Tan poca vida

Opinión:

De vez en cuando te encuentras ante un libro que te recuerda lo maravillosa que es la lectura, que consigue trasladarte en el espacio y en el tiempo permitiéndote vivir otras vidas. Un libro que te atrapa entre sus páginas, te hechiza, te emociona y te conmueve…Todo esto ocurre con "Tan poca vida", de Hanya Yanagihara.

Podría empezar por deciros que la novela trata sobre la amistad, pero también sobre el amor, el dolor, el esfuerzo, las segundas oportunidades… sobre la vida, en definitiva.

Con una excelente prosa, la autora logra que devores sin apenas darte cuenta las mil páginas de la novela, construyendo una trama coral que pivota alrededor de cuatro personajes, pero que realmente acaba siendo la historia de un hombre, Jude, contemplada desde su propio punto de vista y desde la perspectiva de quienes le rodean. Jude es un personaje misterioso, del que apenas conocemos nada y cuya vida se nos irá desvelando poco a poco, en la dosis justa para mantener la tensión narrativa. Un personaje muy complejo, que ha sufrido mucho y es muy vulnerable, con el que entenderemos el auténtico significado de la palabra amistad, conoceremos la auténtica valentía y la generosidad, y también el lado más oscuro y terrible de las personas, el dolor, el sufrimiento, los traumas derivados de una infancia de abusos, pudiendo llegar a situarnos en el lugar de la víctima y comprender sus reacciones.

Aunque la historia es muy dura, la novela no es triste, sino que tiene una carga muy positiva; nos muestra el poder redentor del amor (el amor de la pareja, de los padres, de los amigos). El amor por la vida, la posibilidad del ser humano de reinventarse una y otra vez; el papel dignificador del trabajo en la vida de las personas; la existencia de la bondad...

Podría hablaros sin parar de la novela, y es que por una vez coincido con la editorial, que en la portada la califica como "la mejor novela del año" . Para mí es sin duda la mejor que he leído este año; estoy segura de que esta autora dará mucho que hablar. Eso sí, te prevengo de que su lectura no te dejará indemne.

Celsa Corte