cancer. biografia de una supervivencia
Título: cancer. biografia de una supervivencia
Título Original: (cáncer, biografía de una supervivencia: el esperanzador testimonio de un médico enfermo de cáncer)
Autor: Albert J. Jovell
Editorial:
Planeta
Copyright: 2008, Editorial Planeta, S.A
ISBN: No definido
Etiquetas:
Argumento:
Esta
es la autobiografía de Albert Jovell, licenciado y doctor en medicina
y cirugía, además de sociología y ciencias políticas (disciplinas que ha estudiado
en dos universidades de Barcelona y en Harvard). Es autor de varios libros y ha
colaborado como articulista en diferentes periódicos nacionales. Pero en estas páginas
no nos explica qué se siente al ser médico, cómo fue su infancia o qué implica ganar
diversos premios por tu trabajo, sino las preguntas y los miedos que le asolan a
uno cuando le diagnostican un cáncer, enfermedad que padece desde 2001.
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J. Jovell
Opinión:
“Uno no puede ser tan megalómano o egocéntrico como para escribir sobre sí mismo
sino situado en condiciones límites”, dice
Javier Tusell en un artículo para
El País y que Albert Jovell utiliza para iniciar su autobiografía.
Con esta sabia cita, el autor se cura en salud sobre su mayor preocupación a la
hora de publicar este libro: que la gente no le considerara tan importante como
para publicar su biografía, que pensaran que era un acto pedante y narcisista. Así
que tras mucho pensarlo y estudiarlo, decidió despojarse de todos esos prejuicios
y dar voz a aquello que llevaba dentro.
Su historia, él mismo dice, no es la biografía de una vida, sino la biografía de
una enfermedad. Sí es cierto que tras estas páginas nos revela que cuando era pequeño
sufrió acoso escolar, que tiene un hijo adoptado y uno biológico o que estuvo viviendo
en Estados Unidos durante varios años, pero siempre, todo lo que cuenta, lo dice
bajo la prisma del cáncer, ya que como sentencia durante las primeras páginas, uno
nunca vuelve a ser el mismo. Intentar recuperar la normalidad es una pérdida de
tiempo porque: “No se supera el cáncer. Siempre hay un antes y un después del cáncer”.
La visión más positiva es que, a pesar de ser una larga enfermedad, no necesariamente
tiene por qué ser triste todo el tiempo.
Jovell hace algunas referencias a películas y libros que le han ayudado
a soportar el dolor, a ver la parte buena de la vida o a entender un poco mejor
las desgracias de la vida -la biografía del ciclista Lance Armstrong-; obras como
¡Qué bello es vivir! ó La vida es bella y autores como
Auster,
Chejov,
Zweig o
Imre Kertesz, su autor de
cabecera y quién le ha hecho llegar a la conclusión de que hay muchas similitudes
entre la fragilidad de los
prisioneros de los campos de concentración
nazis y los enfermos de cáncer (probablemente una afirmación un tanto polémica y
discutible).
Jovell explica algunas anécdotas como que su horóscopo también es
cáncer, que le gusta pararse a pensar en las palabras que se parecen como suerte/muerte,
tumor/ temor, o incluso lo mágico de su apellido: Jovell, que contiene las palabras
en catalán jove (joven) y vell (viejo) -y que le hacen preguntarse
si no será ése su destino, permanecer siempre en la frontera entre el ser joven
y mayor-. Confiesa que desde que está enfermo quiere salir en todas las fotos para
que le recuerden, que ha alquilado dos veces la película Mi vida sin mí
de Isabel Coixet y no ha tenido el valor de verla -acabó comprándosela en dvd y
no sabe cuándo será capaz de ponerla en su reproductor- o una anécdota que, dentro
del drama que puede suponerle, tiene una pizca de gracia: harto de que los extranjeros
le miren en la piscina todas las cicatrices que cubren su cuerpo, su mujer le ha
aconsejado que diga que es torero.
Dentro de este anecdotario, también encontramos grandes verdades particulares: “tengo
la sensación de haber vivido durante los últimos quince años mucho más que otras
personas durante toda su vida” y también mucho miedo. No tanto el miedo
a sufrir en carne propia -que también existe y es más que comprensible-, sino el
miedo a perder a su mujer y a sus hijos, miedo a que ellos tengan miedo y a que
sufran. De hecho, varias veces a lo largo de la lectura, la biografía se convierte
en un canto al amor, pero también en una triste despedida con un aire
melancólico y algo tristón. Un
testimonio para que su familia sepa
que les quiere y, probablemente, también decirles todo lo que les ha dicho ya y
lo que no se atreve a decir aún.
Lo que más me llamó la atención a la hora de querer leer este libro era el hecho
de que
el paciente fuera médico. Aunque al final, al leer su historia, parece
que eso casi no tenga importancia, puede que le ayude a comprender mejor algunas
cosas, o que tenga la suerte de tener mejores contactos en el mundo sanitario, pero
su profesión no determina nada ni tampoco hace que sea una novela especial por eso,
al fin y al cabo se relata cómo es una vida sabiendo que estás enfermo, no importa
ni tu condición social, ni profesión, ni trabajo.
Es difícil juzgar una biografía, cada uno sabe los episodios importantes de su vida,
y el motivo de esa importancia, es precisamente, que lo hemos vivido nosotros mismos.
Habrá quien encuentre más apasionante su relato, otros creerán que como el suyo,
hay millones de casos similares. Pero esta es su historia, como él lo vive y cómo
lo siente. Y, aunque algo tópico, su consejo final es acertado: carpe diem.
Patricia Tena
Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com
Comentario de los lectores:
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