Anika entre libros

piezas desequilibradas

Ficha realizada por: Fernando Martínez Gimeno
piezas desequilibradas

Título: piezas desequilibradas
Título Original: (piezas desequilibradas, 2011)
Autor: Darío Vilas Couselo
Editorial: 23 Escalones


Copyright: © 2011, Darío Vilas Couselo
© 2011, 23 Escalones
1ª Edición, Mayo 2011 ISBN: 9788415104698
Etiquetas: autores escritores españoles hispanos horror literatura española literatura hispana miedo terror

Argumento:


“Es de noche, estoy muy borracho y aúllo en medio de un callejón que huele a meados y a la humedad propia de esta urbe. Es una advertencia, se avecina la lucha. Mi voz atrona­dora causa el deseado efecto sorpresa en esta pandilla de inúti­les que rodean a una chica a la que llevaban un buen rato inti­midando. Se acabó, ya he llegado.

Ella, un mujerón de unos treinta años, atractiva, con un cuerpo de auténtico escándalo y una mirada que destroza vo­luntades. Ellos, unos niñatos de poco más de veinte que que­rrían catar a una mujer de verdad por primera vez en su vida. No será esta noche ni será ella. Es mía.

Percibo su miedo en cuanto se vuelven hacia mí. Su miedo y también la satisfacción en el rostro de la chica, que al encontrarse con mi imagen dibuja un rubor salvaje en sus mejillas.”  (Extracto del relato Piezas desequilibradas)

(argumento editorial)

Opinión:


El año pasado tuve oportunidad de leer Imperfecta Simetría, la antología de relatos que Darío Vilas y Rafa Rubio publicaron con unos relatos que giraban en torno a historias que ocurrían en un decorado común, la isla de Simetría. Ahora, con Piezas desequilibras, Darío se lanza a la aventura con una antología propia, recopilando 11 relatos para mostrarnos cuál es su estilo y por dónde caminan sus inquietudes literarias.
 
No deja de lado la isla anteriormente comentada, ya que en el primer relato, y que da nombre al recopilatorio, Piezas desequilibradas, ocurre en ella, y el protagonista del mismo, Marcos Lagunas (homenaje en cierta forma a Mark Lanegan, cantante cuya música inspira a Darío en algunas de sus letras, y que es uno de los personajes dibujados en la portada) ya aparecía también en aquella. Se podría decir que es un nuevo ejemplo de las buenas maneras en cuanto a confección de historias por parte del autor gallego.
 
Son once relatos que encierran el alma y el espíritu de Darío de una manera coherente, que nos muestran por dónde quiere caminar y expandir sus ansias como escritor, que de alguna manera dejan asomar su estilo, su prosa, sus diálogos, en fin, que son un retrato fiel de lo que Darío escribe y de lo que Darío aún tiene que escribir. Porque si bien tenemos claros ejemplos con sus antologías, sus relatos en diversos certámenes además, el escritor sabe que es capaz de afrontar retos mayores; ya no hablo de novelas cortas, sino de ponerse de lleno a contarnos una historia contenida en una novela de mayor paginación.
 
Y eso se ve porque es capaz de contarnos la vida de los personajes o de las situaciones que afrontan en sus relatos, sin relleno, lo hace de manera sencilla y para nada alambicada, es muy directo a la hora de coger al lector de la mano y llevarlo por el camino más fácil, que aunque a veces no sea el más rápido, sí es el que produce mayores y mejores sensaciones. Quiero decir con esto, que el viaje que nos promete Darío está plagado de sentimientos, de emociones y que no deja inapetente a nadie, por muy lector sibarita que se precie en ser.
 
Entrar en Piezas desequilibras leyendo el relato que lleva el mismo nombre ya te deja con el regustillo para seguir leyendo, para seguir saboreando y una vez termines, seguro que das vueltas al sabor que te deja en la boca. No me gustaría nombrar un relato por encima de otro, porque podría parecer que una vez leído ese, los demás se pueden dejar de lado, y más por la buena línea que tienen de regularidad tanto en su calidad, como en su contenido como en su coherencia literaria.
 
Podría decir que Piezas desequilibras es ese racimo de uva del que cada día te propones comer sólo unas cuantas pepitas, para que te dure más el disfrute de su sabor y que cuando empiezas por la primera, cuando te quieres dar cuenta es imposible dejar de comer, en este caso de leer. Y eso es muy importante en una antología de relatos, que uno te llame a leer el siguiente, y al siguiente, y al siguiente….

Fernando Martínez Gimeno

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