Anika entre libros

Mujer bajando una escalera

Ficha realizada por: Inés Macpherson
Mujer bajando una escalera

Título: Mujer bajando una escalera
Título Original: (Die Frau auf der Treppe, 2014)
Autor: Bernhard Schlink
Editorial: Anagrama
Colección: Panorama de Narrativas


Copyright:

© Diogenes Verlag AG, 2014

© Editorial Anagrama, S.A., 2016

Ilustración: © CSA Images /Getty Images

Traducción: Txaro Santoro
Edición: 1ª Edición: Mayo 2016
ISBN: 9788433979544
Tapa: Blanda
Etiquetas: arte amor misterio guerra fría hombres literatura alemana novela realismo venganza obsesiones justicia ego
Nº de páginas: 248

Argumento:

Por motivos de negocios, un maduro abogado se instala en Sidney durante unos días. Entre reunión y reunión, visita el Art Gallery y allí descubre un cuadro que no veía desde hacía décadas: la imagen de una mujer desnuda bajando una escalera. Se queda fascinado ante la pintura, y no sólo por su belleza, sino por lo que revela que haya aparecido después de tantos años. Porque, irremediablemente, la visión de ese cuadro le hace recordar a la mujer que lo inspiró, Irene Gundlach, y la historia que marcó su vida.

Recuerda como si fuera ayer el día en que Irene y el pintor Karl Schwind, autor del cuadro, se presentaron en su despacho alegando problemas con el hombre que tenía en propiedad dicho cuadro, el millonario Peter Gundlach. Karl había dejado el cuadro, pero se había quedado con la esposa de Peter y éste había decidido iniciar una extraña venganza, maltratando el cuadro para obligarle a ir a arreglarlo, como si de esa forma también castigara a Irene por el abandono.

Testigo de aquella historia triangular que no acabó bien, el abogado decide descubrir cómo ha llegado el cuadro al museo, aunque eso implique volver a revivir la pasión y el desconcierto que la mujer de ese cuadro le hizo vivir.

 

Opinión:

 

¿Puede ser demasiado tarde para dar un giro a la vida? ¿Puede un hombre de 70 años mirar atrás y pensar que quizás se conformó con seguir un patrón cómodo y fijo en el que nunca estuvo realmente, en el que nunca vivió realmente, y decidir cambiar? Esta es una de las preguntas que Bernhard Schlink plantea en esta nueva novela que publica Anagrama. Vivimos en un mundo donde la vorágine del éxito, de los esquemas pautados y las líneas a seguir parecen inundarlo todo. Instalados en una frialdad distante, con un instinto de triunfo constante que, a veces, nos hace impermeables a los demás, nos movemos como autómatas quemando etapas sin comprender que, en algún momento, llegará el instante en que miraremos atrás y, quizás, no veamos lo que creíamos estar viviendo.

Narrada en primera persona desde el abogado que hizo de mero espectador en el pasado y que ahora decide actuar, esta historia se adentra en la personalidad de dos individuos obsesivos, con un ego enorme que lo abarca todo y que asfixia a los que tienen al lado, y que sirven como espejo a su vez de la vida de ese joven ordenado y rígido que, a pesar de las diferencias, parece seguir el mismo camino que esos dos egos masculinos: el del triunfo frío y sin mirar a los lados, por si se ve algo distinto que pueda llamar la atención y desviar del rumbo prefabricado. Y luego está ella.

Marcada por dos hombres obsesivos, posesivos y con un afán incontrolable de ganar, de ser más, de tener más, el personaje de Irene se cubre con un velo de misterio que atrae al joven protagonista, que cree ver en ella una dama en apuros. Pero Irene es mucho más, ha sido mucho más, y lo que oculta su mirada no es fragilidad, sino un afán de vida independiente que esos tres hombres empeñados en seguir el curso marcado de la vida para llegar al éxito no son capaces de entender.

La sutileza del cuadro, de esa "Mujer bajando una escalera", empapa también la novela, y sirve para hacer un paralelismo hermoso hacia el final de la historia, cargado de intenciones. Y es que la novela bascula entre el pasado y el presente, la juventud y la vejez, los sueños y la resignación… o no. Porque, ¿por qué resignarse sólo por la edad, cuando uno todavía puede vivir, puede soñar, puede cambiar… puede amar?

Además, la historia deja intuir pequeños fragmentos de un pasado que sigue marcando a Alemania y a sus habitantes, pero sin entrar en detalles. Sólo se menciona, sólo se dan apuntes que quedan en el aire, para que tanto el lector como los personajes reflexionen sobre ello, sin entrar en juicios. Eso sí, las reflexiones sobre el curso del mundo, sobre la forma en que todo ha ido avanzando en una misma dirección, donde todo es previsible, donde todo es inamovible, marcado por el rumbo del capital, es bastante contundente y produce un desanimo extraño, porque hay un aire funesto, de camino predeterminado, de círculo vicioso del que parece difícil salir. Pero nunca es tarde. O eso parece decirnos el personaje del abogado, que tras una vida pautada y fría, empieza a comprender que hay otra manera. Siempre hay otra manera.

Inés Macpherson

 

 

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