Anika entre libros

tiempo para crear, tiempo para matar

Ficha realizada por: Inés Macpherson
tiempo para crear, tiempo para matar

Título: tiempo para crear, tiempo para matar
Título Original: (time to murder and create, 1976)
Autor: Lawrence Block
Editorial: RBA


Copyright: © Lawrence Block, 1976
© RBA Libros, S.A., 2012
Traducción de Antonio Iriarte
1ª Edición, Mayo 2012 ISBN: 9788490062623
Etiquetas: autores detectives escritores estadounidenses género negro investigación literatura americana literatura estadounidense literatura norteamericana norteamericanos policiaco

Argumento:


Cuando Matthew Scudder – un expolicía convertido en detective privado ocasional, con cierta tendencia al alcohol y a la dejadez – recibe la visita del Volteador, quien le entrega un sobre para que lo guarde por si le ocurriera algo, sospecha que algo va mal. Sus sospechas se ven confirmadas el día en que no recibe la llamada de rigor por parte del Volteador para asegurar que sigue con vida. ¿Le habrá pasado algo realmente o simplemente se ha olvidado de llamar porque iba demasiado borracho?

Al descubrir que se ha hallado el cadáver del Volteador, Scudder decide abrir el sobre. A partir de ese momento, tendrá que andarse con mucho cuidado mientras investiga la posible identidad del asesino del Volteador, para evitar que él también acabe en el río.

Opinión:


Tiempo para crear, tiempo para matar es la segunda entrega de la Serie Matthew Scudder, creada por Lawrence Block, uno de los maestros del género negro de su generación.
 
Acostumbrada a que los detectives de hoy en día puedan entrar en los archivos privados de los ordenadores, hackear o seguir el GPS del sospechoso, se podría decir que el detective privado Matthew Scudder – aunque él insiste en decir que no es detective – está chapado a la antigua, en el mejor de los sentidos. Se tiene a sí mismo, su intuición, su experiencia y su cerebro – a veces un tanto espeso a causa del alcohol en exceso – para resolver los casos. Ni ordenadores, ni móviles ni otras maravillas tecnológicas: sólo su capacidad intuitiva y sus dotes de observador.
 
La atmósfera que envuelve el caso de Tiempo para crear, tiempo para matar  tiene esa aire sórdido y melancólico de los bajos fondos de Nueva York: bares que uno imagina a media luz, con mesas de madera en las que muchos otros han pasado largas noches en vela aferrados a una botella; personajes con oscuros secretos que intentan ocultar para poder ocupar un puesto importante en la zona alta de la ciudad; policías tan corruptos como los políticos y delincuentes que colaboran con la policía a cambio de no acabar entre rejas. Incluso el protagonista, Matthew Scudder tiene un cierto halo de sordidez: vive al día, con lo puesto y sin casi ingresos; no tiene casa, sino que vive en la habitación de un hotel y deambula por bares – sobre todo el Armstrong’s – para ahogar las penas en bourbon y café.
 
Precisamente el Volteador es uno de esos delincuentes que colabora e informa a la policía; un personaje enigmático que aparece de forma fugaz en el libro, pero que es el detonante de toda la acción. Su manía de girar una moneda – de ahí su sobrenombre – recuerda en cierto sentido al villano de Batman, Dos Caras, aunque en el caso del Volteador, deja muy claro que él roba, extorsiona o chantajea, pero nunca mata; ni siquiera trabaja con personas que puedan haber matado alguna vez. Para él hay una gran diferencia entre ese y cualquier otro crimen. Ese es una especie de código que comparte con Scudder: el asesinato es algo que no puede quedar impune.
 
Block permite que nos adentremos en esta historia de la mano de Matthew Scudder. Narrada en primera persona, como otras novelas negras, la trama avanza a medida que las pesquisas del detective lo hacen. De esa manera, el lector puede ir lanzando hipótesis sobre lo que descubre Matt, tal vez acertadas, quizás erróneas; pero en cierto sentido, el propio lector puede jugar a ser detective en la propia novela. Lo interesante de la primera persona en esta clase de historias es que tanto el protagonista como el lector está igual de perdido y se sorprende de la misma manera que el detective cuando descubre que se ha equivocado, o que estaba siguiendo una pista falsa.
 
El personaje principal que ha creado Lawrence Block, Matthew Scudder, tiene un aire a esa América que Curtis Hanson retrató en L.A. Confidential, aunque la cinta basada en la novela de James Ellroy ocurría en los años cincuenta y Block escribió su novela a finales de los setenta y está situada en Nueva York. Pero la sensación de estar contemplando por una pequeña ventana la corrupción del cuerpo de policía, de los políticos, así como los escándalos encubiertos de los ricos, es similar. Cuando uno lee Tiempo para crear, tiempo para matar, imagina a algunos de los personajes en uno de esos trajes marrones a juego con el sombrero de ala estrecha.
 
Además de una atmósfera muy bien conseguida con pequeñas pinceladas descriptivas que permiten que cada uno se dibuje el mundo de Scudder en su cabeza, uno de los aspectos más interesantes son los personajes que rodean a Matt. Por un lado tenemos a Trina, una de las camareras del Armstrong´s, que parece una solitaria como Scudder y que es, en cierto sentido, su confidente y la persona en que sostenerse si se hunde. Por otro lado tenemos a diversos agentes de policía, a cada cual más peculiar – uno que pide siempre algo a cambio de la información que da; otro que habla por los codos sobre los ligues de su compañero; e incluso uno que parece más interesado en recoger el testigo del chantaje del Volteador que en resolver su asesinato. Y por último tenemos a los personajes que investiga Scudder: tres individuos (dos hombres y una mujer) con un escándalo en su pasado que no les ha impedido escalar posiciones sociales. En definitiva, un elenco de personajes lleno de defectos, vicios y alguna virtud escondida que deja ver la luz de vez en cuando.
 
Escrita de manera directa y con un lenguaje muy bien escogido, esta novela avanza con unos diálogos muy bien estructurados, llenos de sarcasmo y cierta mala leche y una narrativa fresca que muestra a la perfección el mecanismo del pensamiento de Scudder.
 
En definitiva, Tiempo para crear, tiempo para matares una novela negra de excelente factura y atmósfera bien trabajada que nos traslada a la Nueva York de hace unas décadas para mostrar que en todos los rincones del mundo y, desde hace siglos, las personas cometen errores que pueden salir muy caros y que pueden empujarlos a cometer imprudencias aún mayores. Porque hay hombres a los que si se les aprieta demasiado, explotan intentando llevárselo todo por delante.
 
Inés Macpherson

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentario de los lectores:

Si te gustó este libro, también te puede interesar...

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar