Vivir sin plástico: Consejos, experiencias e ideas para darle un respiro al planeta.

Opinión:

Cada vez son más las voces que se están alzando en contra del consumo excesivo de plástico que estamos teniendo ya que este está inundando los oceános provocando la muerte de muchas especies así como unos índices de contaminación muy elevados. Patricia Reina Toresano y Fernando Gómez Soria nos dan algunos consejos, basados en su propia experiencia, para que podamos reducir el consumo de plástico y, poco a poco, poder vivir sin él.

El libro que han escrito se titula "Vivir sin plástico: Consejos, experiencias e ideas para darle un respiro al planeta" y lo ha publicado Zenith. Es una obra de divulgación y me ha parecido muy útil. Todos los consejos que dan los basan en su propia experiencia. Me ha parecido muy interesante la primera parte en la que hacen un repaso a la historia del plástico enumerando las diferentes clases que hay indicando, también, su grado de contaminación. Es curioso como algunos de ellos, como el celuloide que apareció en el siglo XIX, supusieron al principio una ventaja. El celuloide, por ejemplo, sustituyó al marfil en la fabricación de bolas de billar con la consiguiente ventaja para la conservación de los elefantes. Lo mismo ocurrió con la baquelita que es otro tipo de plástico. Los autores reconocen que, al principio, el uso del plástico fue positivo pero el exagerado consumo que hay ahora es lo que lo ha convertido en un grave problema.

En cada capítulo van aportando consejos sobre cómo reducir la presencia del plástico en nuestras vidas incidiendo mucho en los hábitos de consumo. Por ejemplo, nos animan a que pidamos en nuestros lugares de compra que no nos pongan bolsas de plástico, que optemos por comprar en tiendas de barrio porque permiten que te lleves tu propia bolsa o favorecen la compra a granel, que sustituyamos los productos de limpieza por otros naturales como el bicarbonato o el vinagre, que reemplacemos las servilletas de papel por las de tela, que también optemos por compra ecológica en nuestros productos de higiene y cosmética etc. Unos consejos que no sólo me han parecido útiles sino factibles. No se andan por las ramas ni plantean ideas descabelladas imposibles de llevar a cabo.

Además, el lenguaje que utilizan es muy cercano. Ambos autores van turnándose y exponiendo sus experiencias. Creo que es un libro que cumple con su objetivo.

Una lectura amena que, por qué no, puede tenerse en cuenta en clase por su nivel educativo. Por eso os lo recomiendo así como también ir poniendo en práctica los consejos e ideas que nos dan para ir reduciendo lo más posible el consumo de plástico.

Ysabel M.