Últimos días de la víctima

Opinión:

En Argentina, país del que es oriundo, José Pablo Feinmann, está considerado como uno de los escritores más importantes junto a otros de la talla de Borges. Al mismo tiempo, "Últimos días de la víctima" no es una mera novela negra sino que en Argentina, su país de origen, es todo un clásico desde que se publicó por primera vez en 1979. En el año 2012, la editorial El Aleph volvió a editarla en nuestro país dentro de su colección de novela negra Página Negra.

Como buena novela negra, "Últimos  días de la víctima" es de las que logra enganchar al lector desde la primera página haciendo que le sea imposible o muy difícil abandonar la lectura hasta llegar al final. Un final, por otro lado, nada esperado. Impactante y que constituye el punto más álgido de la novela.

Pero "Últimos  días de la víctima" no es solo una novela negra o policíaca sino que ahonda en otros géneros o matices que no hacen sino enriquecerla. Así, se aprecia un matiz psicológico en esa lucha que mantiene el protagonista, Raúl Mendizábal. Él es un profesional del crimen que nunca ha errado. Sin embargo, ahora, sucede algo que le impide completar su trabajo. Nunca hasta entonces había estado interesado en conocer la vida de sus víctimas, ¿por qué ahora sí que lo hace con Rodolfo Külpe?, ¿por qué duda tanto en apretar el gatillo aún a sabiendas de que esta decisión puede perjudicarle?

Estas dudas, estos interrogantes muestran a un Raúl Mendizábal más humano, no tan frío como pueda parecer al principio de la novela. José Pablo Feinmann ha sabido dotar a su novela de un elenco de personajes de lo más atractivos. Junto a Mendizábal el otro gran protagonista es Külpe pero su presencia es más sigilosa. En ningún momento el lector conoce la razón por la cual debía darle muerte Mendizábal. Respuesta que tampoco conoce éste, de ahí que empiece a hacer suposiciones que le llevan a entablar relación con personas muy cercanas a Külpe, como son Amanda y Sergio.

Tanto uno como el otro, sobre todo Sergio (es un niño), aportan un cierto toque de ternura tanto a la historia como a la propia vida de Mendizábal. La relación que establece con ellos, sobre todo con el niño, muestra su lado más humano lejos de su faceta como asesino.

Todos los personajes de la novela son creíbles. Están muy bien descritos. Cada uno de ellos tiene una personalidad que impacta en el lector.

Los párrafos descriptivos y narrativos prevalecen sobre los diálogos pero no suponen ningún obstáculo al ritmo que tiene la lectura. José Pablo Feinmann tiene un estilo ágil. La novela se lee rápidamente y, en todo momento, se mantiene la acción y el ritmo. Como se ha comentado antes, el autor es argentino así que el castellano que hay en la novela es el que se habla en esta tierra.

"Útimos días de la víctima" es una novela interesante que, pese a los 35 años que han transcurrido desde que se publicó por primera vez, mantiene una cierta frescura y gancho. Una lectura que no debería nadie perderse especialmente los amantes del género negro.

Ysabel M.