Anika entre libros

Una historia ridícula

Ficha realizada por: Darío Luque
Una historia ridícula

Título: Una historia ridícula
Título Original: (Una historia ridícula, 2022)
Autor: Luis Landero
Editorial: Tusquets
Colección: Andanzas


Copyright:

© 2021, Luis Landero
© 2022, Tusquets Editores, S.A.

Edición: 1ª Edición: Febrero 2022
ISBN: 9788411070690
Tapa: Blanda
Etiquetas: novela narrativa novela psicológica locura mentiras amor Kafka Cervantes falsas apariencias clases sociales humor ironía y sarcasmo literatura española
Nº de páginas: 283

Argumento:

Pese a sus ínfulas egocéntricas, Marcial representa el ejemplo más claro de la mediocridad hecha persona: ejerce como jefe de planta en un matadero industrial y vive en una nube de rencor hacia todos sus conocidos. Sus estudios se reducen a un par de cursos de formación profesional, nunca a nivel universitario; su estatus social queda ejemplificado mediante sus discusiones y rifirrafes con vecinos y familiares; su cultura se limita a un par de lecturas juveniles. Sin embargo, el amor que siente por Pepita -una mujer culta, de clase alta y de gestos refinados- inicia en él una vocación de farsante qué conllevará nefastas consecuencias. Seducido por el mundo de su enamorada, Marcial trata de negar las diferencias entre Pepita y él mediante mentiras, fingiendo ser una persona completamente diferente a su naturaleza.

En "Una historia ridícula", Luis Landero relata un romance cervantino: la historia de un personaje que se ve impulsado a mentir por amor, hasta el punto de dejarse arrastrar por sus quiméricas ficciones.

 

Opinión:

 

Para quien lleva años leyendo y disfrutando de las ficciones que con tan buen gusto escribe Luis Landero, el personaje de Marcial Pérez Armel en "Una historia ridícula" le recordará, como mínimo, a algún que otro viejo amigo. Marcial comparte con Gregorio Olías ("Juegos de la edad tardía") el goce de una impostura catalizada por la mediocridad; con Hugo Bayo ("La vida negociable") comparte una visión existencial anclada en el pesimismo más misántropo, y con Gabriel ("Lluvia fina"), una existencia basada en el sedimento de agravios y mentiras. Tampoco se libra Marcial del aire cervantino y picaresco que, como si de una gran familia se tratara, une y amalgama a los distintos personajes de Landero por medio de su filiación literaria. De hecho, la propia estructura de esta novela parece homenajear de forma indirecta a esa tradición, pues Marcial dirige su relato confesional a un tal doctor Goméz, que ejerce en el texto un papel muy similar al del 'Vuestra Merced' a quien escribía el Lazarillo de Tormes.

Como es habitual en las novelas de Luis Landero, el principal atractivo de "Una historia ridícula" es su trama: una historia de amor y mentiras en la que Marcial, un matarife mediocre y trastornado, finge cultura, educación y sofisticación para seducir a Pepita, de quien se ha enamorado en una degustación de vinos y otros productos extremeños. El romance de Marcial supone un auténtico reto desde el primer momento, cuando descubre que a la muchacha la rondan otros pretendientes -cultos y artistas- contra quienes no se ve capaz de competir. En vez de aceptar su propia mediocridad y su imposibilidad para conquistar a una mujer como Pepita, el protagonista de esta novela opta por la opción más tortuosa, que consiste en esconder su verdadera vida tras una máscara de elegancia y mentiras. El propio Marcial, en cierto momento, justifica sus temerosas acciones por medio de una fórmula matemática (orgullo + cobardía = temeridad), gracias a la cual se cree legitimado para obrar por encima de la moral.

De hecho, en esta ocasión Luis Landero se ha preocupado especialmente por ofrecer una honda y detallada caracterización psicológica de su protagonista, hasta el punto de que la mitad de la novela está ocupada por largas digresiones en las que Marcial reflexiona sobre cuestiones prácticas y morales de la vida diaria. En cierto momento, por ejemplo, nos ofrece una teoría sobre las ofensas -y el modo de repararlas- que será clave en su relación con la familia de Pepita; también teoriza sobre las sutilezas del estar o no estar a la altura de las circunstancias, y sobre el unamuniano carácter trágico de la gente. Otro de sus temas predilectos es la semejanza sentimental entre el amor y el odio, a partir del cual nos ofrece confesiones tan disparatadas como su deseo de matar a Pepita.

Lo cierto es que el propio discurso del narrador parece recrear su inestabilidad mental, pero Luis Landero hace de Marcial un personaje tan complejo que siembra dudas en el lector hasta la última página. Si Marcial está clínicamente loco, o si es víctima de una locura cervantina, o si es un loco por amor, es una conclusión que queda en manos del lector; el autor, en cambio, se limita a ofrecernos una historia realista, tan trágica como cómica en ciertos momentos, en la línea de las novelas que viene ofreciendo en los últimos años.

 

Darío Luque

 

 

 

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