Retrato de una desconocida

Opinión:

El mismo día en el que Julian Isherwood sufre el ataque de unos motoristas, la dueña de la carta con la que se ha citado es atropellada por un coche; unos hechos que le hacen dudar de la veracidad de lo que la fallecida le expuso y para lo que va a necesitar la ayuda de su amigo Gabriel Allon. Juntos preparan un plan para saber en qué lío se ha metido el galerista, sospechando que se van a encontrar con una trama donde son frecuentes las falsificaciones y las falsas restauraciones: un negocio internacional que mueve mucho dinero y en el que están implicados no solo las galerías sino también algunos museos importantes que, de salir alguna noticia a la luz, se verían envueltos en un gran escándalo.

Estos pocos datos son suficientes para sentarse a disfrutar de este thriller que no puedo considerarlo de espionaje como tal pero que, al ser protagonizado por el espía israelí Gabriel Allon, sabemos de antemano que nos vamos a encontrar con todo tipo de recursos que aparecen en otras entregas de la serie, como pueden ser las escuchas telefónicas y el conocimiento de todo cuanto necesitan saber gracias a los complejos sistemas de información de varios países. En este caso viajaremos entre Italia, Francia, Londres y Nueva York atando cabos y descubriendo de su mano unos sucesos de los que alguna vez hemos oído hablar; pues, aunque el relato es de ficción, la trama reúne casos reales.

El relato trata también sobre la búsqueda de cuadros robados y mantiene la intriga mientras aprendemos a observar en los lugares ocultos de los óleos, allí donde se puede considerar que una obra es auténtica, una copia o simplemente está mal atribuida su autoría. Una información que es bienvenida y con la que se aprenden cosas muy interesantes del mundo del arte, siempre presente en las novelas de esta serie.

En este nuevo episodio del agente Gabriel Allon no podían faltar los asesinatos, un atentado y robos, que suponen que el thriller tome otra dimensión y un cambio de estrategia, convirtiéndose en falsificador y contrabandista de arte con el único fin de hacer salir a quien quiera que esté detrás de todo este asunto. Ingredientes más que suficientes para engancharnos definitivamente, aunque en mi caso desconecto de todo lo que me rodea desde el primer contacto con la portada. Otro de los alicientes es el reencuentro de varios personajes de otros casos anteriores como son Sarah Bancroft, Anna Rolfe, Christopher Keller o Anton Orsati, quienes junto a Julian Isherwood forman el círculo que rodea y apoya en todo momento a Gabriel.

Un final lleno de giros que sorprenden, porque cuando el lector cree que todo está resuelto vuelve a quedar atrapado en una nueva intriga que es fiel al estilo de Daniel Silva, quien siempre tiene las tramas perfectamente hilvanadas.

Porlomenix