Anika entre libros

vanina vanini

Ficha realizada por: Patricia Esteban Erlés
vanina vanini

Título: vanina vanini
Título Original: (vanina vanini, 1829, revue de paris)
Autor: Stendhal
Editorial: Periférica


Copyright: Traducción y prólogo de Manuel Arranz
1ª Edición, Enero 2011 ISBN: 9788492865260
Etiquetas: autores escritores franceses literatura francesa

Argumento:

Vanina Vanini, una bella aristócrata romana, se enamora perdidamente del rebelde carbonario herido acogido por su padre en el palacio familiar, durante su convalecencia. La muchacha no dudará en arriesgarlo todo para conseguir que el apasionado joven le corresponda.

Opinión:

No decimos nada nuevo si afirmamos que el XIX fue un siglo en el que numerosos autores, en ocasiones muy conocidos, coquetearon con la novela histórica, a veces con trágicas (y muy plúmbeas) consecuencias. Es también la centuria de la exaltación del fervor romántico, responsable de que vieran la luz numerosas historias de amor aderezadas con finales más o menos terribles. No es de extrañar por lo tanto que, como hijo de su época, Stendhal escribiera esta pequeña perla, inspirándose en un episodio relevante de la Historia reciente de Italia: la lucha de los carbonarios, una sociedad secreta fundada en los primeros años del siglo para luchar por la independencia del país y resistir el avance de las tropas napoleónicas invasoras.

Se trata de una novelita breve, que narra el tormentoso amor entre la hermosa e indomable Vanina y el rebelde Pietro Missirilli, que llega casi agonizante y disfrazado de mujer a la mansión del príncipe don Asdrúbal Vanini. Vanina, que se adivina desde el título de la obra como la protagonista indiscutible, se siente atraída por el héroe carbonario casi podría decirse que antes incluso de saberlo varón, y se entregará sin reservas a su pasión en cuanto él le descubra su verdadera identidad. A partir de entonces asistimos a la narración en paralelo de la vivencia del amor que experimentan ambos jóvenes, de manera bien distinta. La temperamental Vanina, una romana astuta y valerosa, no dudará en llegar hasta el final y arriesgarlo todo para retener a su amado junto a ella. Sin embargo, Missirilli no perderá nunca de vista el motor de su existencia, la lucha patriótica, el amor a Italia, que está por encima de cualquier interés personal. La princesa es una heroína romántica, que defiende su pasión individual, el amor ardiente que la consume. Pietro, por su parte, representa la vertiente social del Romanticismo, la exaltación colectiva y nacionalista que encuentra en la batalla por la tierra natal su razón de ser. Ambos presupuestos se manifiestan irreconciliables en los numerosos encuentros y desencuentros que protagonizan los dos jóvenes, a través de la prosa certera, engañosamente sencilla, de Stendhal.

Yo he disfrutado mucho con esta pequeña pieza en la que el amor vuelve a revelarse como ingrediente fundamental de la obra stendhaliana. En ella hay destellos de un sentido del humor ácido, “Missirilli no pensó más en aquello que él creía su deber de hombre: amó como se ama la primera vez a los diecinueve años y en Italia”, que revelan la presencia de un narrador externo, incluso diríase que irónico, contemplando a cierta distancia el triángulo amoroso en el que la princesa romana compite con la noble madre Italia por el corazón de un hombre, y pierde la partida.

Es digno de ser destacado el sutil erotismo del inicio de la relación entre Vanina y Pietro, cuando ese mismo narrador nos deja creer que entre la patricia de ojos amarillos y la muchacha rubia que desfallece en uno de los aposentos de palacio va surgiendo una relación más allá de la lógica amistad de dos muchachas afines. En su inocencia, Vanina es incapaz de renunciar a la compañía de esa desconocida por la que se siente tan atraída. Del mismo modo inevitable, aunque ya desde el conocimiento de sus armas de mujer, más adelante no dudará en disfrazarse de varón (otra vez el juego de las apariencias, del travestismo como elemento erótico) y colarse en la habitación del tío de Pietro, ofreciéndosele abiertamente para conseguir el favor del poderoso ministro.

Creo que el personaje de Vanina nos es mostrado con todas sus luces y sus sombras, en la experiencia de un amor que no la convierte en alguien mejor, sino en una mujer a ratos rabiosa, despechada, siempre leal a sus sentimientos. Y aunque en el trazado de su personalidad no cuenta con el desarrollo de cientos de páginas de una Madame Bovary o una Anna Karenina, la princesa romana queda perfilada como toda nitidez gracias a la maestría de Stendhal quien, se dice, dibujaba a sus heroínas literarias a partir de las virtudes y los defectos de las mujeres a las que amó en la realidad.

Patricia Esteban Erlés

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentario de los lectores:

Si te gustó este libro, también te puede interesar...

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar