Todas las criaturas grandes y pequeñas

Opinión:

James Herriot es el pseudónimo de James Alfred Wight, nacido en Glasgow, quien al año de titularse como médico veterinario o más bien, cirujano veterinario, se fue a North Yorkshire, a un pueblo rural llamado Thirsk (Darrowby en la novela) y nunca más dejó la zona durante toda su vida. Y eso fue en los 40… luego vendría la Segunda Guerra Mundial, donde participó en la RAF, pero esa, esa es otra historia.

El tema es que estuve indagando un poco sobre su biografía y me ha gustado mucho, os daré datos que he encontrado aquí y allá gracias a nuestra maravillosa red de redes… lo primero, el pseudónimo es porque hay una ley inglesa que prohibía a los veterinarios hacerse publicidad y tuvo que cambiar el nombre, el de su gran amigo Douglas Sinclair (sí, es Siegfried Farnon) y el de su hermano Brian (que es Tristan en el libro)... eso sí, no me quedó claro si era hermano de Douglas o de James.

En este sentido, esta novela es la unión de otras dos: If Only They Could Talk (1970) y It Shouldn't Happen to a Vet (1972), pero no sólo eso, escribió unas cuantas novelas más semi autobiográficas que seguramente merecerían la pena leer como la continuación, que es "Todas las cosas brillantes y hermosas" (All Things Bright and Beautiful), "Un veterinario en la RAF" (Vet might fly), "Un veterinario en apuros" (Vet in harness), que sí están publicadas en español pero "Dogs Stories", "Cats Stories", "Let sleeping vets lie", entre otras, que aún no han sido editadas aquí…

Eso sí, James Herriot empezó a publicar muy a posteriori, a finales de los 60 empezaron a salir sus obras y causaron furor en Inglaterra y Escocia, principalmente, por su forma de mostrar al mundo la ruralidad inglesa de una manera tan vívida y con tanto humor, que parece que estamos allí… De hecho, y dejo ya de dar datos aleatorios, la BBC hizo una serie en 1978 basada en este libro que duró hasta 1990, con siete temporadas y ahora mismo está en emisión un remake en una plataforma digital, desde 2020 y lleva cuatro temporadas sin decaer ni un poquito...

Pero vamos al grano, estas memorias son una delicia para cualquier persona que tenga el libro en sus manos, porque está escrita desde el recuerdo, desde la nostalgia del pasado y sobre todo, porque se convirtió en un escenario escrito donde podíamos visualizar todos los aspectos de la vida cotidiana en un pueblito rural perdido en el norte de Yorkshire, a fines de los años 30… es más, se ha convertido en un clásico no solo por el hecho de ser uno de los libros más vendidos en su momento, sino por el auge de los estudios en medicina veterinaria que provocó su lectura entre la juventud en el año de su publicación, en 1972.

Así, la novela se convierte en una fuente de anécdotas, de divertidas situaciones (y otras no tanto), de las relación con los granjeros, que por cierto, allí existe el "tío", que sería ni más ni menos que nuestro "cuñado" de toda la vida… pero aún hay más, Herriot aprovecha también de ir señalando que le ha tocado justo una época de avances científicos y va por las granjas utilizando nuevos y viejo métodos, aunque lo más importante de todo, es la formación continua, la práctica veterinaria y la creación de lazos no solo profesionales, sino también afectivos con sus pacientes y clientes de las granjas…

Un dato que siempre tiene en cuenta es el del cuidado de los animales domésticos, que se ve que en esa época apenas se les tomaba en cuenta, salvo alguna que otra persona que no le importaba soltar unas cuantas libras para que su perro o gato estén bien de salud. Aquí hay una parte muy relacionada con la psicología también y que es la relación casi humanizada de un perrete pequinés y su ama, pero no voy a destripar esa parte, tenéis que leerla porque así entenderéis mucho mejor el tema del que hablo.

En cuanto a la edición, la preciosa cubierta de José Manuel Hortelano Pi con ese enigmático uno, que he buscado y no, no está en colección alguna, así que creo y ojalá sea así, es el primero de una colección nueva o una serie de publicaciones dedicadas a la obra de James Herriot… me encantaría esa segunda posibilidad, porque es un autor que aportó a su gremio mucha inspiración y vocación, de hecho, se dice que gracias a sus libros logró que aumentase el número de estudiantes de veterinaria en todo el Reino Unido. Me repito, sí, pero es que inspirar hasta ese punto, no lo logra mucha gente, ¿o sí? Es que este es un libro lleno de amor a los animales, la vida en el campo, a la naturaleza, un libro para atesorar porque es una joya literaria de las buenas. ¡¡Recomendadísimo!!

Carol Inabé Barba