misterio, emocion y riesgo. sobre libros y películas de aventuras

Opinión:

En uno de los mejores artículos incluidos en este libro – El viaje hacia abajo – Savater realiza, (entre otras cosas) una llamada a la reivindicación literaria de Julio Verne, considerado por la crítica "seria" como un autor "menor". Así, nos propone como tarea urgente defender la grandeza de éste como narrador pero no de sus fans – esos ya están convencidos - sino de los que expresan todavía prejuicios hacia la literatura de aventura o misterio. Y esta resulta ser, pienso yo, la aspiración esencial y más que evidente de Savater en cada uno de los textos recopilados en este libro: tratar de demostrar que aquellos libros, películas, comics con los que tanto disfrutó durante la infancia no eran sólo cuentos para críos sino que ahora que somos lectores (adultos) también muchas cosas que decirnos y que poseen un alto valor literario.

Es más, todos estos libros llamados de género o evasión (Verne, Salgari, Conan Doyle, las aventuras de Guillermo Brown, Robinson Crusoe, etc.) son considerados por Savater como la modalidad de narrativa más pura, ya que nos conectan con la raíz primigenia de la literatura que no es más que el arte de contar una historia al calor de una hoguera. Frente a la aburrida (según piensa Savater) peripecia descrita en cualquier "Novela psicológica o naturalista", el relato de aventuras, misterio, terror, ciencia – ficción se nos aparece como el que más fácil y perfectamente conecta con lo más profundo de nosotros mismos. Esto mismo podemos decir del cine de "palomitas".

Cada uno de los ensayos que aparecen en el libro tiene como misión demostrar esta tesis – que el autor expone con mayor profundidad en el artículo "La evasión del narrador" - y están al servicio de ese afán reivindicativo del gran Fernando.

Sin embargo, pienso que el principal interés de Misterio, emoción y riesgo no reside en su afán, a toda luz loable, por colocar a estos libros o autores en su justo lugar. Es importante, claro que sí. Incluso es uno de los puntos más motivadores o estimulantes del libro, pero opino además que semejante operación reivindicativa no tendría la misma fuerza si Fernando Savater hubiera optado por realizarla desde la nostalgia o el sentimentalismo. Afortunadamente, el interés de su discurso se basa en que cada una de sus argumentaciones parte de las que hicieron otros autores que ya investigaron sobre el tema (Dieter Wellershoff, Walter Benjamin, Joseph Campbell, Borges, etc.) o de atinadas reflexiones concluidas por el propio Fernando. Esto aporta a cada uno de los textos de una gran riqueza. La nostalgia esta presente, claro que sí… pero no el principal argumento que el autor esgrime para fundamentar su discurso.

Por eso, se aprende mucho leyendo a Savater. No sólo consigue convencernos (o no), por ejemplo, de que leer "El mundo perdido" de Conan Doyle puede resultarnos una experiencia literaria inolvidable sino que también nos deja muy claro que esto no es así porque a él le guste mucho este libro o porque le traiga bonitos recuerdos infantiles, sino porque a lo largo del texto nos ha ido aportando razones de peso para convencernos de ello. Y lo hace tan bien que realmente cuando uno termina de leer cualquiera de los artículos en los que Savater nos cuenta por que le gusta un autor, un libro, una película, un cómic… uno desea que todos esos títulos forme parte ya de su librería o/y videoteca de obras favoritas o imprescindibles.

Joseph B Macgregor