Anika entre libros

Vamos a morir todos

Ficha realizada por: Marisa Costa
Vamos a morir todos

Título: Vamos a morir todos
Título Original: (Everyone in this room will someday be dead, 2021)
Autor: Emily Austin
Editorial: Blackie Books


Copyright:

© de la ilustración de cubierta: Martí Melcion
© de la foto de la autora: Bridget Forberg
© del texto: Emily Austin, 2021
© de la traducción: Julia Viejo Sánchez, 2023
© de la edición: Blackie Books S.L.U.

Traducción: Julia Viejo Sánchez
Edición: 1ª Edición: Marzo 2023
ISBN: 9788419172969
Tapa: Dura
Etiquetas: adicciones humor contemporánea crítica social drama muerte moral narrativa libros premiados literatura canadiense novela reflexiones novela introspectiva depresión emociones LGTB ansiedad miedos sentido de la vida salud mental identidad sexual chantaje emocional
Nº de páginas: 280

Argumento:

Gilda, al igual que muchos, teme a la muerte y cada día hace presente esos pensamientos de un modo casi enfermizo. Sin embargo, ese mismo miedo también se manifiesta en vivir, en crecer, en dar un paso adelante en la relación con su novia, en expresar su ateísmo cuando encuentra un trabajo que en apariencia le exige lo contrario, en fortalecer los lazos con su familia y, sobre todo el miedo a valorarse y ser ella misma.

 

Opinión:

 

Emily Austin, una de las máximas referentes de la literatura queer canadiense, estudió Lengua y Literatura Inglesas en el King's University College, y Biblioteconomía y Ciencias de la Información en la Western University. Su primera novela, "Vamos a morir todos", ha sido galardonada con la medalla del humor Stephen Leacock, finalista de los premios Ottawa Book Awards y preseleccionada para el premio Amazon First Novel Award.

En este debut, Austin recoge la desazón de su juventud al darse cuenta de que su educación católica no la hacía sentirse identificada con su orientación sexual. De ese modo, con una soberbia presentación en el universo literario muestra esa realidad vivida a través de una historia profunda que se apoya en un característico humor.

Con un lenguaje sencillo y una narrativa repleta de situaciones hilarantes, la autora nos introduce en el pensamiento y sentir de Gilda, su protagonista, a través de un profundo monólogo interno que invade al lector de maravillosas reflexiones. Este fluir de la conciencia trae a la mente de Gilda pensamientos que cabalgan entre su pasado y presente, abriendo un fuerte debate, casi de carácter filosófico, sobre el sentido de la existencia, los miedos, inseguridades o el propio devenir de la vida manifestado en unos ataques de ansiedad y una mente depresiva cubierta de negativismo ante cualquier planteamiento de futuro.

Emily Austin tiene la habilidad para contarnos una historia imperdible de un modo único, ya que el lector no puede dejar de sentir empatía, no solo por la caótica mente de Gilda, sino también por el variopinto conjunto de personajes que conviven en este relato. Austin les dota de naturalidad, franqueza y sencillez en una serie de situaciones extrañas, problemáticas y, en ocasiones, hasta enfermizas.

Dichos personajes, además, ofrecen una antítesis a todo lo que la protagonista es, presentando escenas llenas de ternura, comprensión y optimismo. Son tan carismáticos y maravillosos que aportan grandes tintes de esperanza al más puro estilo feel good.

Al estar narrado en primera persona, se puede seguir de cerca la psicología depresiva de Gilda, intentando descifrar, en ocasiones, su enigmático devenir de pensamiento, así como sus acciones.

Si bien la novela puede parecer densa o aburrida debido a su carácter introspectivo, nada más lejos de la realidad. La autora enfoca esta perspectiva con un humor de lo más ácido, comentarios mordaces, situaciones difíciles con tintes de ironía y un dinamismo con el que no cesa de sorprender.

La muerte es una de las protagonistas indiscutibles de la trama, pues Gilda hace girar sus corrientes reflexivas en torno a ellas, generando un ambiente emocional y al mismo tiempo casi surrealista.

La calidad narrativa de Emily Austin logra introducirnos con gran maestría y sin dramatismo en el delicado tema de la salud mental, las adicciones y el chantaje emocional haciendo una crítica a la falta de recursos a nivel institucional, la poca profesionalidad de algunos terapeutas o el peligro que puede ocasionar el lanzar frases banalizadas de autoayuda.

Sin lugar a dudas, la novela encierra un fuerte mensaje sobre el descubrimiento de aquello que es esencial en la vida, así como de la importancia de reconocer que se sufre un problema mental y pedir ayuda. Un canto a la vida y un reconocimiento respetuoso de que la muerte está ahí.

Personalmente, he encontrado en "Vamos a morir todos" una novela que he disfrutado de principio a fin, en donde las emociones bullen siempre con ese tinte de humor que te hace no soltar la historia hasta que llegas a la última página con ganas de más.

Una novela que no te deja indiferente y que transmite la necesidad que todos tenemos de encontrar a alguien que nos coja de la mano cuando la tormenta es demasiado intensa.

 

Marisa Costa

 

 

 

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