Una tierra prometida

Opinión:

En nuestro país no abundan las buenas autobiografías políticas, en general escasamente dotadas de calidad narrativa y de interés histórico, al limitarse a una crónica autocomplaciente de leve atractivo para el lector. Una penosa realidad que contrasta con esa consolidada tradición en otros países, muy acostumbrados a buenos libros de responsables políticos y funcionarios de distintos niveles de responsabilidad e influencia, que exponen los hechos acompañados de elaborados análisis contextuales e ideológicos.

Pero en el caso de Barack Obama sus libros tienen un plus adicional, porque seguramente es uno de los presidentes norteamericanos más cultos de la Historia, y seguramente uno de los mejores escritores de ese selecto club, como ya ha demostrado sobradamente en todos sus libros anteriores. Con una cuidada redacción que intercala sus orígenes, su contexto personal y familiar, que se refiere a una América concreta, cada vez más determinante de la agenda política de la nación más poderosa del planeta.

Obama presenta sus impresiones, su información privilegiada, su relación con el poder en sus más variadas manifestaciones, pero sin duda lo más interesante es el reguero de dudas que siembra en sus recuerdos, especialmente referidos a una sociedad en cambio acelerado, por cambios tecnológicos disruptivos, por un reordenamiento geopolítico protagonizado por China, por una agenda progresista enfrentada a colosales resistencias, especialmente por un cuerpo legislativo conservador que ha puesto trabas formidables a sus reformas, como la sanitaria.

Como presidente impulsó el famoso y polémico Obamacare, la reforma financiera Dodd-Frank o la revocación de la política "Don't ask, don't tell" sobre homosexualidad en el Ejército, lidió con el avispero de Afganistán y un equipo militar mató bajo su presidencia a Osama bin Laden en Pakistán, y también tuvo dolorosos fracasos, como el de la infame prisión de Guantánamo.

Esta obra de Obama es el retrato de una época narrado por el individuo con más poder de ese tiempo, pero es conveniente recordar que llega a la presidencia en los primeros instantes de la Gran Recesión, la crisis financiera que estalla tras el derrumbamiento de Lehman Brothers, lo que es de especial importancia para los lectores españoles en lo que se refiere a dos asuntos fundamentales. Por un lado su visión de Europa, y en esta su relación con líderes como Merkel, Sarkozy, Gordon Brown o Cameron. La percepción de un progresista norteamericano sobre Europa y los europeos, en un marco de referencia de confiados aliados que comparten valores y visiones, de especial importancia en un planeta en pleno proceso de reordenación geopolítica por el ascenso como poder global de China.

Una manera de entender la alianza atlántica que el peligroso Trump haría saltar por los aires, con una inquietante agenda política que ha resultado radicalmente catastrófica. Y en segundo lugar, el abismo que separa la estrategia económica de Europa y Estados Unidos en la Gran Recesión, con las políticas de austeridad como elemento divisivo a la hora de entender y reaccionar ante la naturaleza profunda de la crisis financiera y las políticas que alivien sus efectos. La distancia que separa una agenda económica progresista de una más conservadora, que el tiempo ha mostrado sus efectos en términos de crecimiento y empleo.

Es obvio que uno de los asuntos más interesantes del libro de Obama es cuando tumba a su propio país en el diván, en una reflexión profunda de sus contradicciones, de sus problemas, especialmente de las profundas raíces de viejos conflictos irresueltos como el racismo, directamente relacionado con una creciente desigualdad resultante de una economía global que ha abandonado los presupuestos básicos de la sociedad del bienestar en beneficio de un mayor protagonismo del mercado. Provocando problemas que sugieren un importante factor de injusticia e inseguridad, de desequilibrio sistémico, amplificados por la irrupción de las tecnologías de las comunicaciones y especialmente de las redes sociales, que han terminado provocando el monstruo político de la era Trump, que ha abierto una fisura muy profunda en la sociedad norteamericana de difícil solución a medio o largo plazo.

La fractura de la sociedad norteamericana ocupa y preocupa a Obama, potenciada por el oscuro papel de poderosos medios de comunicación, de la peligrosa intervención de millonarios que ponen sus inmensas fortunas al servicio de fanáticas obsesiones extremistas, la erosión acelerada de las instituciones democráticas, la alteración irresponsable de los equilibrios geopolíticos, como si la máxima de las más inquietantes corporaciones tecnológicas, "muévete rápido y rompe cosas", hubiera contaminado la forma de hacer política y el funcionamiento de la propia democracia. El propio Obama fue víctima de esta sucia manera de hacer política, como el penoso asunto de su certificado de nacimiento para demostrar su nacimiento en suelo norteamericano, como un pavoroso antecedente de lo que vendría después de su presidencia.

Un libro a la altura de las otras obras de Obama, unas memorias presidenciales que se leen con enorme interés, que hacen pensar, que permiten conocer de primera mano la lógica del poder y de la toma de decisiones que afectan a la vida y muerte de millones de personas en todo el planeta, que ayudan a reconocer las amenazas y los peligros de la sociedad en la que vivimos, narrados por un protagonista excepcional, sensato, progresista, reformista, que ofrece un contrapunto tan valioso como imprescindible en estos tiempos cada vez más complejos.

"Una tierra prometida" es la que estar por llegar, esa que debería mandar en las promesas de los políticos que gobiernan el mundo, hoy más atenazados por la lógica de la coyuntura que por una agenda ambiciosa de futuro. Y eso deberían aprenderlo de este excelente libro de memorias, fundamental para entender las claves de nuestro tiempo.

Jorge Riet