Príncipe Valiente 1943-1944

Opinión:

En las primeras viñetas de esta entrega acudimos a la participación de el Príncipe Valiente en una serie de escaramuzas en Britania junto al rey Arturo, demostrando su habilidad como estratega para hacer frente a los pictos y hacer que estos entablen una lucha contra otro grupo de enemigos, los vikingos.

La inquieta vida de Val continúa y en su eterna aventura en solitario va en busca de su amigo sir Gawain, quien se convertirá en el personaje protagonista de bastantes de las tiras de esta entrega; siendo el humor y cómo se las arreglan para convertir cada ataque en una fiesta la principal característica de cada una de las tramas que se suceden, sin tiempo para respirar y encadenando una aventura tras otra.

Destaca en estos episodios el compromiso de ayuda a las mujeres y los problemas en los que ambos, gustosamente, se meten, dando pie a diversas situaciones donde también deberán salir al galope.

Pero donde más se disfruta de Val es en una trama más larga cuando los enemigos de las tierras del interior deciden atacar a su padre y él se camufla como trovador para hacerles frente. Los combates entre los clanes vikingos, a los que él y su familia pertenecen, son una constante y a través de ellos se puede apreciar la evolución de la guerra así como el armamento al uso en el siglo V.

En la parte final viajamos al Mediterráneo en busca de Aleta quien tiene que elegir un marido entre una interminable procesión de candidatos, entre los que no se encuentra el Príncipe Valiente que acude a ella para que deshaga el hechizo que le impide enamorarse.

Paralelamente a estas entregas semanales, compartieron espacio, por las restricciones de papel durante la segunda guerra mundial, con otra tira que llevaba por título "El castillo Medieval". Esta serie se desarrollaba en el siglo XI y estaba protagonizada por dos hermanos deseosos de combatir y cuyas aventuras son un repaso a cualquier catálogo de la Edad Media, donde la Iglesia se beneficiaba de las deudas que contraían los señores feudales para entrar en sus guerras particulares.

Un texto directo y unos dibujos agradables nos llevan a reconocer la calidad de este cómic con tres cuartos de siglo de historia a sus espaldas.

Porlomenix