Anika entre libros

Simón

Ficha realizada por: Rafael Ruiz Pleguezuelos
Simón

Título: Simón
Título Original: (Simón, 2020)
Autor: Miqui Otero
Editorial: Blackie Books


Copyright:

© 2020, del texto, Miqui Otero
© 2020, de la edición, Blackie Books S.L.U.

Edición: 1ª Edición: Septiembre 2020
ISBN: 9788418187308
Tapa: Dura
Etiquetas: novela nostalgia recuerdos amistad novela social barrios Barcelona relaciones familiares relaciones personales familia bares humor desapariciones narrativa literatura española
Nº de páginas: 447

Argumento:

Novela de Miqui Otero, autor que nos regaló en su momento "Rayos", una obra notable, y que con "Simón" nos lleva a conocer la vida de Rico y Simón, dos primos que se crían en la trastienda del Baraja, un bar en una zona humilde de Barcelona. La desaparición de Rico, en extrañas circunstancias, llevará a su primo a una búsqueda incesante, llena de cabos sueltos y pistas falsas, y a conocer una Barcelona que discurre bajo radar, lejos de los proyectos urbanísticos y las rutas turísticas. Una novela que además se ocupa de llevar muy bien al lector hasta la intrahistoria de las personas normales, desde el hito que supuso la celebración de las olimpiadas en 1992 hasta la agitación del procès.

 

Opinión:

 

"Simón", de Miqui Otero es un libro que se ha hecho rápidamente popular, probablemente porque contiene unos ingredientes tremendamente atractivos para esa generación X que guarda su infancia y adolescencia como un precioso tesoro analógico y de vida casi idílica. "Yo fui a EGB", la web y sus subproductos, sería el resultado más vistoso y popular de esta nostalgia generacional a la que aludo. Por la novela de Miqui Otero circula la olimpiada del 92 y las discusiones sobre si Cobi era o no un animal; los refrescos, el helado Popeye, las meriendas, la Vespa, los anuncios de Fortuna… el autor administra bien un pasado en el que una generación ve un espejo, pues ya se sabe que una de las cuestiones que más disfrutamos esta generación EGB es darnos cuenta de que todos tenemos más o menos los mismos recuerdos, pues frente a la infinita oferta comercial de hoy en día, en aquellos 80 y 90 todos hacíamos lo mismo, a la vez y con las mismas cosas. Si el viernes por la noche tocaba el Un, dos, tres, pues toda España a ver el programa.

Con el telón de fondo de esa nostalgia generacional, Miqui Otero nos presenta a Simón, un chico barcelonés proveniente de una familia que deja su Galicia natal para buscarse la vida regentando un bar en Cataluña, el "Baraja". Su primo y él viven un idilio permanente con la literatura de aventuras clásica, de modo que las páginas de la novela se colman de alusiones a Scaramouche, El conde de Monte Cristo y ese universo de valientes esforzados que tienen un código ético inquebrantable. Simón crece a la sombra de un primo al que admira sin límite, pero que acaba metido en líos: adicciones, problemas con el dinero… Un día, su primo desaparece, y a partir de ese momento la novela es una búsqueda de ese personaje idolatrado del que nadie sabe qué ha podido ocurrir. Para acompañarle en la búsqueda, hay dos protagonistas femeninas muy bien trabajados, que serán el mejor apoyo para un Simón que pasa gran parte de la obra sin saber qué hacer con su vida.

Lo mejor de la novela es precisamente con lo que abría esta reseña: la pintura al detalle de esa vida de antes, con sus esfuerzos y pequeñas alegrías. La vida de la gente humilde (los padres y tíos del protagonista tienen un pequeño bar en una Barcelona de barrio, sencilla) y sus afanes y defectos es tremendamente real, clavada a los recuerdos que tantas y tantas personas pueden guardar, escrito con una ternura inmensa. Miqui Otero es dueño de una prosa rauda, bien labrada, transparente y meritoria.

El texto anda muy bien pegado a la realidad histórica, algo que se disfruta mucho. "Simón" toma al lector en la Barcelona de la olimpiada y le lleva hasta el procès o los terribles atentados de las Ramblas, actuando como fino termómetro social de cuanto ha ocurrido en Cataluña ese tiempo.

La trama resulta, cuando menos, inverosímil, en ocasiones forzada y hasta errática, pero quiero pensar que no es un defecto sino una forma consciente de presentar el material por parte del autor. "Simón", de Miqui Otero comparte con Eduardo Mendoza no pocos rasgos de las obras humorísticas del popular autor: una selección fina del humor y un gusto por la argumentación inconsistente, llena de conejos en la chistera. No debe ser casual, por tanto, que en alguna entrevista el propio Otero haya recurrido a esa obra de Mendoza que es "Sin noticias de Gurb" para hablar de "Simón". En los mejores momentos de la obra, las historias que ambos primos comparten en su adolescencia (sobre todo las de Rico, el desaparecido) recuerdan a las famosas "aventis" del inolvidado Juan Marsé.

"Simón", pese a ser una novela sólida e interesante, está quizá lastrada por esa deriva desigual de la trama a la que he aludido y un número quizá excesivo de páginas. Algo podría podarse del texto para ganar dinamismo. Miqui Otero es muy bueno en la pintura de costumbres pasadas, que reproduce como si hubiera ocurrido ayer, y "Simón" es un producto de nostalgia necesaria, porque así es el recuerdo de infancia y adolescencia: necesario. El libro, sin ser perfecto, deja al lector contento de haber entrado a la Barcelona de los últimos cuarenta años de la mano de estos personajes singulares.

 

Rafael Ruiz Pleguezuelos

 

 

 

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