Phobia

Opinión:

Cuenta Wulf Dorn que cuando terminó "La psiquiatra", los lectores le preguntaban qué fue de Mark Berendth, el amigo psicoanalista de Ellen. Mark es, aquí, el amigo de infancia y adolescencia de Sarah, y su visita a Inglaterra hace que Sarah acuda en su búsqueda para que le ayude. Mark tiene sus propios demonios, pero los de Sarah son peores, así que al final decide echarle un cable. Y no es fácil.

La novela es muy interesante y, sobre todo, intrigante, porque te pasas todo el tiempo preguntándote si el tipo de la cara marcada es un psicópata, un enfermo mental, u otra cosa. Por supuesto "qué y quién es" se sabe al final de la novela, y entonces es cuando te das cuenta de que esta historia habla del "bien y del mal". ¿El fin justifica los medios? ¿Está bien ponerse en el papel de Dios y manejar los hilos para dar lecciones, para que otros aprendan lo que uno no aprendió en su vida?

En "Phobia", el hombre que se hace pasar por Stephen, es el villano de la novela, pero cuando acabas de leerla te bloqueas porque conoces su historia y te preguntas, como se pregunta Sarah, "¿hizo bien?". Y preguntarse esto es fuerte porque no os imagináis qué hace en la novela. Naturalmente nada justifica lo que hace, pero en eso se basa "Phobia": El "Stephen" de cara marcada actúa como el Dios colérico del Antiguo Testamento, con la idea de mostrar el bien haciendo el mayor daño posible. Es un "Stephen" con doble cara, y nosotros conocemos la mala durante prácticamente toda la novela. Mal asunto, porque lo que vemos es el horror con el que vive Sarah, preocupada únicamente por la localización de su marido, al que supone asesinado o secuestrado por el hombre de la cara marcada.

Así que vais a disfrutar la novela. Olvidad todo lo leído, dejad la mente en blanco y pensad únicamente "ésta tenía que leerla" (es mi truco para disfrutar [casi] todas las novelas). Aunque es mucho más impactante "La psiquiatra", "Phobia" es una historia que también impacta, y el hombre de la cara marcada puede quedarse en nuestra memoria.

Anika Lillo