Anika entre libros

No soy un monstruo. Inspectora Ana Arén 1

Ficha realizada por: Lidia Casado,Anika Lillo
No soy un monstruo. Inspectora Ana Arén 1

Título: No soy un monstruo. Inspectora Ana Arén 1
Título Original: (No soy un monstruo, 2017)
Autor: Carme Chaparro
Editorial: Espasa
Colección: Espasa Narrativa


Copyright:

© Carme Chaparro Martínez, 2017

© Espasa Libros, S.L.U., 2017

Edición: 1ª Edición: Marzo 2017
ISBN: 9788467048964
Tapa: Dura
Etiquetas: asesinos en serie detectives género negro misterio policiaca informática intriga libros premiados literatura española metaliteratura novela pederastia pedofilia periodismo secuestros televisión thriller secretos suspense premio Primavera de Novela discriminación sexual hackers madres solteras accidentes mentiras víctimas fracaso pederastas periodistas casos sin resolver amigos investigación criminal proyectos secretos proyecto NeuroQWERTY segundas intenciones
Nº de páginas: 336

Argumento:

La vida de la inspectora Ana Arén da un vuelco cuando un niño desaparece de un centro comercial. Ya ocurrió lo mismo dos años antes y aquel primer niño aún sigue sin aparecer. Por eso luchará con todas sus fuerzas y su empeño para que la historia no se vuelva a repetir.

Premio Primavera de Novela 2017

 

Opinión:

 

Lidia Casado

Este es el típico libro que, en cuanto lees el título, ya sabes que te va a mentir. O, si no te miente, te hace reflexionar sobre todas esas veces en las que tratamos de justificar lo injustificable, en las que no nos vemos a nosotros mismos como realmente son o en los que estamos rodeados por un ambiente tan depravado que lo nuestro nos parece poco comparado con lo de los demás. Y, la verdad, un poco de todo ello hay en esta novela de Carme Chaparro, ganadora del Premio Primavera de Novela 2017.

Porque la autora nos pone, ya desde la primera página de su obra, frente a frente con alguien que busca un niño que secuestrar, lo que consigue que te metas en la historia desde el primer primerísimo momento. Además, te obliga a pensar en opciones y, dadas las noticias que vemos un día sí y otro también, tus suposiciones sobre para qué puede querer al niño no son nada agradables.

El resultado es un desasosiego y una sensación general de náusea que se mantienen durante todo la novela. Es más, diría que se acentúan al final, cuando se descubre quién esa voz y, sobre todo, cuáles son sus motivos para hacer lo que hizo.

Desde que soy madre, las noticias que afectan a los niños me sacuden por dentro de manera especial y así me ha ocurrido también con este libro en el que se nos presenta a los niños como víctimas, en muchas casos, de los adultos. Víctimas sexuales, víctimas mortales... pero también víctimas del desamor o de la desatención o del egoísmo.

Siendo periodista, está claro que me iba a gustar el entorno televisivo en el que se desenvuelve la trama, más sabiendo que se trata de un medio que la autora conoce al dedillo. Pero no por conocerlo o por estar dentro del entorno lo protege, sino que indaga en su cara más oscura, en la más zafia, en la más ruin.

Una ruindad que alcanza a algunos de los personajes de la novela. Personajes que, en general, están muy bien trazados e interesan por sí mismos, más allá del papel que desempeñan en la trama principal. En este sentido, me parece que el premio gordo se lo lleva (como, por otra parte, no podía ser de otra manera), la inspectora Arén, cuya trayectoria vital vamos conociendo a lo largo de la obra con bastante profundidad.

De Ana Arén me ha gustado su fuerza, su entrega y el hecho de que Chaparro la utilice para hablar de la desigualdad de géneros y sobre lo complicado que es para una mujer abrirse camino en un mundo de hombres.

Si los personajes son interesantes, no lo son menos los temas que se abordan en la novela. Desde la maternidad, hasta el desempeño de una profesión; desde la amistad, hasta las relaciones de pareja; desde la importancia de nuestros padres hasta las relaciones que establecemos con nuestros vecinos; desde la entrega a los demás hasta el egoísmo más despreciable; todos ellos van desfilando por las páginas de una novela que tampoco se pierde en análisis o reflexiones sino que va mostrando escenas y dejando cabos que el lector tendrá que ir comprendiendo y atando.

Y, por supuesto, el gran tema que subyace en toda la obra: la pederastia. En este sentido, me ha resultado muy interesante todo lo que Chaparro cuenta sobre el proyecto NeuroQWERTY y las implicaciones que tiene para la investigación científica y criminal. Solo le pongo una pequeña pega y es que me ha dado la sensación de que explica en demasiadas ocasiones en qué consiste y, al final, se hace un poco pesado.

Además de las reflexiones y los personajes, el tercer punto fuerte de la novela es su trama, cómo la autora va dosificando la información, cómo va haciendo avanzar el caso al tiempo que nos va contando las vidas de los personajes principales y cómo va manteniendo la intriga y el ritmo necesarios para que la novela se lea casi casi de un tirón.

Un ritmo de lectura rápido al que también contribuyen la longitud de los capítulos, la sucesión de los acontecimientos y la alternancia de voces narrativas que, ya sea desde la primera persona narrativa o desde la tercera, nos van permitiendo cambiar el foco e ir pasando a través de los diferentes puntos de vista que nos ofrecen en la novela, lo que enriquece mucho la lectura.

En definitiva, una obra muy entretenida y bien construida, que trata temas interesantísimos y que tiene un personaje principal, Ana Arén, que me encantaría que tuviera continuidad en otras novelas.

Lidia Casado

 

SOMBRA 

 

Anika Lillo

Ana Arén es inspectora de policía en una comisaría. También es amiga de su colega Javier Neri (subinspector), de una periodista (Inés) y de un hacker que vive en su Barcelona natal (Joan). Todos conocen lo mal que lo pasó Ana cuando dos años antes un niño llamado Nicolás fue secuestrado y nada se supo ya más de él. Caso cerrado y fracaso. Ahora desaparece otro pequeño, Kike, y Ana debe enfrentarse de nuevo a la tensión que aún le afecta por el caso anterior, y al cambio fatal de comisario.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención es el estilo de Carme Chaparro  a la hora de narrarnos esta historia. Da voz a varios personajes -en particular Ana e Inés- y lo hace dándoles personalidad: es como si pensaran en voz alta, así que si tienen algo que decir y suena a chascarrillo, así sale en su  parte. Eso lo hace bastante realista, lo que me da que pensar que la autora ha preferido el realismo a una prosa lírica o poética, pero sí es muy reflexiva y eso me ha gustado.

Ana es la protagonista en la parte policial -no la única pero sí a la que da voz la novela-, e Inés es la protagonista en cuanto a periodismo se refiere. El hecho de que sean amigas pone en duda la capacidad de Ana de mantener un secreto policial porque Inés entra en esta historia directamente con la exclusiva del secuestro del pequeño Kike. Inés es reportera, de las que tiene que dar la cara a cualquier hora del día o de la noche porque debe estar donde está la noticia. Tiene un hijo pequeño, es madre soltera, y ha escrito un best seller. Estos detalles definen a Inés pero también marcan su presente y su futuro.

Carme Chaparro nos habla aquí del proyecto QWERTY, un programa informático que puede delatar a un terrorista si está a punto de cometer un atentado, un programa que, en el fondo, se había creado  para detectar enfermedades futuras como el Alzheimer o el Parkinson, y que ahora quieren enfocarlo a la caza de pederastas, para así cerrar el cerco en la búsqueda del niño desaparecido. Pero nada es lo que parece en esta historia. Esta parte, además de interesante, la tocó la autora como tema en el programa de Iker Jiménez, Cuarto Milenio, porque al parecer tiene parte de realidad. Ya sabéis, el futuro es ahora.

Debo reconocer que me ha gustado la novela y que me ha durado apenas un día y medio (porque no leo todo el día, sino la habría leído en un solo día)

La novela, ganadora del premio Primavera 2017, es un primer volumen porque la historia continúa con "La química del odio" con Ana Arén de nuevo de protagonista. Recomendable.

 

Anika Lillo

 

Foto homenaje:

Nosoyunmonstruo

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