principiantes

Opinión:

Parece un síntoma de crisis el hecho cada vez más frecuente de la reedición de obras conocidas bajo nuevos formatos, o con el atractivo añadido de la información inédita pero conservando como valor seguro el conocimiento y el éxito pretéritos. Es una práctica habitual y diríase casi obligada de la edición de discos y DVDs debido a la espiral descendente de sus ventas, pero resulta cuanto menos sorprendente que la literatura se sume a dicha corriente. En rigor, el equivalente a la remasterización de los discos o películas tal vez sería una nueva traducción en el caso de obras extranjeras, hecho que en principio no parece muy rompedor. Más interesante es esta nueva práctica de publicación de borradores o rollos originales (me acuerdo de " En la carretera" de Jack Kerouac por ejemplo), que si bien no suponen un cambio radical con respecto a la obra publicada, siempre aporta datos de interés al lector.

Por otra parte, y al igual que ocurre con los "Director´s cut" de las películas, no se trata tanto de generar un debate sobre cuál de las obras es superior sino más bien y sobre todo, de vender la misma obra dos veces, sabiendo que el seguidor caerá en la trampa. En ese sentido, estas nuevas ediciones no van dirigidas tanto a nuevos lectores como a los que ya leyeron y amaron la obra a la que se hace referencia. 

El caso de " Principiantes" no es ninguna excepción. Para los que tenemos al escritor de Massachusetts en un pedestal, resulta una golosina la publicación de esta versión primitiva, que sufrió una poda de casi el cincuenta por ciento en su edición definitiva. ¿Nos encontramos por tanto con una obra diferente? La respuesta sería sí y no. Por un lado, ahí están todos esos personajes inolvidables, como el fotógrafo de los garfios de "Visor", el pastelero que no deja de llamar a la casa del matrimonio que tiene a su hijo en el hospital, los pescadores que no se inmutan ante la presencia de un cadáver, los amigos que se escapan y acosan a dos jovencitas en bicicleta, el debate aliñado de alcohol acerca del amor que titulaba el anterior volumen y este (ambos, relatos y libros con títulos por tanto diferentes), Dummy y su estanque de carpas, la discusión en la peluquería sobre la caza… Ahí están las historias y los personajes, los errores y la incomunicación, los fracasos y las evasiones en alcohol. ¿Qué ha cambiado entonces? En realidad mucho, porque la edición conocida, la que recortó Gordon Lish, con ese minimalismo que se convertiría en la marca de fábrica de Carver, resultaba más cortante y desoladora. Daba menos concesiones al lector y le obligaba a poner más de su parte. Ahora, con más espacio para la explicación y la reiteración, nos encontramos con un Carver más humano, menos tajante, más cercano incluso, lo cual no tiene por qué ser negativo en absoluto. Sin embargo, en algunos casos da una visión diferente a lo que ya conocíamos, restando mugre a aquello que se denominó en su día "realismo sucio". También hay cambios en títulos de relatos que van en consonancia con los cortes realizados. Conviene recordar no obstante que el propio autor para este libro ya había reescrito algunos relatos anteriormente publicados con algunas variaciones, lo que demuestra, una vez más, que la escritura es un proceso vivo y nunca cerrado.

Por tanto, lo recomendable sería leer ambas obras para poder comparar. " De qué hablamos cuando hablamos de amor" tal vez sea más redonda y genial, pero " Principiantes" aporta datos sobre el autor que desconocíamos. Quizá tenga partes mejorables (las que sin duda mejoró el editor) pero sigue siendo una obra maestra, con independencia de su publicación definitiva. En 1981 Carver dedicó su obra a su mujer Tess Gallagher con la promesa de publicar algún día los relatos con su extensión original. Desgraciadamente, su muerte prematura en 1988 impidió lo que ahora es una realidad y un privilegio, que gustará a neófitos y sorprenderá a Carverianos. El rizo definitivo sería realizar una versión del director del film "Vidas cruzadas", cuyo guión está basado en varios de los relatos de este volumen. 
 
Jorge Borondo