Teatro breve en el siglo XXI

Opinión:

Lo que la editorial El Sendero ofrece en este "Teatro breve del siglo XXI" es una colección de textos frescos y bien construidos que bucean en temas plenamente contemporáneos, ajustándose por tanto a la pretensión del título y su promesa de un catálogo de textos breves que nos acerquen a los asuntos que interesan en este siglo.

Son seis los autores presentes en la colección, la mayoría habituales de nuestra escena alternativa: María Zaragoza, Vicente Marco, Elena Marqués, José Luis de Blas, Verónica Rodríguez y José Luis Ordóñez. Este último actúa como editor del volumen, y además firma el que es probablemente el texto más valioso del conjunto. El volumen queda además bien prologado por el dramaturgo Ramón Luque.

Como ocurre con todas las recopilaciones u obras colectivas, el resultado y la calidad de los trabajos es irregular, pero he de decir que el conjunto no desmerece, representando una buena puerta de entrada a las inquietudes y lenguajes del teatro español contemporáneo. Son varias las piezas que usan el humor negro para condimentar su propuesta creativa, algo que por otra parte es bastante común en la escritura de nuestro país. Respondiendo a algunos de los temas que sin duda más importan a la opinión pública, también hay varias piezas que coinciden en retratar el mundo de la política como circo despiadado y patético, en su falta de clase y búsqueda del interés público. Entre ellas se encuentra la que abre el volumen, la simpática "Todo es política menos la política" de María Zaragoza, que con humor negro y apariciones fantasmagóricas retrata una pareja de políticos sin escrúpulos. "Los hijos de puta" de Vicente Marco, vuelve al humor negro y un aire surrealista que me lleva a La Codorniz para recoger la entrevista con el empleado de una funeraria que realiza una mujer para encargar la muerte de su marido. "La número 23" de José Luis de Blas, es una indagación vaporosa y de aire experimental sobre la psicología que se esconde tras la relación paternal y afectiva cuando se conecta con la tragedia. Verónica Rodríguez, en "Barespain" nos cuenta una historia cruel de personajes cuesta abajo, en la que la droga sobrevuela una indagación sobre la figura del héroe en la sociedad contemporánea. Me ha interesado mucho "Ópera Prima", de Elena Marqués, metateatro en la historia de unos personajes que teorizan sobre el arte y la creación, y las dificultades para salir adelante y hacerse un nombre en el mundo artístico. Un juego de tunantes y timadores con el mundo del arte escénico como trasfondo y motivo intelectual. "Debate de alta graduación", de José Luis Ordoñez, tiene no pocas conexiones con el primero de los textos, lo que ofrece una sensación de circularidad a la edición. El autor sevillano, con buen pulso y diálogos brillantes, nos presenta la desesperación de un político que pierde la fe en cuanto hace minutos antes de que tenga que salir a debatir con su rival, negándose a ponerse en público para un debate en el que lo que menos se importa en lo que se diga. El personaje de Eva, la persona que debe conseguir que el político vuelva a hacer lo que se espera de él, es tan interesante como el de este candidato en crisis.

Una recomendación para los que creen que el teatro también se lee, y quieren conocer el pulso de parte de nuestro teatro contemporáneo.

Rafael Ruiz Pleguezuelos