tres cuadernos y un destino

Opinión:

Los tres libros que conforman esta trilogía poseen un nexo común que consiste en que el autor prescinde de personajes o de argumentos de ficción tanto en sus poemas como en sus textos más narrativos: el autor es el principal y único protagonista casi de cada uno de los poemas, ensayos o reflexiones que conforman el libro

En ese sentido, Pako Aristi es el principal testigo de la realidad que le rodea y es él quien aporta su punto de vista a través de la poesía en cuestiones sociales tales como: el conformismo de los que forman su generación (Breve trilogía de mi generación), las cosas que le interesan y cómo le interesan (Pequeños placeres), las contradicciones de la sociedad vasca, todavía demasiado anclada en lo tradicional (Retrato de un familia modélica vasca) o el país vasco de hoy, al que define en uno de los versos como "el pueblo burgués más revolucionario del mundo", o incluso temas como la "moderna" tercera edad (La crisis del chándal). Pero también en su poética hay espacio para hablar de sentimientos o emociones; de amor (Relación amor-odio; Cuerpo Ligado, El tiempo de los besos). El autor consigue finalmente unos poemas que parecen más narrativos que líricos.

De igual modo en sus textos o ensayos es Pako Aristi el pasajero que viaja de Zumárraga a La Coruña en tren y que nos hace la crónica de su travesía a través de su cuaderno de viaje (Un viaje en tren) o el autor a quien le proponen hacer un caótico reportaje de televisión (Entrevista con un escritor) o al sujeto al que le suceden las mil y una anécdotas que aparecen en la totalidad de los textos con argumento (libro de viaje, diario personal, etc.) o ensayos incluidos en el libro y que curiosamente tienen mucho de más de poéticos que de narrativos.

Podemos afirmar por tanto que Aristi compone una poesía que es claramente narrativa y escribe una narrativa que consigue ser eminentemente poética. En ese sentido, el autor busca quizá jugar con los géneros o estilos, demostrando que éstos no tienen porque aparecer en compartimentos estancos, sino que pueden complementarse o beber los unos de los otros; que siempre en literatura se puede experimentar, romper barreras, demostrando así que la creación literaria no tiene porqué tener un tono severo o estricto, ni seguir al pie de la letra las a veces absurdas o subjetivas normas de un manual al uso, sino que debe nacer de la libertad creativa de cada cual… y también de la sinceridad y la honestidad personal, como sucede con este libro en cuestión.

Joseph B Macgregor