Snow Crash

Opinión:

Selin

Antes de leer esta novela ya me había internado en el mundo de Neal Stephenson con "Criptonomicón"; ahora con "Snow Crash" casi me he metido dentro de la historia; no será por ganas, que no me han faltado.

Por momentos me ha sorprendido que una historia escrita en 1992 supere los entornos virtuales actuales sin que parezca nada fantasioso. Los pormenores técnicos que salpican la historia entremedio de las aventuras y salidas de tono humorísticas de los protagonistas son muy verosímiles, si hasta me parece que serían un modelo adecuado de partida cuando se quiera conseguir una verdadera realidad virtual sin las componendas que todavía arrastra la tecnología actual, que todavía son más espectáculo publicitario que otra cosa.

También hay otros aspectos que quedan muy cercanos del mundo actual, aunque extrapolados a un entorno que parece que haya perdido el poco sentido común que todavía pueda tener la sociedad actual. Tal cual como sería un mundo hiperfranquiciado, donde los negocios han dejado atrás a casi cualquier organización política, incluso han superado o expulsado a los gobiernos de los países. Que tampoco es tan descabellado, ya que ahora mismo muchas veces chocan con las grandes multinacionales y salen perdiendo, sin que todavía hayamos llegado a un mundo megacorporativo, que proyectos ya los hay.

"Snow Crash" es una gran aventura tecnológica y sociológica que, además de que atrapa en la lectura e incita a participar desde dentro, como si el lector fuese otro avatar que acompaña a los protagonistas en sus líos, estimula la imaginación de la persona que se adentre en sus páginas y que acogerá con gran entusiasmo ese mundo tan sugerente como interactivo.

Selin

Fernando Martínez Gimeno

Dentro del género sci-fi hay un apartado o subgénero llamado cyberpunk. Y como este libro es de este estilo, creo que lo primero es definir o trazar la idea de qué es esta palabreja.

El argumento de la escritura cyberpunk se centra a menudo en un conflicto entre hackers, inteligencias artificiales y megacorporaciones, tendentes a ser puestos dentro de la Tierra en un futuro cercano en oposición del futuro lejano o panorama de encuentros galácticos en novelas como la Fundación de Isaac Asimov o Dune de Frank Herbert. Los personajes del cyberpunk clásico son seres marginados, alejados, solitarios, que viven al margen de la sociedad, generalmente en futuros distópicos donde la vida diaria es impactada por el rápido cambio tecnológico, una atmósfera de información computarizada ubicua y la modificación invasiva del cuerpo humano.

Por poner ejemplos en el mundo del cine, valdrían las películas Screamers (1996), Minority Report (2002), La plaga (2003) o Johnny Mnemonic (1995) y la mítica Balde Runner, que me valdría como ejemplo para la literatura, con el escritor Philip K. Dick y su libro ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, en el que se basó el film.

Todo esto mezclado con toques de humor es lo que aporta esta novela de Neal Stephenson al mundillo literario. El protagonista, de nombre Hiro Protagonist (para que quede claro quién manda), tiene todas las maneras de tipo excéntrico pero a la vez centrado en su mundo cibernético y que lucha por encontrar la verdad, o por lo menos aquélla que no sea manipulada por las corporaciones que manejan el mundo en el que vive. La gracia de este personaje es que es repartidor de pizzas en el mundo real, pero un peligroso espadachín en el mundo virtual.

El mundo futurista que nos encontramos en la lectura de la novela puede ser cierto o no, por eso es ciencia ficción. Pero no creo ande muy desencaminado. Para que os hagáis una idea, es muy cercano al mundo idea para Matrix. El mundo virtual tiene sus leyes, y una de ellas es que el avatar del usuario no puede medir más de dos metros y medio, porque al principio de su creación había gente que se montaba uno de treinta metros, y así creen que nadie destaca, y cuidan su imagen para llamar la atención.

Como toda novela de sci-fi, y ésta más por el tema virtual, tiene su parte técnica (explicación de virus, temas de hackeo y de hardware, términos explícitos de este mundillo), que precisamente no se hacen tediosos para el lector porque los va salpicando de toques humorísticos y son más entendibles gracias a esos efectos. Sobre todo hay una parte sobre un tipo montado en un sidecar que lleva como copiloto a una bomba nuclear y cómo tiene una persecución con el protagonista a través de los jardines de una urbanización que son dignos de leer.

Un mundo lejano, pero a menudo muy cercano, pues nosotros mismos para leer y escribir en Internet estas reseñas o participar en un foro o incluso para mandar emails, nos metemos dentro de un mundo virtual. Así que cuidado, el futuro está a la vuelta de la esquina.

Sólo en muy contadas ocasiones aparece un escritor que desafía cualquier tipo de comparación y cuya originalidad es capaz de redefinir nuestra forma de mirar el mundo. Neal Stephenson es uno de estos escritores, y "Snow Crash" la novela con la que ha revolucionado la ciencia ficción. Es una novela generosa, ágil y tremendamente divertida que ganó de inmediato el carácter de libro de culto en la red y saltó inevitablemente a las listas de best-sellers.

Las principales aportaciones de la novela a la cultura popular han sido el uso del término avatar para referirse a una imagen de identidad en Internet y la aplicación a juegos de rol masivos (MMORPG) como se reflejan en el Metaverso de la novela.

"Snow Crash" se convirtió en la novela de cyberpunk más vendida de los años noventa, y su título figura en la lista elaborada por la revista Time de las 100 mejores novelas en inglés escritas desde 1923.
 
Fernando Martínez Gimeno