Anika entre libros

Trenes rigurosamente vigilados

Ficha realizada por: Inés Macpherson
Trenes rigurosamente vigilados

Título: Trenes rigurosamente vigilados
Título Original: (Ostře sledovane vlaky, 1965)
Autor: Bohumil Hrabal
Editorial: Seix Barral
Colección: Biblioteca Formentor


Copyright:

© Bohumil Hrabal Estate, Zurich, Suiza, 1965

© Editorial Planeta, S.A., 2017

Traducción: Fernando de Valenzuela
Edición: 1ª Edición: Enero 2017
ISBN: 9788432229794
Tapa: Blanda
Etiquetas: novela novela corta histórica ficción histórica humor II Guerra Mundial resistencia literatura checa clásicos modernos trenes
Nº de páginas: 152

Argumento:

En una estación ferroviaria, Miloš, un joven aprendiz, nos relata su historia, la de su familia, y la que transcurre en la estación, rodeado de personajes como el factor Hubiča, la telegrafista Zdenka Svatá o el jefe de estación, un hombre que criaba palomas de Nuremberg, pero que tras la invasión alemana de Polonia, decide empezar a criar palomas polacas.

Escrito con una gran dosis de humor y toques casi surrealistas, esta entrañable novela muestra el despertar de un joven al deseo, a la edad adulta y a la realidad, a la espantosa realidad que los rodea y que rodea a media Europa. Pero también muestra que, a veces, la resistencia puede existir en los lugares menos pensados, como en las vías de una estación de tren.

 

Opinión:

 

Con una presentación a cargo de Monika Zgustova, Seix Barral nos trae un clásico de la literatura del siglo XX. La primera vez que me acerqué a la obra de Hrabal fue con su "Yo que he servido al rey de Inglaterra", una obra extraordinaria, difícil de clasificar, con un personaje principal inolvidable. Como en esa novela, "Trenes rigurosamente vigilados" plantea una realidad brutal envuelta en una atmósfera desenfadada, divertida e incluso, en ocasiones, un tanto surrealista, con unos personajes para enmarcar.

Una de las primeras imágenes que nos regala el joven Miloš es la de su familia, en especial la de su abuelo, un hipnotizador que decide enfrentarse personalmente con el ejército alemán: se colocó en la carretera, viendo los tanques llegar, mientras en su mente iba repitiendo la idea que quería colar en la cabeza de los soldados. Pero a pesar de repetir mentalmente «volved a casa», los tanques no pararon y el padre de Miloš tuvo que ir a buscar la cabeza de su padre, aplastada por el peso del metal. El horror y el humor unidos en una simple imagen.

Lo fascinante de esta novela corta es que, con sus escasas 150 páginas, consigue trasladarte a un lugar en el que nunca has estado y visualizar a cada uno de los hombres y mujeres que circulan por esa estación. Desde los ojos de Miloš y desde sus pensamientos vamos conociéndolos, creándonos un cuadro de ese lugar y de cierta locura transitoria y necesaria para sobrevivir el horror.

Con novelas tan poco extensas como esta, es difícil no adentrarse en el argumento. Sólo diré que Bohumil Hrabal supo demostrar que la resistencia puede existir en cualquier lugar, y que, a veces, la fuerza aparece donde menos te lo esperas, incluso en las personas que han sucumbido a la tentación de acabar con todo, por algo que, comparado con una guerra, podría parecer superficial.

Como Monika Zgustova explica, la vida de Hrabal fue peculiar, como la de los personajes de casi todos sus libros. Y también es peculiar su manera de escribir, de unir las frases como si las fuera cosiendo de manera brillante y a la vez un tanto caótica, demostrando que se pueden hilvanar pensamientos de forma magistral saltando de un lado a otro, como lo hace nuestra cabeza.

Salvando las distancias, uno se adentra en este libro y recuerda la película "El tren de la vida", dirigida por Radu Mihaileanu en 1998, donde un grupo de judíos cogen un tren y simulan que es uno de prisioneros para escapar del horror de la guerra y los nazis. Esos trenes que pasaban, arriba y abajo, unos llevando a cientos de personas al horror, otras transportando el horror a otros lugares. Trenes secuestrados por judíos que intentan huir; trenes acribillados como muestra de rebeldía; trenes rigurosamente vigilados que un día pueden encontrarse con la estación equivocada. Pequeñas resistencias, fantasiosas, un poco locas y con un humor al que aferrarse en tiempos de oscuridad. Pequeñas resistencias literarias que demuestran que, a veces, con muy pocas páginas, con pocas palabras, se puede decir mucho.

Inés Macpherson

 

 

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