París era mujer

Opinión:

Andrea Weiss es una reputada documentalista y cineasta, profesora de Cine y Video en el City College de Nueva York, desde 2003. Posee un doctorado en Historia de la Cultura Americana y también es una reconocida escritora.

"París era mujer" es un ensayo eminentemente divulgativo. La autora rinde homenaje a una comunidad de mujeres que fueron el germen de una cultura alternativa y transgresora que puso las bases, junto con las sufragistas, del feminismo y la liberación femenina de la segunda mitad del siglo XX.

El París de principios del siglo XX fue el crisol de todos los movimientos vanguardistas, tanto pictóricos como literarios. Respiraba un ambiente liberal y bohemio, abierto a la innovación y la experimentación, que atrajo a hombres y mujeres de todo el mundo que buscaban nuevas experiencias, otro estilo de vida, de relaciones y una ruptura con el decadentismo de fin de siglo.

Cuando se habla del París de este periodo histórico todos tenemos en mente el mundo bohemio y un tanto libertino de los pintores y escritores de las diferentes vanguardias con sus fiestas y sus modelos, sus amantes y sus musas. Este es el París más conocido, divulgado durante mucho tiempo por la historiografía artística y literaria. Sin embargo, las mujeres tuvieron un papel crucial en el desarrollo de las vanguardias artísticas. No sólo se centraron en la creación artística, también fundaron revistas literarias, editoriales, librerías; de hecho, se convirtieron en impulsoras y mecenas de algunos artistas hoy en día considerados como grandes genios, porque fomentaron la innovación más radical en todos lo aspectos y realizaron un trabajo serio y arriesgado que podemos calificar de visionario.

Algunas de estas mujeres son ya bien conocidas, pero otras siguen en el anonimato. El interés de la historiografía por estas mujeres es relativamente reciente; surge a mediados de los años ochenta a partir de la publicación de memorias, cartas, fotografías, un abundante material que ha popularizado nombres como Gertrude Stein, Sylvia Beach, Anaïs Nin, Edith Wharton, Djuna Barnes y muchas otras; porque no sólo fueron las mujeres de la Rive Gauche las que estuvieron implicadas en el desarrollo de las vanguardias artísticas de principios del siglo XX.

De la mano de Andrea Weiss conoceremos la vida y la obra de esta comunidad de mujeres. No todo fue idílico en sus vidas, como en cualquier relación humana hubo problemas, celos y malentendidos entre ellas, pero supieron manejar sus diferencias para apoyarse y ayudarse mutuamente; incluso cuando abandonaron París, tras la invasión alemana, mantuvieron el contacto entre ellas hasta el final de sus vidas.

Los conocedores del tema encontrarán que la autora no profundiza demasiado pero, como comentaba más arriba, se trata de un ensayo esencialmente divulgativo y "París era mujer" cumple perfectamente con este cometido. Con un lenguaje claro y de fácil lectura, la escritora norteamericana nos acerca el complejo entramado que formaron estas mujeres con sus vidas, su obra, su trabajo, sus relaciones y sus encuentros y desencuentros. Las notas se encuentran agrupadas al final del volumen y todas hacen referencia al texto que se ha consultado y el archivo en que se conserva.

Sin embargo, desde mi punto de vista, la aportación más importante de "París era mujer" es el abundante material gráfico que incluye el ensayo: fotografías, dibujos, cuadros, cartas... muchos de ellos inéditos hasta ahora, que nos acercan a la realidad vital de estas mujeres que lucharon por seguir su vocación, por hacer realidad su sueño.

Parafraseando la dedicatoria del libro, Andrea Weiss nos ofrece el legado de les femmes de la rive gauche para nosotras, les femmes de l'avenir.

Jaci Alía Arreche