Ray dedica a su amigo, y lo mucho que lo extraña.

Hecha la introducción, entramos de lleno en la zona brumosa, la zona fantasma donde nada es lo que parece y realidad y locura se funden en un delirio del que es imposible escapar... como en el caso de "Tal vez soñar", donde un paciente psiquiátrico tiene problemas para separar el mundo de los sueños de la vida real. El problema es que, al entrar en el reino onírico, le espera allí una influencia siniestra de la que el médico que le atiende no tiene idea. Un relato con un final verdaderamente acojonante, como también podemos decirlo de "La selva", cuento distópico donde se libra una batalla entre la ciencia/progreso y el mundo antiguo de los dioses que se resiste a morir. Beaumont va mutando estilo y género para entregarnos piezas cada vez más elaboradas.

Toda buena historia de terror que se precie debe tener vampiros, y aquí conoceremos uno muy particular, volvemos al escenario de la consulta médica con un psiquiatra analizando a un simpático chupasangre... "Los nuevos vecinos" nos habla de los conflictos y ansiedades de la vida en los suburbios y la pesadilla de una convivencia disfuncional, mientras que "Gente guapa" es otro de los alucinantes capítulos de culto de la dimensión desconocida, y mejor no comentar nada sobre esta obra maestra, una exquisita joyita satírica sobre el mundo de las cirugías estéticas, tan de moda actualmente.

Tendremos más escenarios futuristas donde la Tierra ha quedado devastada y la explicación de cómo se ha llegado a este punto nos sorprenderá, como mínimo. Que la tierra nos sea leve, parece decirnos Beaumont, usando una prosa filosófica y metafórica que recuerda a los más grande la literatura universal, hasta que atrevería a decir que por momentos escribe como Hemingway. Y más cuentos de terror, como "El hombre que aullaba", el extraño caso de un loco encerrado en un antiguo monasterio alemán. Este sujeto acabará revelándose como el propio Satán, pero lo que no sabemos, y que Beaumont maneja con una habilidad pasmosa en la forma de presentarlo, es que además tiene otra identidad secreta. Como dato de color, nuestro autor gana muchísimo en los finales, logra dejarnos con una sensación de malestar, y de hacernos pensar qué podría haber hecho distinto el protagonista para no terminar de cierta forma.

Después de disfrutar de los increíbles relatos (hay historias en las que los leones acechan en las llanuras, los autos clásicos recorren las calles y las naves espaciales se ciernen sobre ellos. Por aquí deambulan magos, vampiros, monstruos, extraterrestres, androides. También el patetismo de terribles vecinos, familias con extraños lazos, mujeres decididas, cretinos y oscuros charlatanes, siniestros doctores, músicos de jazz, seres atormentados) leeremos una "In memoriam" del querido "Capitán Kirk" de Star Trek, el veterano actor William Shatner y sus memorias de este genial autor.

Y es que solo un genio como Beaumont podía lograr estos artificios narrativos, lo que me lleva a pensar que, efectivamente, no hay un solo relato malo en esta antología; de hecho, los he disfrutado todos como hace tiempo no lo hacía con relatos del género. En pleno 2023, lo que ya es mucho decir, esto ha sido una sorpresa maravillosa y no podría estar más agradecida a El Paseo ediciones de que rescataran a uno de los grandes olvidados de la ciencia ficción, incluso en su país natal. No perdamos tiempo, hay un mundo nuevo que descubrir, con placeres impensados y horrores inimaginables. ¿Te atreves amigo lector a dar el salto al vacío? Bienvenido a Beaumont, bienvenido a la Dimensión desconocida.

Un diez se queda pequeño ante tan gran maravilla.

Violeta Lila