Tonto de remate

Opinión:

"Tonto de remate" forma parte un tipo de novela contemporánea que goza del favor del público: el que ofrece al lector la observación minuciosa de una selección de personas (normalmente desfavorecidas, o que mueven a lástima por diversos motivos) en una pequeña localidad. Para ello Richard Russo tiene dos grandes cualidades que hace que la obra sea muy disfrutable: una aguda capacidad de observación y un talento nada común para expresar narrativamente los sentimientos y procesos mentales de sus personajes. Aunque "Tonto de remate" es sobre todo una novela de personajes, para ofrecer más interés a la obra, el autor plantea una intriga policíaca que trata de tráfico de armas, drogas y hasta serpientes venenosas, que tiene atractivo en su extravagancia.

Continuación de la célebre "Ni un pelo de tonto" de 1993, aquí Richard Russo vuelve a contarnos la vida de los parroquianos del White Horse, aunque opta por silenciar un tanto a su anterior protagonista, Donald Sullivan, y centrarse en los fracasos de otro personaje digno de la galería de los perdedores: el jefe de policía Raymer. Prototipo de inepto (mantiene el lema de que siempre ha fracasado, en todo), se verá sobrepasado por los sucesos que se desarrollen en esta tranquila localidad en un lapso de tiempo corto, y que le maltratarán física y psicológicamente. Richard Russo tira de humor y disposición para la comedia en la presentación de los sucesos: en apenas dos días narrativos asistiremos a rayos que caen sobre el jefe de policía, tumbas que se mueven por acción del agua, serpientes peligrosas sueltas por la comunidad y una herida en la palma de la mano del protagonista que todo el mundo interpreta como una especie de llamada redentora.

El resultado es una novela muy atractiva, con párrafos verdaderamente brillantes, y que ofrece un narrador maestro con un oficio muy sólido. Sabe dosificar el humor, haciendo que la intriga sea divertida pero no ridícula.  La traducción de Enrique de Hériz es limpia y clara, adecuada, precisa. Como nueva aproximación a "Ni un pelo de tonto", no desmerece en absoluto a la primera entrega.

Rafael Ruiz Pleguezuelos