últimos tragos
Título: últimos tragos
Título Original: (last orders)
Autor: Graham Swift
Editorial:
Anagrama
Copyright: Barcelona, 1997
ISBN: 84-339-0851-0
Etiquetas:
Argumento:
El carnicero del barrio de Bermondsey, Jack Dodds, ha muerto. Sus tres amigos más íntimos: Lenny, Vic y Ray; y su hijo adoptivo Vince se reúnen en el pub en donde apuraban pinta tras pinta de cerveza, y salen de comitiva fúnebre para arrojar sus cenizas al mar. Cubren por el camino entre el extrarradio de Londres y la costa de Kent en un mercedes de segunda mano, mientras diversos episodios de la vida de los cuatro, del fallecido, de su viuda y apenas dos o tres personajes más componen una sinfonía de adioses, de recuerdos y de pequeñas vidas cruzadas.
Opinión:
Este autor está muy considerado en Gran Bretaña, y probé con esta novela a ver. No me ha decepcionado, aunque tampoco estoy dando saltos por el pasillo... Es una novela algo difícil, pero agradecida. La dificultad no estriba en la historia o el lenguaje, sino porque juega muy a menudo a la desubicación: todos los personajes indicados se van alternando en el uso de la palabra y, aunque cada capítulo vaya encabezado por la persona que ejerce de narrador en cada momento, hay veces en que te lías un poco. A la confusión contribuye el que uno no diferencie bien entre nombres extranjeros (Vic y Vince especialmente, ufff, demasiado parecidos), y he tenido que acudir en muchas ocasiones a la contraportada de la novela para saber quién era quién.
A su favor tiene que los personajes, esos ingleses sesentones trasiega-cerveza de narizota hinchaba y colorada, los hemos visto en tantas películas, por lo que uno se sitúa muy bien, y la prosa que, como corresponde a personajes de su clase social, no se anda con estupendismos. Y ciertos capítulos son de una belleza desnuda desgarradora, especialmente los que narra Amy, la viuda de Jack.
En contra... pues que esa historia está muy bien contada, pero bastante vista. Sí, está muy bien escrita, muy digna y tal, pero tampoco permanecerá en mis circuitos neuronales... que la gente se muere, sí, y que el sentido de la pérdida, que lo que pudo haber sido y no fue... en fin, que es una novela más sobre pensamientos y situaciones mínimas, muy apta para que el autor se luzca, pero con demasiados pocos puntos de anclaje como para que el lector (al menos, yo) haga de su lectura una acontecimiento perdurable en su memoria.
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Comentario de los lectores:
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