Subidón

Opinión:

Aunque no tuviera por autor a un gran humorista, cosa que ya genera notoriedad de por sí, el libro mismo, como objeto, llamaría la atención: con una portada verde chillón y esos ojos de juguete asomándose por el troquelado, es imposible pasarlo por alto entre las novedades. Es además finito y con la letra gruesa, así que todo apunta a que será una lectura ligera y divertida, lo cual es otro punto a favor del envoltorio.

El contenido, por su parte, es ameno pero no desternillante. Nos sumerge en el ajetreado día a día de un cómico que está en la cresta de la ola para mostrarnos que no es oro todo lo que reluce: es famoso, sí, pero eso significa compromisos que su primo-mánager acepta en su nombre aunque no le apetezcan, un montón de gente queriendo hacerse selfies con él, un troll en su instagram y muchos acontecimientos que le dispersan y que le hacen ser de lo más desconsiderado con su novia de toda la vida, que está pasando un bache importante.

Los acontecimientos se desarrollan a lo largo de una semana y poco se puede decir sin desvelar nada, aunque se intuye desde el inicio qué parte de la bomba va a estallar y de qué manera. En el fondo, el libro es una reflexión sobre la vanidad y el egoísmo, con un diálogo interno del protagonista que deja traslucir en todo momento que está en su mundo y no se plantea en ningún momento que quizás es responsable de las cosas que fallan en su vida.

Aun sin haberme parecido del todo cómica, la historia tiene algún punto gracioso, con unos "palabros" muy propios de Joaquín Reyes, que recurre bastante a ellos. También tiene detalles que bien podrían ser autobiográficos, aunque el autor asegura que no es autoficción, y hay apariciones de algunos personajes que, aunque con nombre inventado, te remiten de alguna manera a personajes reales del mundo de la farándula.

Al final, por resumir, el libro me lo leí en un suspiro y, aunque dudo que sea lo que espera un fan del autor, esa cadena de malas decisiones me ha parecido entretenida, aunque con un cierre flojo.

Déborah F. Muñoz