relatos de fantasmas
Título: relatos de fantasmas
Título Original: (the ghost stories of edith wharton)
Autor: Edith Wharton
Editorial:
Alianza
Copyright: Traduccción de Francisco Torres Oliver
Primera edición en Biblioteca temática: 2010
ISBN: 9788420664347
Etiquetas:
espíritus
fantasmas
horror
más allá
miedo
terror
Argumento:
Edith Wharton
, Nueva York, 1862, St.Brice-sous-Fôret, 1937), fue una escritora y diseñadora estadounidense, de origen social acomodado, a los 23 años se casó con E. R. Wharton, doce años mayor que ella. Se divorciaron en 1913, por infidelidades mutuas. Ella misma mantuvo idilios bisexuales: con el periodista W. M. Fullerton, (que la alternaba con el rajá de Sarawak, Lord Coger; y con la cantante de ópera Camilla Chabbert, además de esporádicas relaciones con la guionista Mercedes de Acosta). Viajó mucho a Europa, estableciéndose definitivamente en Francia en 1907; hablaba francés (en la época, el idioma de la aristocracia) y como buena seguidora de Henry James, del que se considera discípula, sus personajes poseen gran hondura psicológica y sus retratos de la clase alta neoyorquina son muy verídicos, por ser su propia clase social y conocerla perfectamente; utiliza la ironía en muchos casos para conseguir una crítica a las costumbres encorsetadas de la época. Su producción literaria, tanto novela como relato, es abundante y variada.
Tenemos aquí una selección de un cuento y diez relatos titulados Relatos de Fantasmas. El cuento con que comienza el libro, La campanilla de la doncella, es una triste historia, no de miedo ni agobio, sino de zozobra, inquietud difusa y sobre todo, una profunda tristeza. En general, podríamos decir que los relatos tienen un punto en común con esta narración. Hay una cierta inquietud que más que producirnos temor, es desasosiego, melancolía, lo que nos sugiere. Los fantasmas que vamos viendo, los vamos sintiendo como presencias que están ahí, volátiles y con una vaga figura inestable que intenta decirnos algo o transmitirnos una sensación o un mensaje. Así, la doncella alerta en el primer cuento, el misterioso viajero de Después, la profunda e inquisitiva mirada en Los ojos, los lastimeros perritos en Kerfol, la abandonada señorita nocturna Mary Pask...o el terrible silencio de la casa vacía en El día de difuntos, que cierra el conjunto de relatos; en fin, son textos para leer sosegadamente antes de dormir, y podemos hacerlo con tranquilidad de que no nos quitarán el sueño, aunque, eso sí, quizás tengamos algún ensueño extraño.
Opinión:
La propia autora, en el prefacio nos habla de nuestras relaciones con los fantasmas. O lo que ella cree que son o pueden ser los fantasmas. Y, sobre todo, el espacio donde podemos encontrarlos: lo que el fantasma necesita en realidad- nos dice Wharton- no son pasadizos resonantes y puertas ocultas detrás de tapices, sino continuidad y silencio. El mundo ultrainformado, lleno de ruido, de movimiento, de prisa, que nos impide unos momentos de tranquilidad, de penumbra silenciosa, es el enemigo más poderoso contra lo que la autora llama nuestro instinto espectral. Más frágil que el fantasma es la varita de su evocador, y está más expuesta a romperse en la insensible trituradora de la prisa moderna.
Otro aspecto que la autora desea destacar es el de alejar de nosotros el juicio moral para introducirnos, lo más libremente posible, en un relato de fantasmas. Su cualidadtermométrica es la que ha de servirnos como baremo para saber si entramos o no en la historia. Si nos recorre por la espalda un cierto aire helado, o si notamos el aleteo de las famosas mariposas en el estómago, entonces un fantasma –o un ángel- ha pasado por nuestro lado. Destaca Wharton a Stevenson y a James como sus autores de referencia en temas fantasmagóricos. Y también en una postdata autobiográfica nos cuenta de sus terrores infantiles, de su hipersensibilidad y su esfuerzo por sobrellevarlo y superarlo, quizás al plasmar en la literatura su mundo interior consigue la autora exorcizar sus miedos, no precisamente trasladándolos a los lectores, porque cada uno sentimos el miedo a nuestros propios fantasmas particulares y no son generalizables, más bien el hecho de sacarlos fuera de sí, de darlos a la luz hace que ya ella se sienta libre de sus hechizos.
Los relatos se leen bien, tienen una longitud media, no excesivamente corta, y permiten que paulatinamente vayamos entrando en lo que se nos quiere contar. La edición en bolsillo tiene el inconveniente de que hay que machacar el libro para poder leer la parte interior de cada página. Pero lo hacemos gustosos e interesados, ¡qué remedio! ya que las historias merecen la pena.
Ariodante
Febrero 2010
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