Una niña en camino

Opinión:

Como ocurre en música, en literatura nos hemos acostumbrado a esas etiquetas (realismo mágico, intimismo, y tantas otros que son en cierta medida reduccionistas pero que sin duda simplifican la presentación al lector de una obra poco conocida. Los relatos contenidos en "Una niña en camino" podrían etiquetarse como realismo complicado, si me permiten la audacia del término. A Raduan Nassar (brasileño de origen libanés) le interesan y mucho las cuestiones sociales en las que se baten sus protagonistas: la miseria, la desigualdad, la violencia, el abuso de poder... pero se niega a ofrecernos toda esa tristeza sin algo de magia. Y ahí es donde entra en juego esa complicación de la que les hablo. Juegos de perspectiva, discontinuidades, hiperrealismo y poesía en historias de desgarro. El deseo, lícito o ilícito, fértil o vicioso, como el más poderoso de los hilos que tejen una unión entre los distintos relatos que conforman el libro. Su mirada es pesimista y benevolente a un tiempo.

El cuento que da título al conjunto es la historia de una niña que visita al hombre que ha ultrajado a su madre. El recorrido a pie que realiza por el barrio sirve para pintar un fresco de la vida de los más desfavorecidos. Sexto Piso hace bien en rescatar la obra de un autor que amasó una buena producción en los años 60 y 70 del siglo pasado, para sorprender en los 80 con la noticia de que había perdido el interés en la literatura y la abandonaba para siempre. Además, la edición que ahora sale a librerías incorpora dos relatos: "El viejo" y "Crisantemos" que no pudieron leerse en la edición original, y que solamente fueron incorporadas a las obras completas del autor. Es una buena noticia porque no desmerecen en absoluto cuando son leídas junto al resto.

A menudo se ha citado a André Gide y a Fiódor Dostoyevski como los dos inspiradores principales de Nassar. Yo diría que toma del primero su amor por el realismo alambicado y poético, y del segundo la comodidad para escribir desde el dolor humano.

Es muy probable que los relatos presentes en "Una niña en camino" no se encuentren a la altura artística de la novela "Labranza arcaica", pero merecen la pena si uno quiere indagar más en este autor. La razón del interés es que tiene un estilo bastante personal. Es un rara avis y hasta cierto punto un maldito que merece la pena descubrirse, porque forma parte de esas tierras oscuras de la literatura que algunas editoriales iluminan para nosotros. Yo no me atrevería a llamarlo imprescindible, como he leído en alguna parte, pero desde luego que merece la pena dedicarle nuestro tiempo.

Rafael Ruiz Pleguezuelos